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Red Internacional
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Mecánicos. Elecciones en VW Pacheco

Las elecciones en Volkswagen dieron un resultado favorable a la oficialista Lista Verde: del grupo de delegados opositores solamente dos retuvieron su cargo.

Viernes 5 de septiembre de 2014

Este resultado parecería una reconciliación entre la dirigencia gremial encabezada por Pignanelli y una mayoría, ciertamente grande, de los trabajadores de la planta de Pacheco.

En realidad, se trata de un dato político fuertemente condicionado: a saber, en primera instancia el propio SMATA se encargó de despedir a activistas, que pretendían postularse o que militaban conjuntamente a los delegados independientes. Otros fueron cambiados de su puesto habitual de trabajo y confinados en lugares distantes bajo la vigilancia de la militancia oficialista.

Estas medidas ejemplificadoras contribuyeron a crear un clima de terror adentro de la fábrica, trabajo que completaron con la vigilancia personal y la persecución política, de forma escandalosa y ridícula. Por ejemplo, se transformó en un motivo de sanción disciplinaria válido hablar con determinada persona; otro ejemplo, luego de que un operario use el baño otra persona ingresaba a controlar que no haya escrito nada en el cubículo de un inodoro.

La única manera de normalizar semejante situación ajena a la constitución e incluso al sentido común, fue por el terror, so pena de ser despedido.

En este momento, el problema del empleo es una preocupación constante para los trabajadores de la industria mecánica, presionados por la incertidumbre de su continuidad laboral a fuerza de suspensiones masivas semana tras semana.

A todo esto, el conflicto de Gestamp y luego el conflicto de Lear, contribuyeron a que la conducción de SMATA montara no solamente una campaña de desprestigio de la izquierda y los delegados opositores, sino que incluso buscara re prestigiarse, mostrándose como garante de la continuidad del trabajo, política que se cristalizó con el anuncio de un acuerdo de continuidad laboral hasta Abril de 2015.

Ha repetido hasta el hartazgo el SMATA que los despidos se deben a la izquierda radicalizada, que busca rédito político impulsando luchas por la lucha misma y con pretensiones individuales de buscar acuerdos arreglos económicos. La verdad es que los conflictos recientes fueron iniciados por las empresas, en acuerdo con SMATA, con el fin de lograr una limpieza de opositores y activistas en diferentes establecimientos. Y el propio Pignanelli desnudó lo mentiroso de su discurso cuando admitió la existencia de casi mil despidos en su gremio. Es decir, más allá de las fábricas célebres por la resistencia de sus trabajadores, ya es un hecho la pérdida de, por lo menos, mil fuentes de trabajo, cosa que SMATA permite con total pasividad.

En esta situación los operarios de Volkswagen han tomado mayoritariamente una postura conservadora, considerando que el Smata garantiza la continuidad del trabajo, y que la izquierda o los opositores, quizás no por sus intenciones sino la de sus enemigos, llevan a conflictos donde se producen despidos. Y el miedo a los despidos supera muchas otras cosas, incluso los rasgos aborrecibles de una organización gremial signada por el patoterismo y el lumpenaje.

La esperanza Verde, la confianza en una burocracia sindical que tiene en su haber, entre otras cosas, haber garantizado despidos masivos en la crisis del 2001, tiene ese límite justamente. Lo que es presentado como una interna gremial en realidad es la preparación del terreno para avanzar sobre el salario y las condiciones de trabajo, y generar un ambiente propicio para despedir si hace falta.

La propia evolución de la situación de los trabajadores mecánicos, va a demostrar la verdadera naturaleza de las peleas internas en su gremio.

En condiciones inéditas y bajo una presión constante, los delegados que resultaron derrotados en la elección, demostraron una firmeza y un coraje envidiables, los votos reunidos, aunque minoritarios, expresan un alto grado de conciencia forjada en una escuela dura de dictadura gremial encubierta. Ahora la prueba es difícil, el SMATA va a continuar persiguiendo y no sería extraño despidos persecutorios en este sentido. Quizás coincida el momento de un nuevo ataque con un despertar de los obreros cuando la verdadera política de SMATA se haga pública.