Émile Zola, nacido el 2 de abril de 1840, fue un literato e intelectual francés, principal referente del movimiento naturalista que pusiera sobre la escena artística del siglo XIX a los pobres y marginados de la sociedad.
Domingo 4 de abril de 2021
Émile Édouard Charlez Antoine Zola, o simplemente conocido como Émile Zola, nacido el 2 de abril de 1840, fue un literato e intelectual francés, principal referente del movimiento naturalista que pusiera sobre la escena artística del siglo XIX a los pobres y marginados de la sociedad; su apoyo contra el antisemitismo lo llevará en 1898 a estar durante un año encarcelado. Durante su vida llegó entablar buenas amistades con literatos de la talla de Gustav Flaubert, fue un entusiasta de las ideas socialistas y del evolucionismo, por lo que novelas como Tierra fueron criticadas e inscritas en la lista de libros prohibidos del Vaticano.
El naturalismo y el realismo. Los inicios de la literatura proletaria
En la Europa del siglo XIX se encontraba signada por el acenso del capitalismo como sistema social, y de la burguesía como clase dominante. Los paradigmas estéticos y científicos del feudalismo serían desplazados por formas artísticas y técnicas más acorde a la conciencia de la nueva clase en el poder. Es así que el realismo surge como movimiento artístico reactivo al romanticismo, y en general, al idealismo en el arte pues pugnaba por la representación más fiel de la realidad natural y social. El realismo se configuró como el arte descriptivo de la vida y anhelos de los estratos más altos de la sociedad.
El naturalismo fue un movimiento literario surgido en Francia, el cual, si bien también parte de la descripción de la vida material y social como el realismo, va más allá al no sólo mostrar lo “bello” de la sociedad moderna capitalista, sino también la introducción de la categoría de lo “feo” como parte de esa misma sociedad, por lo que, ante todo, el naturalismo es una revolución de la indiferencia que no juzgue una categoría por encima de otra. Así, el reflejo de la vida de los miles de miserables o la brutalidad de la explotación en las fábricas son los lugares comunes de este movimiento artístico.
Zola, entre el determinismo y el marxismo
Zola fue un escritor que, como la mayoría de sus coetáneos franceses, se veían fuertemente influidos por el pensamiento ilustrado enciclopédico que había surgido un siglo antes y había sentado las bases de la centuria posterior como siglo la cuestión social.
Los avances en las ciencias sociales, marcadas por los avances en las ciencias naturales, hicieron que el pensamiento positivista de Comte y el evolucionismo de Spencer marcara a la literatura naturalista, poniendo a sus personajes como seres sin libre albedrío y determinados por las causas naturales y sociales. Así la literatura naturalista tendió a reflejar un panorama desalentador y sin posibilidades de cambio, como lo refleja la propia novela La fortuna de los Rougon, la cual se desarrolla entre el golpe de estado de Napoleón III en 1851 y la derrota de Francia en la Guerra Franco-Prusiana de 1870.
Sin embargo, el desarrollo y socialización de los textos de Marx y las disputas con los socialistas franceses, así como la polarización de los conflictos de clase que se desarrollarían desde la primavera de los pueblos de 1848 y teniendo su punto más álgido en 1871 con la Comuna de París. En este contexto, escribe su novela Germinal, la cual refleja los principales debates de la izquierda entre Marx, los socialistas franceses y los anarquistas, así como es vivo reflejo de las condiciones de los obreros en las minas de carbón y testigo de la organización e insurrección proletaria.
Si bien, Zola no terminó de definirse como socialista, su simpatía hacia el movimiento internacional y la huella que dejó en su pensamiento y obra lo hizo como muchas personas de su tiempo, un militante de los cambios sociales, así hacia el final de su vida, se vio inmiscuido en 1897, en la defensa de Alfred Dreyfus, un militar francés de origen judío a quien se le acusaba de haber entregado documentos para facilitar la victoria de los prusianos frente a los franceses, lo cual lo llevó al encierro y la persecución durante el resto de su vida. El 29 de septiembre de 1902, fue encontrado asfixiado en su habitación, probablemente asesinado, pues una semana antes Fernand Labori, el abogado de Dreyfus, tuvo un intento de asesinato.