Se reunió la Mesa Nacional de Juntos por el Cambio expresando diferencias en cómo actuar en el Congreso cuando el gobierno lleve el acuerdo con el FMI por la deuda que tomó Macri. En el Frente de Todos habrá votación dividida y siguen con preocupación las internas opositoras. Un debate clave para el destino del gobierno de Fernández.

Jesica Calcagno @Jesi_mc
Jueves 3 de febrero de 2022
Se abrieron nuevos dilemas tanto para el Frente de Todos como para Juntos por el Cambio. El acuerdo con el FMI se anunció el viernes por Alberto Fernández y Martín Guzmán, y en un tiempo récord de tres días acumuló cuestionamientos por el ajuste y el sometimiento al organismo, y más dudas que certezas cuando todavía falta negociar y anunciar la “letra chica”. Un acuerdo que nace debilitado, y cuenta también con el antecedente del resultado electoral del 2021 que ya había expresado la desilusión con el Frente de Todos. Los bolsillos populares sienten el ajuste de la coalición peronista, que se suma al mazazo que dejó el gobierno de Macri. La renuncia de Máximo Kirchner a liderar el bloque oficial en Diputados, desató una nueva crisis política e incertidumbre sobre el acuerdo y su debate en el Congreso. Algo que puede complicar el destino del Frente de Todos, los dos años que le quedan de mandato, y las aspiraciones presidenciales en las dos coaliciones mayoritarias.
El tratamiento parlamentario acorrala a la coalición opositora por ser la responsable de tomar esta deuda con el gobierno de Macri, bajo el peligro de terminar siendo un sostén del peronismo. El Frente de Todos, con su crisis interna, necesita de Juntos por el Cambio para legitimar la estafa en el Congreso, bajo amenaza de sumar debilidades si no se aprueba o alcanza pocos votos.
El miércoles se reunió durante dos horas por zoom la Mesa Nacional de Juntos por el Cambio. Estaba convocada originalmente para salir con una posición unificada sobre la reforma del Consejo de la Magistratura, pero terminó ganando protagonismo el acuerdo con el FMI presentado por el gobierno y qué posición adoptar cuando llegue al Congreso.
Patricia Bullrich del PRO salió a marcar la cancha en los medios. Lo hizo en La Nación+ declarando este martes: “O ellos votan todos juntos, o hay que derogar la ley que armaron”. Es que el año pasado se aprobó la ley de “Fortalecimiento de la Sostenibilidad de la Deuda Pública” que obliga al gobierno a votar el acuerdo con el FMI en el Congreso. La presidenta del PRO ató así el posicionamiento en el Congreso a que el Frente de Todos vote unificado el acuerdo. Algo que está descartado luego de la carta de renuncia de Máximo Kirchner.
En la reunión del miércoles, Gerardo Morales, titular de la UCR y gobernador de Jujuy, le reprochó a Bullrich sus declaraciones televisivas antes de debatir en la Mesa Nacional. Morales es de los que empuja a aprobar el acuerdo con el FMI y respaldar al gobierno de Fernández, como otros gobernadores radicales.
Mauricio Macri estuvo presente el miércoles y se inclinó por no acompañar el acuerdo aduciendo que el ajuste y la información que presentó Guzmán “no es creíble”. Esto le valió el cruce de miembros de la Coalición Cívica, que le reclamaron en la reunión “responsabilidad política”. Siendo el ex presidente quien tomó la deuda con el FMI que se fue a la fuga de capitales, hacen ruido sus declaraciones hasta para algunos de sus propios socios.
Juntos por el Cambio llegó a un solo consenso sobre el acuerdo con el FMI por el momento: no dar más definiciones que la garantía de que no serán un obstáculo para que se trate en el Congreso (habilitar el quórum). Así lo expresaron en el comunicado, reafirmando que “Un posible default sería perjudicial para el país” y que “JxC estudiará los detalles de la solución alcanzada una vez que se haya conocido una carta de intención entre la Argentina y el Fondo Monetario Internacional, y se evaluará en el Congreso, como lo establece la ley”. Agregaron que "Son momentos en los que se requiere la máxima responsabilidad por parte de todos los actores, en especial de aquellos que pertenecen a la alianza a cargo del Gobierno". Curioso pedido de “responsabilidad” de parte de quienes iniciaron una estafa, pero entendible como mensaje al poder económico más concentrado al que se deben. Los grandes empresarios, de la AEA a la Sociedad Rural, quieren el acuerdo con el FMI, y si Juntos aspira a la Casa Rosada no puede dejar de atender sus deseos y garantías de negocios.
En la Cámara de Diputados, de los 257 miembros se necesitan 129 para el quórum. El bloque del Frente de Todos cuenta con 118 diputados, y el de Juntos por el Cambio con 116. La ley que obliga a presentar el acuerdo con el FMI en el Congreso, necesita de una mayoría simple para ser aprobado (lograr más votos positivos que negativos). Esto le permite especular a algunos de Juntos por el Cambio con la opción de la abstención. Es decir, no evitar que salga el acuerdo pero no quedar pegados. En el PRO y la Coalición Cívica evalúan esta alternativa mientras que los radicales promueven el respaldo al acuerdo del gobierno. El bloque Córdoba Federal, que responde al gobernador Juan Schiaretti, ya adelantó que su opción será dar quórum y abstenerse en la votación.
En el poroteo del Frente de Todos se calcula que estarían divididos entre 90 diputados que votarían a favor del acuerdo, y 30 que responden al camporismo que podrían votar en contra o abstenerse.
La única bancada del Congreso que no hace especulaciones y defiende los intereses de las mayorías trabajadoras es la del Frente de Izquierda. El rechazo a la estafa de Macri y el ajuste y el planteo de un desconocimiento soberano de la deuda no es un discurso de ocasión. Es una pelea que se inició desde el 2018 cuando Macri trajo al Fondo, y que se respalda con la decisión de dar pelea por otra alternativa. La movilización que convoca el Frente de Izquierda junto a más de 100 organizaciones para el próximo martes 8 de febrero contra el acuerdo y el ajuste del FMI, es nuevo paso en ese camino.
En el Frente de Todos y Juntos por el Cambio se rodean de especulaciones, y falta un largo trecho para el debate en el Congreso y que den definiciones claras sobre sus posicionamientos. Pero estos debates adelantan la precariedad del acuerdo con el FMI y del régimen político. Las dos coaliciones están obligadas a recalcular hacia adentro y a mirarse entre sí, tensionadas entre sostener una gobernabilidad que les conviene mutuamente y las aspiraciones presidenciales del 2023. La posibilidad de que el acuerdo con el FMI se apruebe con apenas el 35% de votos de la Cámara de Diputados genera preocupación hasta en los burócratas de Washington. ¿Alcanza con eso? ¿Quién está dispuesto a pagar los costos políticos del ajuste y una nueva hipoteca y sometimiento con el FMI? ¿Y los costos de crear una situación más inestable que complique a todos? ¿Cómo queda el Frente de Todos si depende del sostén de "cambiemita" hacia el resto de su mandato? ¿Y en sus propias internas? ¿Y Juntos como sostén del peronismo en su electorado? Encerronas que prometen abrir más heridas.
La crisis del gobierno y las internas de Juntos por el Cambio tiran leña al fuego de un cuadro social delicado que no aguanta más golpes. Y cuando se percibe la debilidad de los de arriba, las mayorías trabajadoras pueden empezar a expresar su descontento y ganar fuerza con sus reclamos y agenda.
Nada está dicho.

Jesica Calcagno
Nació en Buenos Aires en 1984. Licenciada y profesora en Sociología (UBA). Acreditada en el Congreso.