Ernesto Nemer, subsecretario de Desarrollo Social, fue criticado en redes sociales por enaltecer el trabajo infantil.
Viernes 19 de febrero de 2016
Ernesto Nemer, subsecretario de Desarrollo Social, compartió una foto en Twitter, donde un Angelito — un niño — le boleaba los zapatos, después de las críticas de los usuarios de esta red social, Meade, titular de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) informó que Nemer se encontraba con la familia del menor para revisar si el menor cuenta con algún apoyo social.
Llama la atención que una de las principales cabezas de la Sedesol comparta una imagen donde enaltece el trabajo infantil, aunque después la secretaría trató de lavarse las manos y delimitarse con la declaración de que “no es aceptable que un niño esté obligado a trabajar” y que la Sedesol no promovía el trabajo infantil.
En junio del 2015, Enrique Martínez titular de la Secretaría de Agricultura Ganadería, Desarrollo Rural y Pesca (Sagarpa) aseguró, que el hecho de que los niños trabajen en el campo “no afecta, fortalece y dignifica” ¿a qué responde que la clase política mexicana y los funcionarios del Estado asuman que está bien que los niños trabajen?
Un país que permite la explotación laboral
En México, los niños representan al sector que sufre día a día las miserias del capitalismo, se estima que existen 2.5 millones entre niñas y niños empleados ilegalmente y un 40% de éstos se dedican sólo a trabajar. El trabajo infantil representa en algunos lugares hasta un 50% de los ingresos.
Diana Valdez, economista de la UNAM afirma para este medio que: “para el sistema capitalista el trabajo infantil no representa un problema, sino una ventaja: ofrece muchas facilidades a los dueños de compañías agrícolas, comerciantes y sicarios del narcotráfico, ya que esta mano de obra es barata y sumisa; la mayor parte las niñas y niños no conocen sus derechos lo que les facilita a los patrones la explotación sin contratiempos, lo que se traduce en menores costos de producción. Además de que por la ilegalidad en la que se encuentran laborando y lo dicho anteriormente, es mucho más fácil prescindir de sus servicios sin explicación alguna”.
En México está prohibido que menores de 14 años trabajen, en la legislación y en la Convención sobre los Derechos de los Niños se busca proteger a uno de los grupos en situación de vulnerabilidad, pero en la realidad son los niños los que viven día a día las peores condiciones de vida -violencia, abuso sexual, redes de trata, maltrato, desaparición, asesinatos- y aparte el Estado permite y promueve a través de sus funcionarios la explotación infantil.
De nada sirve la visita de Nemer a la familia para ver si tenían algún apoyo económico, la realidad de Angelito, es la realidad de 2.5 millones de niños que son explotados, la visita sólo es una lavada de cara a la Sedesol, pero en México no existe ninguna política para erradicar la explotación infantil, el rezago educativo y las condiciones de violencia que afectan a las niñas y los niños.
El Estado nunca buscará erradicar el trabajo que realizan los menores, ya que en todas sus políticas busca, a toda costa, favorecer a las grandes empresas nacionales y transnacionales, hemos visto ya como se protege a las empresas y las alarmantes condiciones de los niños que trabajan en el campo, donde se encuentran los casos más brutales que se pueden comparar con esclavitud y trabajo forzado.
La solución para transformar la realidad de los niños mexicanos, pasa por cambiar las condiciones estructurales y acabar con el sistema que los asume como mano de obra barata, no se puede seguir permitiendo que su infancia se desarrolle entre trabajos extenuantes, esclavitud, asesinatos, situación de calle, explotación sexual y sin derecho a estudiar.
La agenda que enumera los intereses de la clase política y empresarial no toma nota de este problema, ninguno de los partidos del régimen se ha apostado a tomar este tema y desarrollar campañas en contra de esta terrible situación que enfrenta hoy la niñez. Para enfrentarlo, será necesaria una alternativa política e independiente de los trabajadores, que pelee por los intereses de su clase y de la lucha contra el trabajo precario, infantil y los despidos, para que en las familias alcance y que garantice de esta manera que las niñas y los niños vayan a donde deben ir, a la escuela, con los amigos y la familia a sonreír.