Luego del acuerdo alcanzado por los trabajadores de la línea Este, los choferes y su familia contaron cómo vivieron esa jornada tan emotiva, tras una lucha que los marcó a fuego.
Martes 8 de noviembre de 2016 22:39
Fotografía: Claudia Añazco San Martín
Cuando el sol caía sobre el mediodía en la ciudad de La Plata, se escucharon gritos, llantos y risas, todos eran productos de la emoción contenida que expresaron los choferes, familiares y amigos, tras el acuerdo al que llegaron los trabajadores de las líneas Este y 520 luego de 21 días de conflicto.
La Izquierda Diario, que acompañó este conflicto desde sus comienzos, reflejó ese momento en las voces de todos ellos.
Jonathan Miranda, chofer de la línea Este contó que cuando recibió la noticia del acuerdo “estaba en Plaza Moreno, tocando el bombo, y veo a los chicos que venían caminando de lejos, del lado de tribunales con un papel en la mano, saltando, gritando. No entendía al principio, así que le pregunte ¿Ya está? Sí, me dijeron, ya se la ganamos. Ahí explotamos todos de emoción, llantos, risas, abrazos, algo impresionante. Una emoción muy fuerte de verdad”.
“Era pelear con tres monstruos, Corbelli, Pedrosa y el Ministerio de Trabajo, más la Gendarmería. No pudieron con esos 4 gatos locos que decían éramos nosotros, pero eso es una victoria de todos los que nos acompañaron”, comentó emocionado.
Por su parte, Analia Gregorutti, esposa de un chofer de la línea Este relató cómo fue el momento en que se enteró del triunfo: “Fue llegando a la Plaza Moreno, porque había llevado a mis nenas a la escuela y de ahí me iba directo a la plaza. Me avisaron y sentí una emoción tan grande que no me salían las palabras, nos abrazamos con mi esposo y nos dijimos mirándonos a la cara que habíamos triunfado una batalla más en la vida. Llegamos a casa y otra vez mirándonos nos dijimos que se puede, se pudo, se logró, estamos más unidos. Todo se consiguió por la lucha de estas familias que estuvieron acá presentes, y todos los que nos bancaron”.
Cintia, usuaria de la línea que acompañó todo el conflicto, explicó que “estaba saliendo de un consultorio médico y me llegan los mensajes de las esposas de dos choferes. Me fui volando a la plaza a festejar con ellos. Llamé a Daniela, la esposa de Santiago y empezamos a llorar y gritar de la alegría”.
Cuando la noticia de la firma del acuerdo se dio a conocer, Erica, esposa de un chofer de la línea Este, contó que estaba en su casa descansando “porque Ezequiel me dijo anda a descansar y después vamos juntos. Cuando me enteré, me dio bronca, impotencia, me puse a llorar por no poder estar ahí con él. Cuando vino me contó y me quería morir de la emoción. Después lo abracé. No puedo creer que estemos festejando, aun no caigo”.
“Yo estaba en casa mirando tele -comentó Guillermina, esposa de otro chofer- me llamaron y sentí una emoción enorme, piel de pollo, ganas de llorar. Luchamos hace 21 días codo a codo todos: Entonces agarré el auto y me fui porque no podía estar quieta. Alegría y orgullo de todos los que no bajaron los brazos. Gracias a todos por estar con nosotros”.
Sandra, también esposa de uno de los conductores de la línea, contó que “estaba en la plaza con ellos, fue algo emocionante y algo inolvidable: Es más, te cuento y se me caen las lágrimas".
En tanto Martín, chofer de la línea Este relató que "cuando me enteré de la noticia iba con mi hijo al almacén, me avisó un compañero. Me puse muy contento y con mi hijo corrimos una carrera en la bicicleta para contarle a toda mi familia".
Feche, también conductor de la empresa recordó que “ayer cuando me enteré de la noticia estaba en Plaza Moreno con todos los compañeros esperando novedades: Ni bien los vimos venir con el papel en la mano, sus rostros nos decían que algo bueno se venía. Y así fue. Sentí que se me abría el pecho de felicidad, después de tanta lucha y sacrificio de todos, fue una enorme felicidad, algo que nunca experimenté porque fue mucho peso estos 21 días. Se me cruzó todo; alegría y tristeza”.
Pamela, esposa de un chofer de la línea explicó que “estaba en el laburo cuando me llamó Jony y me dijo: ¡Amor ganamos, se arreglo todo! Y te juro que no lo podía creer, no sabía qué hacer, lloraba, me reía, todo junto. Pedí permiso en el trabajo y me fui a festejar con él. Fue una prueba enorme estos días, estábamos cansados pero seguíamos: Estoy feliz ahora”.
Por su parte, Cecilia, también esposa de uno de los choferes contó que “me empezaron a llegar audios diciendo: ganamos, ganamos. Las redes sociales decían que ganaron respetando todos los puntos. Empecé a llorar, a descargar tanta tristeza y la angustia que veníamos acumulando estos 21 días. Me aflojé y al instante lo fui a buscar al nene al jardín a Ensenada y el encuentro fue súper emotivo”.
Walter Ponce, chofer de la línea dijo que cuando llegaron sus compañeros de la audiencia en el juzgado “estaba en Plaza Moreno y me emocioné tanto que sentí una alegría enorme como cuando nacieron mis hijos”.
Griselda, madre de Axel uno de los choferes recordó que “cuando salió la resolución estaba trabajando y tenía el celular en el bolso. No escuchaba que llegaban mensajes. Después lo abro y eran mensajes de mi hijo que decían: ¡Vieja ganamos, ¿dónde estás? No podía responderle nada, lloraba, mandé un mensaje a mi patrón y le dije que me iba porque ganaron los choferes. Llegué a casa y le dije al papá de Axel de ir a la plaza porque quería festejar. El viaje hasta allá se hizo eterno. Hasta hoy sigo llorando”.
Las voces fueron muchas y las emociones también, abrieron un gran paso en un conflicto que encendió la mecha en el transporte y puso la mirada de todos sobre el mismo.