El día lunes 4 de junio las elecciones a decano de la facultad de filosofía y humanidades fueron interrumpidas por la movilización de los estudiantes, sobre quienes las autoridades quieren hacer recaer toda la fuerza de los aparatos represivos del estado.Es momento de cuestionar y enfrentar a una estructura universitaria profundamente antidemocratica que reproduce las injusticias sociales y el modelo de mercado en la educación

Nancy López Profesora. Agrupación Nuestra Clase

Ιωαχειν Santiago de Chile
Miércoles 6 de junio de 2018
El día lunes 4 de junio debía cumplirse, en un acto de rutinaria normalidad, el cronograma institucional que mandataba la realización de la elección del nuevo decano o decana de la facultad de filosofía y humanidades para el periodo 2018-2022.
¿Cómo podría ser que la elección de la máxima autoridad de la facultad fuese a pasar como un hecho inadvertido en un contexto que la facultad y la universidad de conjunto se encuentra hace más de un mes movilizada?
Sin embargo un acontecimiento vendría a alterar profundamente la somnolencia burocrática del proceso eleccionario, colocando sobre la palestra nuevamente la ilegitimidad de un proceso. El mismo lunes, los estudiantes del Departamento de Estudios Pedagógicos se tomaron las oficinas de cuarto piso, donde se encuentran las dependencias del decanato de la facultad, presentando un petitorio que llevaba meses de discusiones sin respuesta efectiva de parte de las autoridades. En el marco de esa movilización es que las urnas destinadas a la elección de las autoridades fueron sustraídas por los estudiantes impidiendo que el proceso eleccionario sea llevado a cabo.
Rápidamente, las actuales autoridades , apoyados en algunos académicos y actuales candidatos a decanato, desde el consejo de facultad, órgano máximo de decisión donde tampoco funcionarios y estudiantes así como el grueso de los y las docentes, tiene derecho a voto , solo un simbólico derecho a voz para sus representantes, salieron a repudiar la movilización de los compañeros, llamando incluso a la intervención de la policía frente a un hecho que constituiría un delito contemplado en las leyes de la república.
“El robo de las urnas” no solo constituye un acto aislado de parte un grupo de compañeros y compañeras. En los hechos expresa el amplio rechazo que comienza a gestarse en importantes sectores de la comunidad de la facultad sobre la forma en que se toman las decisiones no solamente en filosofía y humanidades, si no en todas las universidades, al calor de las movilizaciones que han cuestionado la forma en que se reproduce la violencia machista en las instituciones educativas y como las autoridades y la institucionalidad heredada de la dictadura y maquillada con la reciente ley promulgada de universidades estatales no se hace cargo.
La actual decana, que firmó un acuerdo con la toma del año pasado, es quién sigue tomando las decisiones respecto de los casos de violencia machista en la facultad. Sin embargo al poco andar hemos visto como decanato ha demorado las resoluciones, optando en la mayoría de los casos por no entregar respuestas efectivas, más allá de firmar uno que otro convenio que no ataca los problemas de fondo. El comité triestamental se ha vuelto una instancia meramente consultiva, sin independencia de las autoridades para resolver, lo que finalmente vuelve estéril la organización de la comunidad para de conjunto resolver una problemática tan sentida por los estudiantes. ¿Son esas autoridades a las que les queremos entregar la solución de los casos de violencia machista?
Durante la campaña electoral los distintos candidatos al cargo de decano de la facultad se pronunciaron sobre el devenir de la facultad, la profesora María Isabel Flisfisch estableció como eje la “necesidad de abrir espacios de diálogo y retomar las conversaciones y discusiones”, para el profesor Jorge Hidalgo “ la Facultad requiere de cambios, pero que deben realizarse en un nivel de convivencia importante” y finalmente el profesor Carlos Ruiz destacaba que “ el trabajo de grupo, en comisiones abiertas, que han desarrollado colectivamente su propuesta para el decanato.”
Para ninguno de los candidatos las importantes temáticas que atraviesan la facultad como el aumento de matrículas, la precariedad laboral , la violencia machista , la áreas de investigación y desarrollo del conocimiento, entre otros eran asuntos que pasaban de ser generales “problemas de convivencia”, menos cuestionaron el hecho de que la decisión sobre los mismos pasara de ser abordado en instancias de dialogo no vinculantes, sino que se resolvieran triestamentalmente y de manera democrática por todos los estamos. Más lejos aún estuvieron de plantear que los problemas estructurales que afectan a la facultad están atravesados de conjunto por la ausencia de un financiamiento integral de parte del estado ni que la educación debiese ser un derecho gratuito y de libre acceso , cuestionando que miles de jóvenes quedasen fuera de la educación superior.
