Desde el lunes 11 de mayo algunos locales no esenciales comenzaron abrir nuevamente, y con el pasar de los días fueron aún más los comercios que se sumaron. Incluso después de 60 días de cuarentena el Shopping Patagonia abrió sus puertas.
Martes 19 de mayo de 2020 18:40
Por la apertura de shoppings y locales comerciales, cada vez son más las y los trabajadores que tienen que salir a exponerse y exponer a sus familias al COVID-19 para poder llevar un plato de comida a sus hogares. El crudo invierno todavía no llega, pero en Bariloche ya se sabe que sectores están en condiciones de enfrentarlo y cuáles no.
La exposición no solo es la potencialidad del aumento del número de infectados, sino que también es el resultado de que ya se haya confirmado, tanto por las autoridades municipales como de las sanitarias, que ya son 10 los barrios de la ciudad con contagiados y aislados. La respuesta de la intendencia fue, "no estigmatizar a los barrios de nuestra ciudad", mientras dieron permisos para circular y reunirse a los pastores evangélicos, y ya son varios religiosos los que tienen positivo de coronavirus. Un discurso oficial que se queda flojo teniendo en cuenta que las medidas para los sectores populares, como un salario de cuarentena, son nulas.
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La apertura de los locales comerciales pone sobre la mesa los contrastes de la ciudad, mientras los empresarios planean cómo salvar la temporada, las y los trabajadores respiran porque pueden volver a su salario. Desde La Izquierda Diario conversamos con Tatiana, trabajadora precarizada, sobre cómo la afectó la pandemia en su trabajo, “el primer mes de cuarentena en el local me pagaron de muy mala gana y con rebaja, el segundo mes me pagó el gobierno según entiendo con plata de la ANSES. Después me empezaron a hacer laburar desde casa con venta por las redes pero ya sin salario sino a comisión de lo que vendiera. La verdad es que se vendió muchísimo pero yo no alcancé a cobrar un sueldo completo. Por suerte ahora que abrieron el shopping puedo volver a laburar. Me preocupa el virus pero más me preocupa no llegar a fin de mes”.
Frente a todo lo que conlleva el confinamiento mundial aún no se aplicó ninguna media que este a la altura de la crisis socio-económica en curso. Necesitamos testeos para las y los trabajadores que estén en actividad, y salario de cuarentena para los hogares que no cuentan con ingresos desde que empezó el aislamiento. Son millones de familias que no pudieron acceder a la IFE y quienes accedieron a los 10.000 pesos reclaman que es totalmente insuficiente para teniendo en cuenta el costo de vida en la ciudad y mucho menos cuando hay que pagar alquiler. El contagio en los barrios no aumento por irresponsabilidad de los vecinos como nos quieren hacer creer, es la desigualdad social quien los llevo a salir, porque si no se la rebuscan no comen, la responsabilidad es del Gobierno que lo único que le ofrece a los sectores populares es detenciones arbitrarias, controles y represión.
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A nivel nacional el virus avanza y la patronal también, el Frente de Todos y Cambiemos se unen para votar contra el único proyecto de ley que toca las ganancias de los empresarios y exige un impuesto a las grandes fortunas. Nos viven diciendo que a esta pandemia la enfrentamos entre todos, pero no es así. Porque mientras se niegan a tocarles un pelo a los empresarios somos nosotras y nosotros los que ponemos el cuerpo, en la caja del supermercado, en el call center y en los locales de venta de ropa y comida. Y aún así, 15 mil personas en Bariloche sufrimos el recorte salarial del 25% aprobado por el Gobierno, despidos y suspensiones por whatsapp, flexibilización y todo tipo de precarización laboral. Por todo esto es sumamente necesario organizarnos y levantar la voz para reclamar por los derechos laborales de todas y todos los precarizados, la inmensa mayoría de los trabajadores de esta ciudad turística.
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El Gobierno debe garantizar una IFE que realmente tenga coherencia frente la realidad de los aumentos de precios y alquileres. Que sean 30.000 pesos por mes para toda persona que no recibe ingresos hasta que pase la crisis. No puede ser que se subsidien a los empresarios para que paguen sueldos mientras hay familias que no tienen que comer. No podemos permitir que sea siempre el pueblo trabajador quien pague cada crisis de este podrido sistema.