Newsletter: El juguete rabioso. El tiro del final, paraísos e infiernos terrenales

Voy a empezar estilo Crónica: faltan 3 días y 5 horas para que arranque la final del campeonato mundial de fútbol masculino. La atención y la tensión está focalizada en este acontecimiento deportivo único. La esperanza, en lo único que pienso, es que, a eso de las catorce horas del domingo, el tango no sea tango, y que a Messi le salga, una vez más, el tiro del final.

En estas condiciones, es muy difícil pensar y escribir: este es el último newsletter de 2022. No sé cuántos días y horas faltan para el próximo. A quién le importa, dirás. Hasta capaz que me tirás un andapayá. Cumplo en informar: para el mes de marzo, más o menos, trataremos de volver mejores.

Mientras el mundial se extingue y el año también, de manera sigilosa, Sergio Massa se convirtió en el único héroe dentro del Frente de Todos. Es claro que muchos desconfían de “ventajita”. Pero, en esas huestes es probable que todos tengan una certeza: se trata del mejor ministro de los últimos seis meses. Para los tiempos de Argentina es un montón.

Massa pudo darle riendas sueltas a un ajuste presupuestario sin que nadie se inmute en el Frente: de algo de eso conversamos en el programa de radio El Círculo Rojo (clic acá). Pero también logró algo que no pudo ni Martín Guzmán ni la efímera Silvina Batakis: domar el mercado cambiario.

¿Cómo lo logró? Atando todo con alambre. El combo de medidas es amplio: proliferación de distintas cotizaciones del dólar; una mejora en la ecuación de renta y ganancia del agronegocio con las dos vueltas del “dólar soja”; la suba de la tasa de interés para hacer atractivo el peso argentino y favorecer la especulación financiera; relaciones carnales con los organismos multilaterales como el BID y el Banco Mundial que enviaron puñaditos de dólares para sumar reservas en el Banco Central; negociación de una autorización para ampliar la parte disponible del “swap” con China; restricción a las importaciones.

El problema de la escasez de dólares sigue intacto: reside en una estructura productiva que cuenta con una industria atrasada en relación a las potencias económicas. A lo que hay que agregar el saqueo con la deuda, la fuga de capitales, la extranjerización de la economía. En resumen: el problema, quizás no es que faltan dólares, sino que sobran saqueadores.

Entre otros factores, las medidas que tomó Massa para lograr una estabilización precaria en el frente cambiario, conducen a la economía hacia un aterrizaje forzoso. Luego del crecimiento del 10,4 % del año pasado, este 2022 cerrará con una tasa que podría oscilar entre el 5 % y el 6 %: de este modo, el nivel de producción será cercano al de 2015 y 2017. Es decir, que apenas recupera lo perdido con el final de Macri y el Covid. Independientemente de las subas y bajas circunstanciales de la actividad, lo que caracteriza la situación económica, al menos desde 2012/2013, son largos años de estancamiento.

Para el año que viene la situación no es mejor: el Presupuesto 2023 prevé un crecimiento del 2 %. Si algún ingenuo le creyó a Guzmán la idea de que el acuerdo con el FMI garantizaba el crecimiento, es momento rever las creencias. La economía se desinfla conforme los pagos de deuda se hacen más pesados.

Hasta aquí un anticipo. Si te interesa leer completa esta entrega de El juguete rabioso o que te lleguen los newsletters del programa radial El Círculo Rojo y La Izquierda Diario ingresa en este link