Las claves de la disputa entre “Nos Une Chihuahua” (PAN y PRD con el apoyo del PRI) y "Juntos haremos historia en Chihuahua (Morena, Partido del Trabajo y Partido Nueva Alianza).
Jueves 27 de mayo de 2021
El proceso electoral entró en su recta final y los ataques entre los partidos patronales arreció, hegemonizan dos grandes bloques, a nivel nacional, el primero se vislumbra dentro del oficialismo “Juntos Haremos Historia” encabezado por Andrés Manuel López Obrador y el Morena, frente a la oposición desde la derecha con el PAN, PRI y PRD encabezando la coalición “Va por México”.
A nivel estatal, la situación no presenta grandes variaciones. “Juntos Haremos Historia en Chihuahua” con los partidos del Morena, del Trabajo y el estatal Nueva Alianza, postularán candidatura a la gubernatura, 11 diputaciones de mayoría relativa, 34 planillas para ayuntamiento y 34 sindicaturas. En oposición, “Nos Une Chihuahua” con los partidos Acción Nacional y de la Revolución Democrática a la cabeza, así como el reciente apoyo público del PRI, manteniéndose en 10 diputaciones de mayoría relativa, 18 planillas para ayuntamientos y 18 sindicaturas, según datos del mismo IEE, hasta el cierre de la edición de la nota.
Sea por las trayectorias de sus figuras políticas, antecedes históricos y/o maniobras partidarias recientes, tanto “Nos Une Chihuahua”, como “Juntos Haremos Historia en Chihuahua” resultan coaliciones que no representan los verdaderos intereses de las clases trabajadoras y sus familias, mucho menos a los sectores más precarizados.
Más allá de las pugnas entre las dos coaliciones, que las hay, de fondo ninguno pretende mejorar las condiciones del sector obrero, por ejemplo, dando continuidad a la explotación sin la posibilidad de defensa alguna, como ha sido la legalización del outsourcing, herencia de los gobiernos neoliberales, a nuestros días legalizado en la reforma laboral de la 4T.
Así este proceso electoral ayuda más a desmovilizar el descontento popular que a su bienestar social, poniendo de manifiesto la ausencia de una verdadera política que defienda los intereses de las familias trabajadoras y sectores populares.
En los problemas centrales del estado ambos referentes han mostrado su verdadero rostro e interés por respaldar las ganancias y fortunas del empresariado, sea regional, nacional e internacional, a costa de las clases trabajadoras y sectores populares; en los temas cruciales como el agua, violencia, la salud, educación y vivienda, las coincidencias a la hora de dar respuestas crecen.
En la problemática del agua, “Nos Une Chihuahua” se define abiertamente del lado de los empresarios y caciques locales, por ello, su férrea defensa del agua en favor de la agroindustria estatal en el conflicto pasado de la Boquilla, frente a un oficialismo que se ancló en tratados internacionales, para cumplir las exigencias del imperialismo yanqui y demandas de la patronal binacional, imponiéndose por la vía de la Guardia Nacional.
En nuestros días, con las consecuencias del conflicto trasladadas a la contienda electoral, ninguna de las coaliciones se preocupa por los cientos o miles de jornaleros afectados y sus familias, como tampoco por los medianos y pequeños productores de la región que igualmente fueron impactados por el conflicto.
En el ámbito urbano, de igual manera los dos referentes electorales están más preocupados por garantizar el agua a la construcción e industria, así como a los derivados de la minería en el estado, que a las colonias periféricas y sectores más empobrecidos que carecen constantemente del vital líquido y que ven invariable el incremento en sus recibos de pago.
En materia de violencia y seguridad, ambas alternativas promueven más de lo mismo (mayor punitivismo, así como mayores y mejores policías), sólo que con distinta nomenclatura; Chihuahua es de los estados que más padece feminicidios, asesinatos y ejecuciones por el crimen organizado. A nadie se nos olvida que en los gobiernos del priismo y panismo está el origen del incremento de la violencia, por medio de la militarización, obedeciendo las demandas del “Consenso de Washington”, en su política en contra del narcotráfico en América Latina.
A la fecha el gobierno de la 4T ha dado respaldo y continuidad a la militarización a través de su Guardia Nacional, siendo en los hechos una continuidad del Calderonato y Peñanietismo, sólo que abiertamente incluida la contención del paso migratorio hacia los Estados Unidos.
Con respecto a la salud, la educación y vivienda pública ambas coaliciones comparten una visión empresarial del asunto. Estos derechos elementales son vistos como mercancías antes que como derechos constitucionales consagrados en la mayoría de las democracias burguesas, por ello, las reformas laboral, educativa y energética de la 4T, como ejemplo, aunque diferentes, no terminan de distinguirse de la herencia neoliberal en el país, que significan una reducción de las conquistas y derechos obtenidos por las y los trabajadores.
