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Red Internacional
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Entrevista. Eleonora Alais: “La abogacía fue una herramienta para representar a los trabajadores en su lucha”

Entrevistamos a Eleonora Alais hija de Hugo Alais, abogado desaparecido durante la llamada “Noche de las Corbatas” en junio de 1977 en la ciudad de Mar del Plata. Este año se cumplieron 39 años.

Martes 19 de julio de 2016

Contanos qué fue la “Noche de las Corbatas”

  •  La Noche de las Corbatas para es el nombre que le ponen los represores a una serie de secuestros a abogados laboralistas, en junio y julio de 1977 en nuestra ciudad. El grupo de compañeros que desaparece en ese momento eran todos compañeros que tenía una activa participación política dentro de las organizaciones de la izquierda o en el peronismo. Desde que eran muy jovencitos, algunos desde la primaria, tenían una activa participación, como el caso de mi papá que había sido presidente del centro de estudiantes de su colegio y posteriormente en la facultad representaron a los partidos en los que militaban. La abogacía fue una herramienta para colaborar con los sindicatos más vulnerables que integraban la CGT, como mineros y fileteros. Algunos pertenecían a la gremial de abogados que era la línea opositora al Colegio de Abogados, donde estaban Demarchi, Hooft, De La Canale y tantos otros que integraban la Juventud Sindical Peronista, la CDO, la CNU, la Triple A en los años de la dictadura. En los testimonios de los familiares de los abogados dan relato de cómo eran perseguidos en la facultad, les tiraban autos encima o los apretaban por su participación política desde mucho antes de recibirse de abogados.

    Ellos habían estado organizando la exigencia de justicia por el asesinato de Silvia
    Filler a manos de la CNU en la Facultad de Arquitectura en diciembre de 1971

  •  Exactamente. Y el asesinato de Silvia abrió la puerta a lo que empezaban a ser los operativos armados. Por ejemplo mi papá y mi mamá estaban a una cuadra, no llegaron, pero otros compañeros de los que desaparecen estaban ahí. Hasta ese momento la CNU (Concentración Nacionalista Universitaria) no era una organización clandestina, se mostraban, todo el mundo sabía quiénes eran. Por más que en la actualidad se la pasen diciendo en los juicios que ellos no pertenecían a esas organizaciones, ellos hacían actos públicos, hay recortes en los diarios que demuestran que también la CNU, la, igual que la CDO eran integrantes de la Juventud Sindical Peronista. Unos eran otros, eran todos lo mismo, con relaciones totalmente estrechas con la CGT y haciendo actos en esos años previos al golpe como por ejemplo las placas que colocó Hugo Moyano, que era Secretario General de la JSP, reivindicando el accionar de los “militares caídos por la subversión”.

    ¿Cómo fue ese rol como abogados de lo que vos llamas los sectores más
    vulnerables de los trabajadores y su participación dentro de la CGT?

  •  Cuando ellos conforman la Gremial de Abogados tuvieron injerencia en la Ley de Contrato de Trabajo que escribió Centeno y a la que después se le fueron sumando los distintos convenios que tenían que ver con las reivindicaciones de los sindicatos más vulnerados como por ejemplo el Sindicato de Minas o el de los fileteros. En las minas de Batán los compañeros que desaparecían tenían problemas de salud que les impedían trabajar y estaban reclamando a sus sindicatos, porque las condiciones de trabajo eran imposibles, tenían 35 años y ya no podían seguir trabajando y cuando reclamaban desaparecían. Pero también los abogados participaban de las asambleas, eran parte del movimiento, eran uno más. De hecho muchos familiares cuentan que tanto la gente de las minas de Batán como los fileteros iban a las casas de los abogados a pedirles que los ayudaran en su lucha. Estaban convencidos de que ese era el camino y la profesión fue una herramienta. Si no hubiesen sido abogados hubiesen desaparecido igual, seguramente hubiesen sido obreros o estudiantes o lo que fuera pero su condición revolucionaria era lo que tenían en común.

