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Red Internacional
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Educación. Elecciones de Rector U Chile: Que las autoridades sean electas por sufragio universal

Ni estudiantes ni funcionarios podemos decidir quien dirigirá nuestra universidad. De los académicos que pueden votar, aquellos que tienen las condiciones laborales más precaria tienen escasa incidencia en la votación. Es necesario pelear por el voto universal de las autoridades universitarias.

Martes 1ro de marzo de 2022

Este año se celebran nuevas elecciones de Rector en la Universidad de Chile y Ennio Vivaldi no estará en la papeleta después de cumplir 8 años en el cargo. Una elección con nuevas caras que apuntan a la rectoría:

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Sin embargo, algunas cosas se mantienen, una de ellas es lo antidemocrático del sistema electoral que relega a gran parte de la comunidad del proceso.

Sólo se pueden postular al cargo profesores titulares o personalidades académicas de una jerarquía equivalente. Luego, tienen derecho a voto las y los académicos pertenecientes a las tres más altas jerarquías de la universidad. A esto se suma el requisito de que tengan por lo menos un año de antigüedad en la misma. Los votos académicos se ponderan en función a la carga horaria de cada uno. En la elección pasada la ponderación fue así: 6 horas o menos corresponde a 1/8 de voto, de 7 a 21 horas es medio voto y desde las 22 horas es un voto completo.

Es un sistema antidemocrático primero porque cerca del 40% de los académicos es contratado por una cantidad inferior a las 22 horas y por tanto su voto vale 1/8 o medio sufragio. Es decir, existe una correlación evidente entre la precariedad laboral, los bajos salarios y la falta de representación política. Y en segundo lugar porque tanto estudiantes como funcionarios no tienen incidencia alguna en la elección del Rector. Esto es reflejo de una concepción elitista de la universidad, en que la producción y transmisión conocimiento debe ser custodiada por unos pocos iluminados que se han reservado el derecho a decidir el rumbo de la universidad sin nosotros.

Hoy día en el siglo xxi, este sistema de votación estamental y censitario no tiene razón de ser. La Universidad es una corporación de trabajo en la que todes colaboramos en la producción del conocimiento, desde los académicos, pasando por los estudiantes hasta los funcionarios que mantienen la infraestructura en óptimas condiciones para desarrollar las labores de docencia e investigación. Además, si queremos una universidad que realmente esté al servicio de las necesidades de la sociedad, es necesario que dicha sociedad se exprese a través de sus integrantes: docentes, estudiantes y funcionarios, y la mejor forma es el voto universal en la elección de autoridades unipersonales y la existencia de organismos colegiados y paritarios.

Desde que la universidad fue fundada, las necesidades culturales y educativas de nuestro país han cambiado tremendamente, ya no necesitamos enciclopedias andantes, tecnócratas administradores de la miseria neoliberal o custodios del conocimiento. Necesitamos una educación masiva, democrática y crítica que prepare profesionales con visión, que se desvelen por un esquema de desarrollo que supere la dependencia hacia las transnacionales que explotan nuestros recursos, por generar instituciones políticas realmente democráticas, y que se pronuncien contra la explotación y todos los tipos de opresiones que azotan nuestras vidas. Para ello, la democratización de la Universidad, es un paso ineludible.