Los diputados Giorgio Jackson (RD) como Gabriel Boric (ex IA), vienen impulsando un proyecto de ley que rebaje la dieta parlamentaria a la mitad, mientras que Gabriel Silber (DC) y Miguel Landeros proponen una comisión autónoma para elaborar una propuesta. ¿Son las únicas respuestas ante la discusión sobre el sueldo de los parlamentarios?
E.E. Vergara Valparaíso, Chile
Lunes 20 de junio de 2016
Los casos de corrupción como Corpesca, SQM y Caval, han salpicado tanto a los partidos de derecha como de la Nueva Mayoría, llevando a una deslegitimación generalizada de la casta política del régimen, donde la población siente una desvinculación evidente de sus problemáticas.
En este sentido ha comenzado a darse una discusión en torno a la abrumadora diferencia que existe entre la dieta de cientos de parlamentarios, y el salario de miles de trabajadores, que actualmente deben lidiar con un sueldo mínimo de $250.000, ante los 6 u 8 millones de pesos que recibe un diputado o senador.
Ante dicho contexto profundamente desigual entre trabajadores y parlamentarios, los diputados Giorgio Jackson (Revolución Democrática) y Gabriel Boric (Ex Izquierda Autónoma), han levantado la iniciativa de una ley que rebaje a la mitad la dieta parlamentaria.
Gabriel Boric y Giorgio Jackson en sesión de cámara de diputados
El diputado de la Democracia Cristiana, Gabriel Silber y el secretario general de la cámara de diputados Miguel Landeros, han criticado dicha ley, señalando que la dieta parlamentaria bajo dicha propuesta quedaría al arbitrio de la cámara, no consagrándose como un aspecto constitucional, y quedando fuera las dietas de otros funcionarios como los ministros. Por tanto ambos diputados señalan que dicha discusión debe pasar por una comisión autónoma, tanto del senado, como de la cámara de diputados.
Sin embargo es importante preguntarse ¿qué tan progresivos son ambos proyectos? ¿apuntan a dar una respuesta material entre la clara separación del poder legislativo del conjunto de la población oprimida y explotada?
La respuesta de la Izquierda Argentina ante la dieta parlamentaria
En Argentina, los diputados del Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS), pertenecientes al Frente de Izquierda y de los Trabajadores (FIT), toman la contradicción de la diferencia entre la dieta parlamentaria con el sueldo de miles de familias trabajadoras como una cuestión integral.
En el 2014, el ex candidato presidencial por el FIT, Nicolás del Caño, junto a la diputada nacional del PTS-FIT, Myriam Bregman, presentaron un proyecto de ley, donde proponen que todo parlamentario debe recibir el mismo salario que un docente. Como era de esperarse, dicha iniciativa no fue bien recibida por el conjunto de parlamentarios, ya que para ellos, ataca directamente sus intereses, donde un diputado, sumado a una serie de beneficios recibe $100 mil pesos argentinos, es decir unos $5 millones en pesos chilenos, y donde la clase obrera recibe como sueldo mínimo unos $5 mil pesos argentinos, es decir unos $250 mil pesos chilenos.
Nicolás del caño ex candidato presidencial por el Frente de Izquierda y de los Trabajadores, junto a la lucha de los trabajadores de LEAR
Sin embargo más allá de la escaza recepción a la propuesta de los diputados de izquierda, el PTS ha tomado como política propia el que cada diputado o concejal cobre lo mismo que un profesor. El resto de su dieta parlamentaria, está destinada a las diversas luchas que da la clase trabajadora a nivel nacional, un compromiso expresado materialmente, en que todo legislador no puede desprenderse de la realidad de las y los trabajadores que diariamente deben arreglárselas para sobrevivir a los golpes de las patronales, y del Estado al servicio de los grandes empresarios.
El ejemplo revolucionario de la Comuna de París en 1871
Dicha política se toma como ejemplo de la lucha y organización de los trabajadores y sectores populares de la Comuna de París en 1871, quienes frente al deterioro y crisis en Francia, particularmente en París -tras el abandono de las autoridades en el contexto de la guerra Franco-Prusiana- deciden establecer su propio gobierno tomando las demandas más sentidas del conjunto de la población, en lo que será el primer levantamiento heroico de la clase obrera, por una nueva forma de organización política, social y económica.
Dentro de algunas de las políticas desarrolladas, se encuentran la disolución del ejército regular, una educación laica y gratuita, la expropiación de fábricas y terrenos, y la revocabilidad de los funcionarios por los electores. De aquí se desprende también, la política de que todo funcionario público deba ganar lo mismo que cualquier obrero calificado.
Chile debe tomar el ejemplo del parlamentarismo revolucionario de la izquierda argentina
En Argentina como en Chile, se viene dando un proceso de importantes golpes en contra del pueblo trabajador, el cual se ha profundizado desde que el actual presidente Mauricio Macri asumiera la presidencia de dicho país.
Miles de despidos en el sector público, tarifazos de entre el 100% y 400%, en la luz, el agua y el transporte, una política represiva contra la protesta, sobre todo en contra de los trabajadores, donde las policías provinciales como a nivel nacional, vienen cometiendo acciones violentas con el objetivo de aleccionar. Solo basta recordar el arresto de las y los dirigentes sindicales en Tierra del Fuego, irrumpiendo en sus hogares, o los disparos con balines de goma en contra de los docentes bonaerenses, manifestándose contra los despidos y la precarización de los profesores, o el encierro de la dirigente Milagro Salas, por nombrar solo algunos hechos.
Para esta clase de situaciones, ha sido vital la presencia de los legisladores de la izquierda argentina, quienes colocándose en primera línea en cada lucha que dan las miles de familias obreras, también dan una férrea lucha en el parlamento por llevar demandas democráticas y democrático radicales. Algunos ejemplos son: que un legislador gane lo mismo que una maestra, por la recuperación de fábricas y nacionalización de la banca bajo administración de los trabajadores, contra el pago a la deuda de los fondos buitres, la lucha contra la violencia de género, o contra el golpe institucional de la derecha en Brasil, entre algunas iniciativas.
Myriam Bregman solicitando moción en el Congreso contra el golpe institucional en Brasil
Dicha experiencia que se plasma a través de un programa de independencia de clase de los empresarios, y la burocracia enquistada en el gobierno, sindicatos y federaciones estudiantiles, con un centro en la clase trabajadora, es una respuesta directa contra la corrupción y los sueldos estratosféricos de la casta política. Esto va más allá de una respuesta ética como puede ser el rebajar la dieta parlamentaria a la mitad como plantean Boric y Jackson, sino una respuesta concreta, en que se vincule al funcionario, con la realidad material de cientos de miles de trabajadores en el país, y el mundo entero que se enfrentan a la crisis del sistema capitalista.