Mientras que en el rubro económico y derechos laborales las coincidencias y descaros son mayores, recordemos que el estado de Chihuahua fue de los primeros en implementar y promover el outsurcing gracias a los gobiernos del PRIANismo local, como mecanismo de “recuperación” económica, acompañado del desarrollo de la Industria Manufacturera, que en los hechos no significó más que la ampliación y profunda precarización de las clases trabajadoras en el estado y sus familias. Ahora en tiempos de la 4T, se logra el aval legal y refuerzo indispensable a través del T-MEC, teniendo como resultado la completa legitimidad de explotar al despoblado y privar de prestaciones por parte de la patronal.
La verdadera pugna entre el Morena “Juntos Haremos Historia en Chihuahua” y la oposición panista por derecha “Nos une Chihuahua”, es buscar la aprobación de empresarios y trasnacionales, a la par que buscan el favor popular.
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Como se mostró con mayor crudeza durante el desarrollo de la pandemia de covid-19, aún en curso, las autoridades en sus tres niveles de gobierno, lo mismo que los distintos representantes de los partidos patronales en coalición con las dirigencias sindicales, poco o nada les importó la salud de las y los trabajadores de este sector, que fallecieron a consecuencia del coronavirus, debido a la falta de materiales, capacitación e insumos, que iban desde los más básicos para la higiene, como los especializados (pruebas de detención) y hasta la ausencia de medicamentos.
Estas mismas autoridades, dirigencias sindicales, así como las y los representantes de los partidos del régimen, aprobaron que la construcción, minería e industria manufacturera pasaran a clasificarse como actividades esenciales, sin parar la producción priorizando las ganancias, producto de la presión de empresas trasnacionales, así como las grandes fortunas nacionales, debido a la importancia que tiene la franja fronteriza con las cadenas de valor directamente relacionadas y dependientes de la economía norteamericana, exponiéndose la salud y vida de millones de mujeres y hombres trabajadores, como a sus familias.
Mientras tanto, “Juntos Haremos Historia en Chihuahua” optó por replicar la estrategia nacional, incorporando a sus filas, ya no sólo personajes y personalidades de todos los partidos políticos existentes, haciendo una especie de chile con queso, llegando a la inclusión de figuras impresentables, así como la imposición de un candidato, según denuncias de sus propios militantes, con una acérrima docilidad al mandato presidencial.
Como bien apuntan nuestros compañeros, Bárbara Funes y Pablo Oprinari, en su artículo “Elecciones: entre los límites del “progresismo” de AMLO y la derecha neoliberal”, atrás referido, se busca emular la victoria electoral del 2018, bajo el discurso del “progresismo”, el respaldo a la figura presidencial y la polarización con la derecha neoliberal repudiada por amplios fragmentos de la población, llegando a ser calificada por sectores reformistas y de izquierda, como el “mal menor”.
En oposición la derecha se inclinó por la representación de personalidades feministas y ecologistas desde el PRI, el PAN y el PRD, queriendo canalizar el descontento contra el gobierno y así ganar posiciones hacia las elecciones presidenciales del 2024. No debemos olvidar que fueron los gobiernos del PRI y del PAN, con la mano del PRD, quienes aplicaron las privatizaciones, la entrega, la militarización del país y el florecimiento del crimen organizado.
Para ambos, se trata de reforzar el control hegemónico de las instituciones del régimen, llevando la pelea electoral, por la defensa de los intereses del gran capital.
Por un partido revolucionario de los explotados y oprimidos
Chihuahua carece de una real alternativa por izquierda del Morena, mismo que más allá de su retórica “progresista”, defiende los intereses de empresarios y patrones, dando prioridad en sus filas a ex panistas y priistas, antes que promover y apuntalar a personalidades dentro de sus bases.
Es necesaria una alternativa política por izquierda que permita superar las experiencias de las distintas formaciones reformistas y populistas en Chihuahua que, de la mano de las burocracias sindicales, han sido parte integral de los partidos burgueses como el PRD y el Morena, principalmente.
Desde el Movimiento de las y los Trabajadores Socialistas y La Izquierda Diario, nos apostamos por la construcción de una organización política que represente y se conforme desde las clases obreras y sectores precarizados, que supere lo existente en el país, pero con una gran trascendencia en la franja fronteriza del norte, por su marcado carácter industrial.
Cuando nos llaman a votar por la derecha y/o por el contrario, nos proponen votar por el “mal menor”, sostenemos que en estas elecciones 2021 las y los trabajadores, de la mano de sus familias y sectores más vulnerables, no contamos con ninguna opción, ni candidatos con registro que defiendan nuestros intereses. Por ello, invitamos a que las y los trabajadores, familiares, así como las juventudes, movimiento de mujeres y sectores menos favorecidos, en la boleta electoral escriban y manifiesten consignas y demandas de las clases trabajadoras y sectores populares, como son, “No al outsourcing”, “Por un regreso seguro a las aulas”, “No más Feminicidios” “Aborto legal y seguro en todo el país” y/o “Por la solución de los conflictos obreros y populares”.
Nuestra tarea entonces es construir una alternativa política combativa y con independencia de clase, que promueva la movilización y los métodos de lucha de las clases trabajadoras (como la huelga y el paro), y poder así, imponer nuestras demandas.
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