Entrevistamos a Karen, estudiante de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la ciudad de La Plata y mamá de una bebé de 3 años. Ser estudiante y madre en tiempos de pandemia y virtualidad.
Viernes 24 de julio de 2020 14:50
Hace tan solo unos pocos días, el Rector de la Universidad Nacional de La Plata Fernando Tauber anunció con bombos y platillos que en medio de una crisis económica y social a raíz de la pandemia del covid 19, que“cerca de 95 mil estudiantes de las 17 facultades desarrollan actividades académicas virtuales en tiempos de aislamiento social obligatorio”dejando así implícitamente que los que no han podido avanzar con sus estudios y que quedaron fuera de las “aulas” son alrededor de 45.000 estudiantes en toda la universidad.
En este contexto, la facultad de Arquitectura no se queda atrás de este triste numero; mientras las autoridades declaran públicamente que a “la coyuntura actual la estamos atravesando satisfactoriamente”, extraoficialmente reconoció que hay una deserción de al menos 30% de los estudiantes.
Estas declaraciones dejan en total evidencia que las autoridades de la universidad siguen imponiendo una “normalidad académica” que está muy lejos de la realidad de miles de pibes. A ellos, esa normalidad los expulsa de la educación pública o en el mejor de los casos implican esfuerzos enormes por parte de los estudiantes y docentes.
Desde La Izquierda Diario queremos darle voz a los que, desde Tauber hasta Gandolfi (decano de la Facultad de Arquitectura), quieren esconder bajo la alfombra. Entrevistamos a Karen, estudiante de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la ciudad de La Plata y mamá de una bebé de 3 años.
¿En qué año de la carrera estás? ¿cómo estás transitando las cursadas virtuales?
Karen: Estoy en el primer año de la carrera. Soy mamá de una nena de 3 años, no soy muy amiga de la virtualidad, pero tuve que aprender. Puse internet en casa ya que con los datos no daba a basto, vivo el Punta Lara, y tenemos muchos problemas de luz. Así que a veces tampoco puedo estar en las clases virtuales.
La situación de Karen se repite en la docencia y en el estudiantado; en tiempos normales todo se complica más cuando además de laburar o estudiar sos madre, por eso siempre fue tan extendida la exigencia por guardería materno parentales en la universidad. Hoy en tiempos de cuarentena y virtualidad, el problema se profundiza aún más cuando los hogares de repente se convierten en aulas. A las horas de estudio, se suma el tiempo que lleva los cuidados de la casa o el acompañamiento para las tareas del jardín “estoy con lo mio y tambien con lo de ella, porque tengo que enseñarle lo que mandan del jardín” nos cuenta.
¿Te parece que se puede pensar una forma más óptima para la virtualidad respetando derechos de estudiantes y docentes?
Karen: Creo que sí. Es necesario discutir en conjunto con los métodos que se llevan a cabo. Todos tenemos diferentes problemáticas y no todas se resuelven de la misma forma.
Así cuenta Karen las dificultades con las que se encontró desde que las autoridades decidieron, a espalda de la comunidad educativa, comenzar las clases de forma virtual sin siquiera hacer un relevamiento fino de la situación social y económica en la que se encontraban estudiantes y docentes pasando la cuarentena.
Son muchos los que viven en barrios donde los problemas de acceso a servicios esenciales como la luz o el internet son moneda corriente, comparten una compu con toda la familia y solo se puede trabajar, estudiar y cursar en espacios comunes del hogar.
¿Sabías qué las autoridades de la UNLP y la FAU hicieron declaraciones públicas sobre la normalidad en la que se desarrollan las clases? ¿Qué les responderías?
Karen: No sabía que el rector y el decano hicieron esas declaraciones. No estoy de acuerdo ya que ¡no veo la normalidad de la que hablan! En mí particularidad se me hace muy difícil llegar a tiempo con las entregas, y específicamente en matemática.
¿De qué normalidad hablan?
Son muchos los estudiantes que en esta cuarentena se quedaron sin trabajo cuando los bares y comercios de la ciudad cerraron sus puertas o que, para bancar los alquileres, los servicios y seguir estudiando, trabajan precarizados en comidas rápidas o pedalean por toda la ciudad repartiendo pedidos. También son muchas las estudiantes y docentes que, como a Karen, las tareas en la casa se multiplican y se vuelve un doble desafío afrontar cursadas virtuales.
En esta situación encontró la pandemia a muchos que hoy hacen malabares para poder seguir cursando, por eso la “normalidad” de la que hablan desde la comodidad de sus casas tanto decanos como rectores, ni se acerca a la realidad de los miles de estudiantes que ya fueron expulsados de la universidad o que con doble o triple esfuerzo permanecen.
La Federación Universitaria de La Plata y las conducciones de los centros de estudiantes, desde Franja morada hasta las agrupaciones kirchnerista, no hacen más que acoplarse a la normalidad de las autoridades. Pero no pueden seguir haciendo oídos sordos a la realidad de miles de estudiantes. ¡Hay que organizarse!
Este sábado 25 de Julio docentes, no docentes y estudiantes de toda la UNLP pondrán en pie una asamblea virtual para poner sobre la mesa las realidades y demandas del conjunto de la comunidad educativa para que se declare la emergencia universitaria. Sumate vos también.