    Contanos sobre el rol de Demarchi y Hooft

  •  Demarchi era fiscal y Hooft era juez. Hay muchos testimonios que demuestran en el caso de Hooft, que no solamente se comunicaba a La Cueva mientras tenían secuestrados a los abogados sino que los testimonios de los colimbas en los juicios demuestran que directamente se comunicaba con Barda, que era el jefe del ejército. Además nunca contestó los habeas corpus por los abogados. Demarchi fue fiscal durante la dictadura y está señalado hace muchos años por su participación en la “noche de las corbatas” y se mantuvo como abogado de la CGT hasta que estaba inclusive prófugo en Colombia. De hecho la CGT nunca reivindicó, jamás, a los abogados desaparecidos. Y muy extrañamente cuando se celebró por primera vez el Día Nacional del Abogado Víctima del Terrorismo de Estado, el gobierno kirchnerista realizó un acto en la CGT con Hugo Moyano. Siempre fue así, todo muy siniestro. A mí me llegó la invitación y yo sabía que no podía estar en ese lugar donde estaba el mismo tipo que los había perseguido y que son los responsables ideológicos de su desaparición. Lo que pasa que siempre la CGT estuvo cubierta por el gobierno local, nunca se pudo investigar la participación que tuvieron contra los trabajadores, no solamente en la noche de las corbatas.

    Sobre el Jury que se le hizo a Hooft hace unos años, ¿qué nos podes contar?

  •  Hooft sigue siendo juez hasta la actualidad y nosotros necesitábamos que él dejara de tener los fueros para que pudiera ser juzgado. Y tocamos mil puertas para llegar al Jury y lamentablemente a las pocas audiencias, uno de los integrantes del Jury, el legislador Lorenzino Matta dejó de asistir y en ese momento nosotros supimos que se había cerrado un hecho de impunidad. Para nosotros Lorenzino Matta era una pata muy importante, y se supo de una reunión que tuvo la familia de Hooft con Scioli. Yo no necesito de la justicia que me diga que Hooft es culpable pero si la sociedad lo necesita. Y nosotros necesitamos que Hooft dejara de tener los fueros para que se presentara en las causas que siguen adelante. El no se presenta a declarar porque sabe que hay muchísimo material y prueba en su contra. Ellos sellaron la impunidad con ese Jury.

    ¿Qué lectura tenés vos para la actualidad de la militancia de todos estos compañeros?

  •  Yo siempre pienso que no hay que llamar más “la noche de las corbatas”, ese es el nombre que ellos le dieron cuando empezaban a llegar los abogados como bien cuenta la sobreviviente Marta Candeloro y un represor le dice al otro -esta es la noche de las corbatas. Hoy la justicia la ponemos nosotros-. Hay que vencer esos títulos, “la noche de los lápices” o “la noche de las corbatas”, los compañeros eran revolucionarios y nosotros no somos víctimas del terrorismo de estado, nosotros en todo caso somos hijos de compañeros que tenían una decisión política. Y este es mi mensaje. A mi papá le avisaron dos semanas antes de que lo iban a venir a buscar, el ya había estado detenido en la base naval y había sido torturado junto a los otros compañeros que también habían sido detenidos y siguieron militando, y él le dijo a mi mamá - Susana: a mí me van a venir a buscar, cuando vengan no me busques, agarrá a las nenas y andáte-. Mi mamá le pregunto porque no irse, ellos tenían posibilidades económicas para irse y él le dijo que se tenía que quedar. Y no es porque era un héroe, ellos estaban convencidos de que ese era el camino como nosotros hoy estamos convencidos de que el camino es la organización y la lucha.

    Y ellos tenían una colaboración estrecha con el activismo obrero…

  •  Totalmente. Hay un abogado que no desapareció en la noche de las corbatas, pero que también fue un abogado que luchó por los trabajadores mineros que es el Dr. Moreno. Uno de sus hijos cuenta en uno de los testimonios que él atendía en un garaje y cuando se levantaban los trabajadores quedaba la marca del cemento en las sillas porque él defendía a los trabajadores de la cementera Loma Negra. Quedaba la marca del sílice que los mataba a ellos por dentro de los pulmones y era lo único que les daba de comer. Los abogados eran compañeros de quienes representaban, no eran sus letrados, eran uno más y así se manejaron. Ellos no dieron la vida, a ellos se la arrancaron. No obstante yo creo que si alguno de ellos hubiera quedado vivo reivindicaría esta cuestión: no importaba el final, mi vieja siempre me marcaba eso, sino la lucha y lo que podían hacer de manera colectiva.
  • Redacción

    Redacción central La Izquierda Diario