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Red Internacional
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Panorama Provincial. En Córdoba ¿madura el default?

El gobierno de la provincia de Córdoba, hacía gala de tener controlado sus niveles de endeudamiento. Faltan pocos meses para que se produzcan los primeros vencimientos fuertes, y se le complica el cumplimiento de los pagos previstos para 2021. La municipalidad, en tanto, tiene que pagar 6 millones de dólares este jueves para no caer en cesación de pagos.

Martes 27 de octubre de 2020 18:13

Durante los últimos años, el gobierno provincial, aprovechó los bajos niveles de endeudamiento, para tomar fuertes deudas con distintos organismos internacionales de crédito. Estas deudas son en moneda extranjera, la gran mayoría dólares. En apenas un año, entre junio de 2016 y junio de 2017 la Provincia de Córdoba emitió cuatro bonos por un total de USD 1.985 millones.

De esa manera se elevó el stock de deuda pública expresada en dólares en un 93%, pasando de USD 1.419 millones en diciembre de 2015 a USD 2.740 millones al 31 de agosto de 2018. Eran épocas donde el peronismo cordobés acompañaba hasta en las sombras todas las políticas de ajuste del entonces presidente Macri.

Mientras en 2020 se mantiene la caída de la mayoría de los indicadores de la economía, se acercan las fechas de los vencimientos de los bonos. Este 9 de diciembre vencen 25 millones de dólares en intereses, y en junio de 2021 el gobierno provincial tiene que afrontar 729 millones de dólares de pagos. Para esto ha encarado una renegociación con sus acreedores, que hasta ahora viene fallando, y preocupa. El problema de la deuda es central, y es uno de los límites que señalábamos que posee el modelo “cordobesista” impulsado por el peronismo provincial.

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La depredación de nuestra moneda implica que la deuda provincial crece en $2.604 millones por cada peso en que aumente el tipo de cambio. Según publicó Comercio y Justicia, en el mes de agosto, el aumento de la deuda, fue de 5.122 millones de pesos, llegando a 208.043,6 millones de pesos. Un 29,6% más que en 2019.

Para tener una idea de la magnitud que significa esto, se lo puede comparar con el presupuesto de emergencia destinado para contener la pandemia de Covid-19. En un principio se habían destinado 3,500 millones, pero como se prevé que no alcanza, se estiró hasta 5 mil millones de pesos. Es decir, que no llega a cubrir el aumento de la deuda en sólo un mes.

A Schiaretti se le suma un problema político adicional, quienes más pujan por una devaluación de la moneda nacional son algunos de sus principales socios, como los patrones rurales quienes se sientan sobre los granos almacenados en silobolsas, y no liquidan sus cosechas como mecanismo de presión. Buscan mayor baja de retenciones y que el valor del dólar sea “competitivo”.

La renegociación planteada por el gobierno busca que, sin quitar capital, se bajen los intereses y prolongar los plazos. Su propuesta pasa por empezar los primeros pagos de capital, de los tres bonos emitidos por la provincia, en 2023, allí pagarían 73 millones de dólares, subiendo los pagos hasta llegar a 338 millones de dólares tanto en 2026 como 2027, volviendo a bajar gradualmente, para terminar los pagos en 2030.

Hasta ahora, la propuesta fue rechazada por los acreedores, según señaló un agente de negociación al Diario Perfil, Córdoba debería “agregar algunos caramelos a su oferta de reestructuración”. Estos caramelos pueden significar promesas concretas de achicamiento del gasto público, que como es sabido y es habitual, se centrara en el ajuste en servicios básicos como salud, educación o vivienda. También se ve reflejado en el atraso salarial de los empleados públicos y jubilaciones.

En mayo del año pasado, en el discurso que dio luego de triunfar en las elecciones, Schiaretti hizo especial eje en que la provincia no iba a “defaultear”. Una de las marcas de sus gestiones, fue la toma de créditos, de los cuáles sus ministros y legisladores señalaban que tenían absolutamente controlados. Hacían alarde de esto y que estas deudas no iban a significar la hipoteca de la provincia.

Según un estudio de CIPPES de 2018, cuando hace alusión al bono creado en 2009, BONCOR2017 señalan la problemática de los mismos “estos bonos fueron emitidos inicialmente (en gran parte) para financiar obras públicas tales como el Centro Cívico, el Faro del Bicentenario, el Estadio Kempes y la Terminal de Ómnibus. Todas ellas tienen algo en común: no aumentaron ostensiblemente la capacidad productiva y exportadora de la Provincia”

El objetivo no declarado en ese momento por Schiaretti, era el de realizar obras en la capital cordobesa con el único intento de “embellecerla”, para de esa manera intentar ganar la intendencia, que recién lo pudo hacer en 2019. También hubo muchas sospechas con los contratistas y la “terminación” de las obras, muchas a las apuradas, y otras directamente inútiles como el Faro del Bicentenario, convertido en un costoso árbol navideño.

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PROBLEMAS PARA LLARYORA

Este jueves es el último plazo para el pago de 6 millones de dólares, en intereses, del bono de 150 millones de dólares tomado por la gestión de Ramon Mestre. Originalmente habían vencido a fines de septiembre, pero no se efectivizó el pago y comenzó inmediatamente un periodo de gracia de 30 días. En caso que el 25% de los tenedores de bonos, no acepte las propuestas de pago, la municipalidad de Córdoba entra inmediatamente en default.

El bono emitido por Mestre implica un pago, hasta 2024, de 12 millones de dólares anuales en intereses, y tres cuotas de 50 millones cada una, a pagarse en 2022, 23 y 24. Su plan también será avanzar en los tan pedidos recortes de gastos en personal que piden los grupos concentrados de las patronales en nuestra provincia, en definitiva, avanzar en mayor personal precarizado como son los servidores urbanos y los promotores de convivencia.

A principios de octubre emitió una letra por 600 millones de pesos, el objetivo de la misma es centralmente cubrir los pagos de una letra emitida varios meses atrás por 400 millones de pesos. El estado de las cuentas de la municipalidad es un secreto guardado bajo siete llaves, incluso cuando se utiliza la excusa de una caja vaciada, a la hora de rebajar salarios de sus empleados.