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Red Internacional
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Salud Mental. En Japón hay más probabilidades de suicidarse que de morir por Covid

Los registros del gobierno de Japón revelan que es más probable un suicidio a una muerte de COVID, cifras que se agravan con las mujeres.

Martes 1ro de diciembre de 2020

Japón es un país que lleva sus datos de suicidio muy seriamente. Desde 1987 hasta la fecha se han contabilizado mensualmente, a diferencia de Estados Unidos -donde los últimos datos son de 2018-.

Estos datos permiten tener una pequeña perspectiva de la situación, develando que la tasa de suicidios se disparó a la alza tras la crisis financiera de la década de 1990, donde se afirma que la ansiedad por ser despedido, principalmente, cobró 34 000 vidas.

También se tiene el dato de que, en Japón, la principal causa de muerte entre los 15 y los 39 años es el suicidio y ha ido en aumento entre los menores de 20 años; a pesar de eso, según el ministerio de salud, los números de suicidio venían disminuyendo los últimos diez años, con su cifra más baja en 2019: 20 000 suicidios.

Sin embargo, las pandemia vino a revertir esta tendencia y nos trae cifras que son difíciles de imaginar.

Japón es un país donde los contagios no han sido tan grandes: hasta el día de hoy, se han registrado 149 mil contagios y tan sólo 2 076 muertes. Ahora, hasta el mes de septiembre, habían ocurrido 14 974 suicidios y, tan sólo en octubre, de suicidaron 2 153 personas.

Es decir que hubo más suicidios en octubre que muertes por COVID en todo el año, lo correspondiente a 7 veces más (sin contar los suicidios de noviembre, de los que no encontramos datos).

Y es que las cifras de suicidio y problemas de salud mental han aumentado en todo el mundo debido al confinamiento social y los problemas económicos.

Lo anterior no es la excepción en Japón, donde, según la CNN, incluso antes de la pandemia, los suicidios eran atribuidos a las largas jornadas laborales, la presión escolar, y estigmas a problemas de salud mental.

Y es que, en general, la crisis está cayendo sobre los hombros de las familias trabajadoras de todo el mundo: con despidos masivos, pérdidas de trabajo, recortes salariales, sumado a la imposición de la normalidad en muchos países y problemas de salud mental relacionados con el aislamiento social.

Un artículo escrito por Selena Wang y Yoko Wakatuki cita algunas frases de una escritora con cuatro intentos de suicidio, uno de ellos porque el salario de su empleo de tiempo completo no alcanzaba para pagar el alquiler.

"Me recortaron el salario y no puedo ver la luz al final del túnel... Constantemente siento una sensación de crisis de que podría volver a caer en la pobreza"

Este no es un ejemplo aislado de otros casos de mujeres; y es que estas forman una parte significativa de las cifras relacionadas con la salud mental.

En octubre, el número de suicidios de mujeres aumentó un 83%, comparado con un aumento del 22% en hombres, debido a que las industrias más afectadas por la pandemia, como la hotelera o la de servicios, es donde hay una mayor cantidad de mujeres empleadas y la situación de doble opresión dadas las dobles jornadas laborales, contemplando la remunerada y la de trabajo domestico.

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Es importante que se volteen a ver este tipo de cifras, pues siempre nos dejan con los ojos abiertos. Es necesario tomar cartas en el asunto para que se discuta ampliamente cómo darle solución.

Lxs trabajadorxs debemos poner sobre la mesa medidas para superar la pandemia y que la crisis no caigan sobre nuestros hombros, que lxs muertxs (por contagio y por situaciones económicas y sociales) no los pongamos nosotrxs. Tenemos que garantizar que ninguna persona sea despedida ni cobre menos de lo correspondiente a la canasta básica, así como reducir el tiempo de la jornada laboral y repartir el trabajo entre ocupados y desocupados. También oponernos a la "nueva normalidad" que los gobiernos y los empresarios nos quieren imponer: continuidad de clases aunque la situación no nos lo permita, además, si tenemos suerte y no nos despiden de buenas a primeras, nos hacen decidir entre morir de hambre o morir de COVID (arriesgando nuestra vida en el transporte público y trabajos hacinados).

Sin embargo, las medidas antes descritas son lo mínimo elemental para conquistar condiciones de trabajo y de vida dignas. En la Agrupación Juvenil Anticapitalista sabemos que es necesario tirar este sistema capitalista y patriarcal que nos bombardea desde todos los ángulos con pocas oportunidades de estudiar o de tener un trabajo digno, sumado al riesgo de vivir situaciones de violencia en las calles y nuestros hogares. Por eso es que nos organizamos día con día con una perspectiva socialista y revolucionaria, junto a la clase trabajadora y el movimiento de mujeres para construir un mundo mejor, donde la sociedad no nos empuje a quitarnos la vida y nos podamos desarrollar libre y creativamente.