A medida que avanza el conteo de votos se confirma el empate virtual entre el partido Likud, del primer ministro Benjamín Netanyahu, y la alianza Azul y Blanco, liderada por el exgeneral Benny Gantz.
Miércoles 18 de septiembre de 2019 11:36
Con el 92% de los sufragios escrutados, según datos publicados por el diario israelí Haaretz, el Likud llegaría a los 31 escaños, mientras la alianza que encabeza Gantz obtiene 32. La suma de posibles bloques refleja 56 escaños para el Likud, impidiendo a Netanyahu la posibilidad de formar un Gobierno, mientras que la alianza Azul y Blanca encabeza un bloque con 55 escaños, ambos lejos de los 61 necesarios para tener mayoría en el parlamento.
Con los primeros resultados reflejando un revés para su partido, Netanyahu se limitó a decir que había que esperar los resultados definitivos antes de plantear alternativas de Gobierno. La mayoría del bloque de partidos de derecha y ultraderecha que lo llevó al gobierno en sucesivos mandatos quedó en crisis. El respaldo garantizado por dos partidos ultraortodoxos —el askenazi Unión de la Torá y el Judaísmo (ocho escaños) y el sefardí Shas (nueve)— y de la alianza Yamina (siete), de la extrema derecha nacionalista y religiosa, resulta insuficiente para garantizar un nuevo mandato.
Del otro lado, Gantz, puede celebrar que la alianza formado a comienzos de año logró polarizar la elección. Pero el crecimiento de su alianza llevó a la crisis de importantes partidos tradicionalmente situados en la centroizquierda. El histórico laborismo socialdemócrata continúa su crisis, estancado en los seis escaños y la nueva Unión Democrática pacifista, no ha superado el listón de los cincos diputados pese a haberse reforzado con políticos laboristas y con el ex primer ministro Ehud Barak.
El recuento también muestra a el partido Lista Conjunta de unidad árabe con 13 escaños, manteniéndose como tercera fuerza. Antes del término de la jornada su líder Ayman Odeh habló por teléfono con Gantz y acordaron reunirse.
Mientras que la formación de Avigdor Liberman, exministro de Defensa de Netanyahu, se queda 9 escaños. Nuestro Hogar, el principal artífice del reciente fracaso de Netanyahu en formar gobierno estaría obteniendo mejores resultados que en abril, casi ha duplicado sus escaños consiguiendo un papel arbitral que le asigna la llave para la futura gobernabilidad. Lieberman, un derechista laico, cuando fue ministro de educación de Netanyahu quiso prohibir la lengua árabe en los colegios mixtos de israel y que obligó a los artistas israelíes a representar obras en los territorios ocupados o extorsionándolos con quita de subsidios.
Con los resultados que arroja la elección pareciera que primó por un lado el miedo en el electorado a que la desesperación de Netanyahu lo lleve a cumplir sus promesas de anexión (lo que la gran mayoria de los israelíes -menos los de los territorios ocupados, claro- ven con miedo porque sería desencadenar un conflicto que no se sabe cuándo puede terminar), y por otro lado los grandes problemas que tiene con la justicia el actual jefe del Ejecutivo impactaron en el apoyo electoral. Las bravuconadas de Netanyahu, al estilo Trump, le hicieron perder un sector del electorado de derecha, lo que puede explicaría la subida de Lieberman.
Gantz se mostró más “moderado” pero no deja de ser una "paloma" que se puede volver halcón en cualquier momento. Su papel en la operación Margen Protector en 2014, cuando fue el General del Ejército israelí que bombardeó Gaza dejando más de 2200 palestinos muertos, muestra hasta donde puede llegar el líder de la alianza Azul y Blanco.
Con el “empate técnico” que arrojan los resultados crecen los llamados a un Gobierno de unidad nacional. Tanto Gantz como el líder de Israel Nuestro Hogar han sugerido la formación de una coalición laica compuesta por sus partidos y el Likud, bajo el argumento de dejar fuera del gobierno a los partidos ultraderechistas. Pero en ese caso se abren especulaciones: si la encabeza Likud o Azul y Blanco y, segundo, si contará o no con la presencia de Netanyahu. Otras opciones de alianzas están abiertas, en especial por la buena elección del partido de Liberman y Lista Conjunta árabe.
En el tablero se juega contra el reloj el acuerdo de inmunidad que necesita con urgencia Netanyahu, acusado por la Fiscalía General de fraude, soborno y abuso de confianza en tres casos distintos y que tiene fecha de la vista prevista para principios de octubre. También el desarrollo del "plan de paz" que venía urdiendo Trump con Netanyahu para el conflicto con los palestinos, en el que se cambia soberanía por inversiones fundamentalmente de los estados árabes.