Una parte del salto en la cantidad de tercerizados en los gobiernos de Lula y Dilma ocurrió en Petrobras. El aumento de 4 millones a 12,7 millones durante estos gobiernos ocurrió al mismo tiempo que en la empresa símbolo del país esta precarización del trabajo saltó de 121 mil a 360 mil trabajadores.
Sábado 13 de junio de 2015
El aumento de tres veces la cantidad de tercerizados ocurrió al mismo tiempo que la expansión en los puestos concursados (efectivos) pasó de 40 mil a menos de 79 mil, considerando los despidos ocurridos mediante el reciente plan de retiros voluntarios (PDV). Es decir, que la expansión de Petrobras en medio del nacionalismo retórico de los últimos años fue en clave precarizadora y tercerizadora.
Discriminación y división de los trabajadores
La inmensa tercerización del trabajo llevó a que prácticamente la totalidad de los servicios de mantenimiento de la empresa esté tercerizada. Además de esta supuesta "actividad medio", como se les denomina a las actividades no directamente relacionadas con la producción central de la empresa, la tercerización alcanza al corazón de la empresa, por ejemplo, a los servicios de exploración en altamar. Es el caso del barco plataforma FPSO Cidade de São Mateus, que está totalmente tercerizado y en un reciente accidente mató a tres trabajadores.
La tercerización está enraizada en el área vital de telecomunicación de la empresa, en la que casi no hay efectivos y tampoco alcanza al área de planificación logística y estratégica en sus sedes. De la limpieza a la seguridad patrimonial, alimentación, hasta el transporte necesario para una empresa que tiene a miles trabajando en altamar o en lugares de difícil acceso mismo en tierra, pasando por el mantenimiento, investigación, laboratorios e interminables otras funciones: la tercerización es omnipresente en Petrobras.
Esta tercerización a escala inmensa discrimina a una gran camada de trabajadores en el país. No lo son, por lo tanto, para sí mismos ni para los efectivos petroleros. Son discriminados al tener menos derechos y menores salarios e incluso otro color de credencial, otras entradas en algunos lugares, otros comedores con peor comida en otros, etc.
El ejemplo más flagrante de esta discriminación ocurre en las plataformas. Mientras los petroleros efectivos trabajan 14 días en turnos de 12 horas y después desembarcan y tienen 21 días de franco, los tercerizados a su lado hacen la misma jornada pero tienen solo 14 días de franco.
El nivel de tercerización del trabajo en Petrobras ha transformado a los petroleros efectivos, con algunas excepciones operativas, en meros fiscales de tercerizados. La situación es tal que se transformó en "sentido común" del sector (efectivo) el uso de una táctica de movilización que en lugar de unirse con los tercerizados se profundiza la división.
Junto con atrasos en la entrada, una táctica inicial de movilización antes de los paros y huelgas suele ser la "no emisión de permiso de trabajo". Un petrolero siempre tiene que autorizar el trabajo que realiza algún tercerizado. Al rehusarse firmar este permiso el petrolero efectivo hace una huelga tercerizada paralizando a los tercerizados que dependen de su firma.
Todos los sindicatos utilizan esta táctica divisionista del sector, que no transforma a los tercerizados en sujetos de los paros, sino "objetos" de la misma, casi una medida de "lock out" pero hecha por otro trabajador.
A pesar de que ser adoptada por todos los sindicatos, incluso aquellos con militantes de la izquierda antigubernamental y ligados a la Central Sindical y Popular (CSP-Conlutas), son los sindicatos de la Federación Única de los Petroleros (FU), defensora del gobierno de Dilma, los particularmente campeones de esta táctica, como ocurre con frecuencia en el norte fluminense, en el principal sindicato ligado a la FUP. Con este cuadro se desarrolla una interacción entre trabajadores de distintas credenciales que es nefasta para la unidad del sector, haciendo difícil pensar su verdadero y activo paro nacional.
La raíz de esta división reside en las relaciones que se desarrollan cuando un trabajador es jefe (indirectamente) de otro con menos derechos y es aumentada porque los sindicatos petroleros ignoran la situación de los tercerizados que son representados por una miríada de sindicatos notariales, pro patronales, carneros, burocráticos y, con raras excepciones, los sindicatos petroleros se movilizan en defensa de colegas de trabajo de la misma unidad de "sus representados".
Aún cuando hay despidos masivos, falta de pagos, etc., la respuesta de los sindicatos oficiales suele ser el silencio, es decir, tratan este inmenso contingente de trabajadores como huéspedes indeseados.
Ahora, bajo la excusa de los escándalos, hay miles de despidos de tercerizados, sobre todo en las grandes constructoras. Miles de familias pasan hambre, en Itaboraí, donde queda el Complejo Petroquímico de Rio de Janeiro (COMPERJ) los obreros no solo están sin salario, sino también sin vivienda, ya que las empresas dejaron de pagar sus alojamientos, etc.