Es por esto que el actual proceso de definición de las nuevas autoridades, lejos está de ser un proceso democrático y legítimo, sino que asistimos a un proceso de selección de parte de un selecto grupo de académicos de los cargos de gestión y dirección de la facultad, marginando a la inmensa mayoría de la comunidad que compone la facultad de la toma de decisiones.
La apelación a las policías para que resuelvan el conflicto abierto por la sustracción de urnas va más allá, y pasa por encima de la autonomía universitaria, principio por el cual estudiantes, funcionarios y profesores lucharon arduamente desde la dictadura para garantizar la independencia política del estado de los centros educativos para desarrollar los espacios de pensamiento crítico y cuestionamiento de la sociedad, actividad que no solo constituye un ejercicio intelectual, sino que también de organización práctica, con movilizaciones, discusiones y actividades políticas para concretar los cambios estructurales que por años venimos demandando.
Se deja en manos del mismo estado que reprime violentamente las movilizaciones, a los pueblos oprimidos y que garantiza legalmente las injusticias sociales, el problema de fondo de ausencia de democracia universitaria, expresión de la crisis de la educación pública.
En la misma línea la dirección del centro de estudiantes, conducido por Movimiento Autonomista, se ha limitado a hacer un catálogo de demandas para dejarla en manos de las futuras autoridades, sin enfrentar el límite que existe actualmente para que esas demandas puedan realizarse en los marcos de la actual institucionalidad universitaria.
¿Conquistaremos acaso el cogobierno universitario, el paso a planta de los funcionarios y docentes, la resolución de los casos de violencia machista de manera independiente de las autoridades, la democratización de la orientación del conocimiento simplemente dialogando con decanos y rectores? ¿Conseguiremos cambios estructurales sin una correlación de fuerzas concreta que permita echar abajo la herencia de la dictadura enquistada en la estructura autoritaria, servil a la gestión empresarial de mercado de la educación superior?
Movimiento Autonomista ha renunciado de antemano a cualquier transformación sustantiva, convirtiendo las demandas en meras estrofas poéticas para describir como queremos que sea la educación pública en un futuro indeterminado, más no jugándoselas por unir y dar un horizonte concreto a la actual movilización en curso.
Desde VENCER y PAN Y ROSAS consideramos completamente ilegitimo que la actual crisis que atraviesan las autoridades se resuelva rutinariamente recalendarizando las elecciones interrumpidas. Nos oponemos tajantemente a que la misma crisis sea resuelta entre cuatro paredes y descargando la fuerza represiva del estado sobre los estudiantes que se movilizan sin dar respuesta de fondo a las demandas que estos plantean. Consideramos que la única manera de conquistar nuestro programa es con la fuerza de funcionarios, estudiantes y docentes actualmente movilizados, orientados a que dotemos a nuestra movilización de la perspectiva de democratizar la facultad en miras a un cogobierno universitario electo triestamentalmente mediante voto universal , ligando la lucha por cambiar la facultad con la lucha por conquistar un financiamiento integral de parte del estado a las universidades públicas para garantizar el derecho a la educación gratuita, democrática, de libre acceso y no sexista.
Hacemos el llamado a los estudiantes a discutir en sus asambleas un plan de acción, que considere el llamado a una asamblea triestamental de la facultad de emergencia para discutir como conquistaremos nuestras demandas y para exigir que se conforme una comisión triestamental electa democráticamente para organizar una elección verdaderamente democrática de nuestro gobierno universitario, que democratice la toma de decisiones y haga efectiva la participación de los tres estamentos, con el mandato de responder a todas las demandas de funcionarios, docentes y estudiantes.
Estas son para nosotros las medidas básicas y urgentes que debemos tomar para orientar nuestra movilización hacia objetivos políticos concretos, los que no podremos conquistar sin la más amplia participación de todos y todas quienes componen la comunidad universitaria , para cuestionar completamente un modelo educativo y de sociedad que solo reproduce las injusticias y la desigualdad.

Nancy López
Profesora. Agrupación Nuestra Clase