La plataforma #RegularizaciónYa lanza una campaña por 500.000 firmas en siete meses para poder entregar la Iniciativa Legislativa Popular por una regularización urgente de las personas migrantes. Hay que derogar las racistas leyes de extranjería.

Arsen Sabaté Barcelona | @ArsenSabate
Miércoles 23 de febrero de 2022
Este pasado fin de semana la plataforma #RegularizaciónYa a nivel estatal se ha movilizado en más de una quincena de ciudades de todo el Estado para iniciar la campaña para conseguir sacar adelante la Iniciativa Popular Legislativa para la regularización de las personas migrantes en situación administrativa irregular en el Estado español.
#RegularizacionYa, que está conformada por decenas de colectivos y redes migrantes organizadas para exigir sus derechos y que nació en medio de la pandemia durante abril del 2020, necesitan 500.000 firmas para la ILP. Es por eso que este fin de semana han lanzado la campaña con una macro recogida.
🟢TODAS las movilizaciones en 30 ciudades de #España
Sábado 19, Domingo 20 y Lunes 21/Febrero
¡Vamos por las #500milFirmasILPReguYa!#ILPRegularizacion
Mira cual te queda más cerca, acompáñanos y se parte de la #JusticiaSocial pic.twitter.com/K8Iqbi5O8b
— ✳️ RegularizacionYa Cuenta Oficial (@RegularizacionY) February 18, 2022
La plataforma que integran colectivos migrantes y antirracistas exige "una regularización urgente, amplía y sin condiciones para las personas migrantes indocumentadas. Por una cuestión de derechos y de justicia social", afirmaban durante el inicio de campaña.
En este sentido, para que esta ILP pueda ser efectiva también es necesario poder poner de pie una lucha que tumbe el conjunto de la ley de extranjería, la cual el gobierno "más progresista de la historia" no ha dudado en mantenerla vigente y aplicándola.
Por otro lado, desde #RegularizaciónYa expresan que la situación administrativa irregular de estos colectivos ha provocado que "la gran mayoría hayamos estado en primera línea durante esta prolongada crisis sanitaria, ejerciendo trabajos esenciales para suministrar en las curas, la alimentación y la prestación de servicios", refiriéndose a la pandemia.
Lamine Sarr, uno de los portavoces del Sindicato de vendedores ambulantes de Barcelona, y que forma parte de la plataforma afirmaba también que "muchos de nosotros no pudimos acceder a ninguna medida social y de protección para estar en situación irregular. Nos han dejado atrás a pesar de estar en primera línea”, todo en una clara denuncia a la gestión tanto del gobierno central de Pedro Sánchez, como del gobierno de la Generalitat y las diferentes administraciones.
Y es que, sin duda, la gestión de los gobiernos durante la pandemia ha sido dirigida (y todavía ahora también) íntegramente a salvaguardar los intereses de los grandes empresarios, dejando morir miles de personas en los peores momentos de las diferentes oleadas. Los mismos responsables que durante décadas de recortes en la salud pública y enriquecer las privadas, se negaron a reforzar la pública para evitar colapsos sanitarios inauditos.
No obstante, el mismo que dijo que no se dejaría nadie atrás, es el mismo lider del PSOE. El partido que más ha aplicado las políticas racistas con las leyes de extranjería como la construcción de los CIE, auténticas prisiones para inmigrantes, o las devoluciones en caliente y el acuerdo con Marruecos para la devolución exprés, entre otras muchas.
Hoy, además, pese a los discursos "progresistas" del gobierno del PSOE-Unidas Podemos, este ha mantenido todas las políticas racistas del Estado español y la Unión Europea fortaleza, o actualmente apoyando la política belicista de la OTAN en el conflicto en Ucrania. Y abriendo la puerta, por otro lado, al crecimiento de Vox y la extrema derecha.
Por todo esto, es imprescindible luchar por la regularización de las personas migrantes, pero también por la derogación de la Ley de extranjería, el cierre de los CIE o para acabar con las deportaciones exprés. A la vez que es vuelve necesario también denunciar el rol imperialista del gobierno actual del Estado español, enviando aviones y barcos militares al este de Europa, así como el racismo institucional que impregna el ADN del Régimen del 78.