En la semana trascendió la noticia de la legalización del trabajo infantil para las tabacaleras. En el marco del ajuste la política hacia la juventud es la pobreza, precarización, cierres de carreras y persecución con el código contravencional. La marea verde y la lucha educativa mostraron que hay nuevas fuerzas para enfrentarlos.
Lunes 12 de noviembre de 2018
Según datos del INDEC la pobreza en Jujuy alcanzó a 3 de cada 10 personas en el primer semestre de este año, lo que equivale a un 30,3% de la población, subiendo respecto del 27,7% correspondiente al mismo período de 2017. Es decir, 50000 nuevos pobres en un año. La indigencia es del 4,7% alcanzando a 20000 nuevos indigentes y 228.500 jujeños y jujeñas no alcanzan a cubrir la canasta familiar en todo el territorio provincial.
Estos datos ubican a la provincia tercera en el ranking de pobreza del país y segunda del NOA. La medición del Indec es en el conglomerado urbano de San Salvador de Jujuy - Palpalá, los datos totales son una proyección al resto de la provincia, lo que subestima la pobreza y la indigencia que son mayores en el interior y el ámbito rural.
Toda esta situación empeorará si se avanza en la aprobación del Presupuesto 2019 que plantea que el 54% del recorte del gasto público va a parar a los intereses de la deuda que siguen creciendo.
Esta crítica realidad del pueblo trabajador contrasta enormemente con los privilegios de las seis principales empresas de la provincia que tienen el 80% de la facturación (Censo 2014) y amasan fortunas sobre la pobreza de la mayoría trabajadora.
Ser joven en Jujuy
En este marco, los sectores más castigados son la juventud y la niñez y dentro de ellas, las mujeres. En la semana se conoció la noticia de la legalización del trabajo infantil para las empresas tabacaleras. Una realidad que nadie desconoce pero que pega un salto al darle el visto bueno desde el estado.
A su vez, los índices de precariedad y flexibilización en el trabajo juvenil alcanza casi el 90%. Según datos de la DIPEC (Dirección Provincial de Estadísticas y Censos) del año 2016 poco más del 17% de los/as jóvenes de la provincia entre 14 y 20 años no estudia ni trabaja, llegando a alrededor de 27000 chicos/as.
El 50% de los que sí estudian no terminan el secundario y en los dos últimos años se cerraron seis carreras terciarias en Libertador. Para los más pequeños el Estado destina $6,9 por chico para los comedores escolares que vienen recibiendo cada vez más niños y niñas.
En cuanto al embarazo adolescente Jujuy es la segunda provincia del país con mayor porcentaje al respecto. Si la media nacional es del 15,5%, en Jujuy asciende al 17% en jóvenes menores de 19 años.
Toda una muestra de las consecuencias de la no implementación de ESI en las escuelas, la constante presión de las iglesias y sectores más reaccionarios que en convivencia con los distintos gobiernos imponen el mayor oscurantismo, cuando el 80% de los jóvenes exige la educación sexual integral y la marea verde recorrió las calles de Jujuy por el derecho al aborto legal, seguro y gratuito y por la separación de la Iglesia del Estado.
A todas estas problemáticas y políticas estatales anti-juventud hay que sumarle la persecución que se ejerce desde el Estado y las fuerzas represivas con el Código contravencional, tanto cuando los jóvenes se organizan por sus derechos (el caso de los estudiantes que ahora enviarán a juicio por hacer un acampe contra el cierre de los CEIJAS) como en la vida cotidiana.
Un régimen represivo que también se sintió en las instituciones educativas públicas y privadas contra las pibas de la marea verde.
Nuevas fuerzas en la juventud para luchar y decidir su futuro
Ante tanta opresión, explotación y represión es evidente que algo está cambiando en la juventud jujeña. Está surgiendo una juventud que empieza a cuestionar todo, que sale a la calle y se organiza para luchar por sus derechos.
Se vio en la lucha contra los cierres de carrera en los terciarios, en la pelea de la marea verde con mucha fuerza en las secundarias que enfrentaron la persecución de directivos y autoridades, y en la lucha universitaria con asambleas y movilizaciones históricas con miles de estudiantes.
Todo esto expresa algo nuevo y muy profundo, una juventud que dice basta, que coordina naturalmente con la clase trabajadora que también sale a la lucha y que no quieren que le roben el futuro con un nuevo saqueo.
Hay una continuidad entre todas estas luchas. Puede haber momentos donde se expresan más activamente y otros en que parecen aquietarse. Puede haber derrotas o victorias, pero sigue dándose por abajo un proceso de una juventud que ya no acepta todo como se lo quieren imponer, que cuestiona desde cosas mínimas hasta lo que pasa en el país y que están buscando una referencia dónde organizarse.
Existe una relación entre luchar por la reapertura de las carreras, pelear por el derecho a decidir que plantea la marea verde, por la ESI en las escuelas y defender la educación universitaria contra los ataques del gobierno y los partidos cómplices del ajuste: los une la lucha de la juventud por su futuro.
En el marco del ajuste “made in” FMI con el que quiere avanzar el gobierno con la complicidad del peronismo, toda una nueva generación de jóvenes surge para desafiar esos planes renovando la fuerza y la energía para revolucionar “el país de Lagarde”.
Poner en pie una juventud anticapitalista
Desde el PTS/FIT junto a los estudiantes terciarios y secundarios de las agrupaciones En Clave Roja y Pan y Rosas nos organizamos para unir la fuerza de los trabajadores, las mujeres y la juventud contra el ajuste.
Estamos impulsando una campaña por la reapertura de las carreras terciarias y la implementación de la educación sexual integral y una audiencia educativa en el Concejo Deliberante que permita unificar los reclamos de los jóvenes, los docentes y la comunidad.
¿Qué perspectiva quieren darle el estado y los partidos tradicionales a los y las jóvenes de Libertador si la política es que paulatinamente se cierre la posibilidad de estudiar una carrera? Los cierres de carreras en una ciudad como Libertador y las localidades cercanas condenan a los jóvenes a no tener futuro. ¿Un pibe o una piba que sale del secundario qué hacen sin carreras donde estudiar? ¿Qué perspectiva dan a los jóvenes? El trabajo precario o ahora también la legalización del empleo infantil.
Trabajar y estudiar cuesta cada vez más. El gobierno dice que sobran docentes, pero lo que faltan son escuelas e inversión en la educación pública. Y el abandono estudiantil tiene causas más profundas que empeoran con el ajuste en curso, como vimos más arriba: cada vez menos familias y jóvenes pueden costear una carrera. Con el ajuste y el crecimiento de la pobreza ¿Cuántos padres podrán seguir mandando a sus hijos/as a estudiar a otras provincias o ciudades?
Es una situación en la que queda cada vez más claro que son “ellos o nosotros”, es decir, que se impone el ajuste a favor de la minoritaria clase capitalista y sus representantes o se lo derrota y se imponen los intereses del pueblo trabajador, las mujeres y la juventud, que somos la abrumadora mayoría de la población.
Las fuerzas y energías que llenaron las calles del país y de Jujuy de jóvenes trabajadores/as y estudiantes puede darle un nuevo impulso a las generaciones anteriores.
Unir a la juventud con los trabajadores y las mujeres en la perspectiva de recuperar y revolucionar las organizaciones de masas como los sindicatos y centros de estudiantes para la lucha, va de la mano con organizar miles y miles de jóvenes en agrupaciones anticapitalistas que se preparen para combatir por un futuro a favor de los/las explotados/as y oprimidos/as, poniendo un pie un gran partido revolucionario de la clase trabajadora, independiente de todos los partidos patronales que defienden este sistema.