Representante de la empresa alemana Délano Schmidt y Kranz ofreció a la empresa minera nacional “Mimosa” taponear el punto de filtración con el personal capacitado, las bombas y equipo. La respuesta de Mimosa fue que “sería analizada”. ¿Y dónde queda la urgencia para rescatar con vida a los mineros?
Jueves 1ro de septiembre de 2022
Andrés Manuel López Obrador, declaró que los cuerpos de rescate no se detendrán, pero contradictoriamente no solicita ayuda de las empresas extranjeras con el equipo adecuado, ni invierte los recursos necesario para que sean rescatados a la brevedad. El presidente López Obrador afirmó que las labores de rescate de los mineros no se detendrán, sin embargo, el Gobierno declaró que los trabajos para sacar a los obreros tomarán entre 6 y 11 meses, esto no tardó en enfurecer a los familiares de las víctimas que de inmediato rechazaron este plazo establecido, pero la firmeza con las que el gobierno ha decidido llevar a cabo el rescate, ha obligado a que los familiares deban resignarse con la nueva estrategia y aceptar a regañadientes el plan de López Obrador, además de una indemnización que todavía está por determinarse.
Te puede interesar: Familiares de mineros acuerdan construir capilla; trabajos de rescate se suspenderán
Más de un siglo de muertes
Lo sucedido en la mina el Pinabete no puede llamarse de otro modo más que como homicidio industrial, el cual causa indignación en la región coahuilense, ya que la negligencia de las empresas mineras sumado a la falta de respuesta de las direcciones sindicales para dar voz y protección a la base minera, propiciaron este escenario.
Esta tragedia sin duda toca fibras sensibles en la clase trabajadora, ya que no es la primera vez que la industria minera se mancha de sangre por la negligencia y el desinterés de unos cuantos. En 2006 cuando, 65 mineros quedaron atrapados y dados por muertos en Pasta de Conchos, sin embargo han pasado más de quince años y la Familia Pasta de Conchos, organización que nace a partir de este hecho, sigue luchando por recuperar los restos de sus familiares, pero también pelea en contra de las injusticias contra el gremio minero. Precisamente esta organización advirtió de los peligros de trabajar en la mina el Pinabete.
Y es que los daños y muertes ocasionadas en la industria minera en Coahuila llevan mucho tiempo sucediendo, así lo ha hecho saber la Organización Familia Pasta de Conchos, señalando que desde 1883 hasta diciembre de 2021 han muerto más de 3 mil 103 trabajadores mineros en la región, de los cuales 80 mineros han muerto en pozos, minas y cuevas desde 2016.
El negocio que representa la minería para el estado de Coahuila es gigantesco y la ambición por parte de las empresas como Grupo México y la misma Comisión Federal de Electricidad, mantiene en la precariedad y la explotación tanto de recursos naturales como de trabajadores.
En más de una ocasión se ha señalado que el carbón extraído en la región carbonífera de Coahuila es adquirido casi en su totalidad por la Comisión Federal de Electricidad, en trato directo con caciques como los Régulo Zapata (padre e hijo) y Rafael García Luna, quienes, según SDP Noticias, han hecho negocios por más de 357´943, 273.34 millones de pesos con la Comisión en los últimos dos años, utilizando prestanombres para evadir responsabilidades y dejando un rastro de muerte.
Te puede interesar: La vida vale más que el carbón: Más de tres mil muertos en minas, denuncian activistas
Te puede interesar: La vida vale más que el carbón: Más de tres mil muertos en minas, denuncian activistas
Las ganancias sobre la vida
El trabajo minero, es una actividad de alto riesgo laboral por los accidentes que se padecen a causa de derrumbes, desprendimientos de rocas, explosiones o inundaciones. Estos riesgos de trabajo son conocidos por la autoridad laboral, quien no prohíbe dicha exposición, ni le impone medidas de salud y cuidado obligatorias a las empresas, porque esto implicaría comprometer las millonarias ganancias de la industria minera, la cual desarrolla una de las principales actividades que motorizan la economía mexicana.
Más allá de la consternación por lo sucedido en la mina el Pinabete, el gobierno del Morena busca a toda costa mantener las negociaciones en la actividad industrial de la región carbonífera, ya que la entidad representa un enorme bastión para la política energética de López Obrador. Recordemos que en la zona coahuilense se extrae el 99% del carbón que utiliza la Comisión Federal de Electricidad (CFE), todo esto en conjunto para lograr una supuesta “autosuficiencia energética” de México.
Sin embargo, no se puede dejar de lado el mal manejo de la industria minera en México al estar en gran medida acaparada por la iniciativa privada, como es el caso Grupo México, empresa responsable de la precarización, la contaminación ambiental y despojo ilícito de tierras a comunidades enteras. Como ya hemos mencionado, el enriquecimiento de Grupo México, se debe en gran medida a los sexenios tanto del PRI como del PAN, quienes le otorgaron a Germán Larrea concesiones de minas a mano llenas. Pero el gobierno de la 4T les da continuidad a estos proyectos, sin que los propietarios de los pozos de carbón o de las empresas mineras, respondan por sus crímenes.
Por lo tanto, si lo que se busca es inversión en infraestructura, contratación en buenas condiciones para los mineros, observación de protocolos ambientales y de higiene, es necesaria la organización desde las bases democrática e independiente de sus trabajadores sin confianza en los charros que tampoco enfrentan a la industria minera ni a los gobiernos. Es fundamental llegar hasta la raíz del conflicto, llevando a cabo medidas como la nacionalización sin pago de la industria bajo control de sus trabajadores, poniendo los avances técnicos e industriales al servicio de las grandes mayorías.