El debate por un artículo del periodista económico, Alfredo Zaiat, fue tratado en la columna de economía de El Círculo Rojo, un programa de La Izquierda Diario que se emite por Radio Con Vos, 89.9.
Pablo Anino @PabloAnino
Domingo 19 de julio de 2020 23:41
- El domingo pasado, en un artículo en Página 12, el periodista Alfredo Zaiat criticó a los empresarios del G-6, a los cuáles el presidente, Alberto Fernández, sentó a su lado en el Día de la Independencia.
- El G-6 está integrado por la Unión Industrial Argentina, la Bolsa de Comercio, la Cámara Argentina de Comercio, la Asociación de Bancos Argentinos, la Cámara Argentina de la Construcción y la Sociedad Rural Argentina.
- La nota generó un gran revuelo durante toda la semana porque fue tuiteada por Cristina Fernández, lo cual fue interpretado como una muestra de las internas en el gobierno.
- Hoy en un reportaje con Página 12 le preguntaron al presidente Alberto Fernández sobre el tema. ¿Qué respondió? Que la nota “plantea cosas que a mi juicio son ciertas y otras que son sesgadas”. Y, completó la idea: no se pude construir otro modelo de país sólo con ellos porque no lo quieren cambiar. Pero, tampoco, sin ellos.
- Me hizo acordar a otra máxima de Alberto Fernández hace dos años atrás: “Con Cristina no alcanza, pero sin ella no se puede", decía. La misma lógica, otros actores. Pero una alianza electoral para ganar las elecciones, no es lo mismo que una alianza de clases sociales para el desarrollo del país.
¿Qué fue lo que planteó Zaiat?
- Con mucha razón, señaló que el G-6 es el poder concentrado que “ha intensificado el combate contra el proyecto de desarrollo nacional”.
- También agregó que se trata de un “sujeto social que resiste construir un sistema económico que permita alejar la reiteración de crisis dramáticas”. Por el contrario, cada crisis lo tiene como protagonista. Y, podríamos agregar, de cada crisis hace una oportunidad.
- Lo interesante es que Zaiat busca una explicación a las conductas empresariales en la situación estructural. En particular, en las transformaciones económicas de las últimas décadas, bajo la hegemonía del neoliberalismo y el capital financiero.
- Desde la dictadura cívico-militar, iniciada el 24 de marzo de 1976, hasta la actualidad el balance es claro: la pobreza de ser alrededor del 10 % en los ’70 alcanzó un nuevo piso histórico de al menos un cuarto de la población para expandirse a más del 50 % en momentos de crisis profundas, como en 2001-2002 (un nivel que podría alcanzar nuevamente este año); se arrebataron derechos laborales; las empresas de servicios públicos pasaron a ser un negocio privado. Hay más, pero estos son los hechos más sobresalientes.
- ¿Cuál es la explicación principal a la falta de interés en el desarrollo nacional? Para Zaiat, es que la mayoría del empresariado del G-6 está alejado del interés de abastecer el mercado interno, actúa monopolizando ramas económicas o tiene posiciones dominantes en las mismas, valorizan financieramente sus beneficios, los dolarizan y los fugan. Por lo cual, tienen mayormente su patrimonio en el exterior.
- En realidad, es en cierta medida limitada la discusión del mercado interno. Este comportamiento de colocar el patrimonio en el exterior explica en gran medida la reticencia inversora, la perpetuación y profundización del atraso y, por ende, también la estrechez del mercado interno. En esta conducta, no hay grieta entre nacional o extranjera, mercado internista o exportadora. Todos se llevan riqueza al exterior.
- De este modo, el interés empresarial está escindido del interés general de la población del país. Hoy domingo, Zaiat volvió sobre el tema. Critica que, durante la semana, el debate se haya desplazado a las “crispadas especulaciones políticas”. Y no se haya centrado en el núcleo de su argumento.
- ¿Cuál es ese núcleo? Dice Zaiat que el debate central es “cómo transitar el camino del desarrollo nacional” frente a la carencia del sujeto. La burguesía, “teniendo en cuenta su recorrido en la economía argentina puede definirse como fallida”.
- Y agrega que la conducción política del poder económico, actualmente, está en manos de Techint y del Grupo Clarín. Y que el bloqueo a la intervención del Estado para promover el desarrollo se evidencia en el rechazo al decreto de prohibición de despidos, a la contribución extraordinaria de las personas ricas, a la oferta de canje de deuda y a la expropiación de Vicentin.
- Hasta aquí uno podría coincidir, casi en todos los términos con la caracterización. Pero Zaiat agrega que hay una excepción: dice que hay un sector del empresariado que está cansado de los métodos extorsivos de Techint y Clarín, pero que no lo expresa por temor a represalias.
Entonces… ¿quién desarrolla al país?
- Una de esas excepciones sería la empresa Arcor. ¿Pero es diferente el interés de Arcor en el desarrollo nacional que el del resto del empresariado? Su situación estructural indicaría que no. En la actualidad, Arcor posee 47 plantas en el mundo con más de 20 mil empleados, a través de las cuales abastece a 120 países. Está tan interesada en el mercado externo como Techint.
- No sólo eso. Tiene muchos capítulos oscuros en su historia. Uno de ellos es bien significativo: durante la dictadura impulsó la Fundación Mediterránea, que actúa hasta el día de hoy como lobista del neoliberalismo. Y que ofrendó al país a su figura más destacada. ¿Saben quién es? Domingo Cavallo.
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- Pero hay que ir más allá. Zaiat elude el problema fundamental: la extranjerización del aparato productivo, que reconoce sus raíces en los orígenes del país, pero que se profundizó con el neoliberalismo: entre las 500 grandes empresas del país, el capital imperialista explica el 78 % del Valor Bruto de la Producción (VBP). Es decir, de la facturación.
- Clarín, Techint, Arcor, son socios menores en un conglomerado burgués dominado por el capital extranjero. Los negociados de la deuda y la fuga de capitales son uno de los nexos de esa asociación ilícita.
- La presencia extranjera es evidente en el comercio exterior (Cofco, Cargill, Bunge, ADM-Dreyfus), en el sistema bancario (BBVA Frances, Santander, HSBC, ISBC), en la industria automotriz (Ford, Toyota, General Motors, Volkswagen, Renault, Peugeot).
- Son sólo “pequeños” ejemplos de una realidad más amplia de empresas que hacen negocios en el capitalismo dependiente argentino, integrado de forma subordinada al capital imperialista. Ninguna está interesada en el mercado interno, sino en la sagrada ganancia y llevarse lo ganado al exterior.
- Zaiat, seguramente, no sacará las mismas conclusiones que aquí esbozamos. Pero, tal vez, haya hecho una contribución a comprender por qué la única clase social interesada en el desarrollo nacional es la clase obrera, la que produce toda la riqueza, acá y en el mundo.
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Pablo Anino
Nació en la provincia de Buenos Aires en 1974. Es Licenciado en Economía con Maestría en Historia Económica. Es docente en la UBA. Milita en el Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS). Es columnista de economía en el programa de radio El Círculo Rojo y en La Izquierda Diario.