Hace unos meses estaban suspendidos 980 trabajadores. El 19 de octubre, que debían presentarse en la empresa, están recibiendo notificaciones de despidos. La empresa amaneció militarizada.

Bárbara Funes México D.F | @BrbaraFunes3
Martes 20 de octubre de 2015
La militarización fue ordenada por el cuestionado Juan Orlando Hernández, el presidente hondureño, para “prevenir disturbios” ante los despidos.
Recordemos que el mandatario enfrenta una crisis ante el escándalo del fraude del Instituto Hondureño del Seguro Social (IHSS), que detonó un movimiento de indignados –un sector del cual reclamaba la renuncia del presidente, y otro sector, que terminó prevaleciendo, reclamaba la instalación de una comisión investigadora de la ONU, como en Guatemala. Y el gobierno de Hernández goza del respaldo del presidente estadounidense Barack Obama.
Este lunes, los militares impiden el acceso a la empresa a los trabajadores suspendidos.
Según declaraciones a La Prensa Honduras, Miguel Aguilar, presidente del Sindicato de Trabajadores de la Enee (Stenee), señaló que “los 980 empleados que suspendieron hace cuatro meses y que el viernes se les venció, el día de hoy se presentan a la Enee y los están despidiendo”. Estos despidos se suman a los 600 que se hicieron efectivos en marzo de este año.
Pero mientras Aguilar sostuvo que el despido masivo es “injusto, inhumano y arbitrario” también afirmó “Yo no digo que no hay una sobrepoblación en la Enee, el sindicato lo denunció. Dentro de la empresa (Enee) hay gente que está leyendo el periódico todo el día, no trabaja y no tiene funciones”.
Lamentablemente, sus declaraciones le hacen el juego al gobierno títere que administra los negocios de los capitales privados nacionales y extranjeros y los organismos internacionales.
De acuerdo con HRN La voz de Honduras “Con un déficit de 976 millones de lempiras (44.315.899,91 dólares) cerrará su balance correspondiente a 2015 la Empresa Nacional de Energía Eléctrica (ENEE).”
Este pretendido déficit es la excusa para los despidos y forma parte del plan de austeridad que exige el FMI a cambio de otorgar un nuevo préstamo al gobierno hondureño por 189 millones de dólares.
Ante los despidos y la crisis hay otra salida
Durante la crisis del 2001 en Argentina, los trabajadores de Zanon enfrentaron a Luigi Zanon, el dueño de la productora de cerámicos más moderna de Latinoamérica en ese entonces. El patrón pretendía cerrar la fábrica y dejar a cientos de familias en las calles.
Pero los trabajadores, organizados desde las bases, y agrupados en un sindicato recuperado de las manos de la burocracia opusieron su salida: ocuparon la fábrica y la pusieron a producir bajo control obrero. Exigieron a la patronal la apertura de los libros de contabilidad, que demostraran si era verdad o no la crisis que aducía Luigi Zanon. Se ganaron el corazón del pueblo al producir cerámicos para centros de salud y otros emprendimientos de interés social. Al día de hoy, FasinPat (antes Cerámica Zanon) está administrada por sus trabajadores.
Diez años después, en 2011, en Grecia la crisis dejó a millones sin trabajo. Pero los trabajadores de Vio.Me, una fábrica de materiales de construcción en Tesalónica, conocían la experiencia de sus hermanos de clase en la austral Argentina. Retomaron la experiencia de Zanon y ocuparon la fábrica. En 2013 la pusieron a producir bajo control obrero.
Las y los trabajadores de la ENEE pueden retomar estas experiencias. Un país no funciona sin energía eléctrica. Quienes no fueron despedidos deben luchar con sus compañeros cesados: ocupando las instalaciones, dando energía eléctrica a las poblaciones y cortar el suministro de energía a los ricos y a las grandes empresas, nacionales y extranjeras. Es necesario que encabecen una lucha nacional contra los planes de austeridad de JOH y los organismos internacionales. Y las y los trabajadores de la ENEE pueden convocar al conjunto de la clase trabajadora para enfrentar en las calles esta nueva ofensiva imperialista en la región.
Injerencia imperialista
De acuerdo con el Center for Economic and Policy Research (CEPR), es muy probable que aumenten el desempleo y el subempleo. Para 2013 en esas condiciones se ubicaban en 56.4% de la fuerza laboral. El plan del FMI es avanzar en la privatización de las empresas estatales que quedan en Honduras.
Mientras tanto, Estados Unidos continúa desplegando la política de criminalización y expulsión de los migrantes, que son en su mayoría mexicanos, salvadoreños, guatemaltecos y hondureños que huyen de la miseria y la violencia de sus países de origen, que son producto de los planes neoliberales impuestos por imperialismo estadounidense.
Los problemas estructurales que enfrentan los países de la región –como la pobreza, el desempleo, la crisis alimentaria, la violencia, el feminicidio, la deuda externa y la migración, entre otros- tienen una raíz histórica: la injerencia imperialista.
Los despidos y la militarización de la ENEE hoy se enmarcan también en la subordinación al imperialismo.
Para enfrentarlos, las y los trabajadores de la ENEE deben salir a las calles y coordinarse con otros sectores amenazados y afectados por los planes de austeridad, como las y los trabajadores del IHSS y de la Empresa Hondureña de Telecomunicaciones (Hondutel). Pero también con las y los indignados que tomaron las calles hartos de la corrupción de la casta política.
Y es necesario ir aún más allá: los trabajadores y los sectores populares de la región necesitan unirse para enfrentar juntos la militarización, imponer el cese del pago de la deuda externa y el saqueo imperialista, y por plenos derechos para sus hermanos migrantes que radican en Estados Unidos.
Con información de Honduprensa, Prensa Libre y El Heraldo.hn