Si en los tiempos de crecimiento ser tercerizado en Petrobras significaba mayor riesgo de accidentes, muerte y humillación llegando a tener comedor y entrada separados, en la crisis esta división es aun más dramática. Los tercerizados son los primeros a ser cortados y afectados.
No hay Petrobras sin los trabajadores que están tercerizados
Petrobrás se defiende frecuentemente en los grandes medios cuando es criticada por esa gran cantidad de tercerizados, con el argumento de que de los 360 mil tercerizados habría una mano de obra de construcción civil que alcanzaría los 165 mil y que solo alcanzaría a las "actividades medio".
Esta definición arbitraria de actividades "medio" y "fin" y entre "operación" y "construcción" son mentiras para esconder la precarización del trabajo y firmar contratos dudosos con constructoras, como lo han demostrado hartamente los recientes escándalos de corrupción.
No se puede imaginar el funcionamiento de la empresa sin la actividad "medio" de los colectivos que llevan a los trabajadores a las áreas remotas, de los helicópteros que llevan a los trabajadores a las plataformas, de la alimentación en lugares aislados, de la limpieza de oficinas e industrial, y especialmente del mantenimiento.
El mantenimiento en la industria del petróleo es un área especialmente ligado a la producción y operación, distinto del mantenimiento en otras industrias, ya que los fluidos y vapores exigen permanentes calibraciones, correcciones, prevención de pérdidas, paros programados.
No se trata del mantenimiento eventual y correctivo, sino diario, esencial al funcionamiento que minimice riesgos a los trabajadores y al medio ambiente y permita que las máquinas y equipos sigan funcionando. Es impensable tratar el mantenimiento como "medio".
Lo mismo vale para lo que Petrobras alega ser "construcción civil". Todos los equipos en la industria del Petroleo, según normas nacionales e internacionales, deben sufrir paros programados para corregir fallas, reforzar tuberías y estructuras que los productos necesariamente desgastan, etc. Es decir, siempre existen miles de "obras" en construcción, no solo construcciones nuevas como el COMPERJ y la Refinería Abreu e Lima en Suape, Pernambuco, sino de cada válvula, tanque, etc.
Es tan permanente esta necesidad que estos trabajadores viven recorriendo el país y son los mismos que están en una "gata" en Rio de Janeiro este mes, en Urucu en Amazonas el próximo mes, etc. Son trabajadores especializados en los equipos de Petrobras, sometidos a los mayores riesgos y a gran desgaste personal y familiar, viviendo "en el trecho", como muchos llaman a esta modalidad de trabajo.
En Petrobras la tercerización también mata
Según la FUP, entre 1995 hasta 2014 hubo 344 muertes en el sistema Petrobras, siendo 64 efectivos y 280 tercerizados. Esta desproporción debe ser aún mayor, ya que seguramente hay subnotificación de muertes por accidentes de trayecto (en el traslado al trabajo) en las empresas tercerizadas.
A la luz de estos datos y algunos datos de accidentes, un especialista en derecho del trabajo que está en contra del Proyecto de Ley 4330 -que permite extender la tercerización de las actividades "fin"- declaró a un diario que los tercerizados en Petrobras tienen 12 veces más posibilidades de accidentarse o morir en accidente que un petrolero efectivo.
Esta es la cara más mortal de la tercerización en Petrobras: no solo divide, no solo quita derechos, sino que expone a mayores riesgos, pone en funciones más peligrosas, mata.
Terminar con la tercerización incorporando a los tercerizados
Para terminar con esta división y riesgo de vida a la que miles están sometidos hay que ir mucho más allá que solo declararse "contra la tercerización" como dice la FUP y todos los sindicatos, sin defender nunca a los tercerizados o un programa que no signifique despedir a cientos de miles.
Hay que poner en pie una lucha que permita que los tercerizados sean sujetos para terminar con esta división, para que tengan los mismos derechos que los efectivos, que sean parte del mismo acuerdo colectivo que los petroleros y sean incorporados, sin concurso público a la empresa, ya que no necesitan probar que saben hacer el trabajo ya que ya lo hacen, solo que bajo peores condiciones.
Hay, evidentemente, tercerizados que están en la empresa porque pertenecen a la misma congregación religiosa que sus jefes, por tener parientes, una ínfima minoría de consultores bien remunerados, pero esa es una minoría y de lo que se trata es de empezar una lucha para unificar a los petroleros, de "todas las credenciales", terminar con la división, eliminar los riesgos de muerte y accidentes de aquellos que son los petroleros más explotados.
La incorporación de los tercerizados no terminaría con la corrupción en Petrobrás pero con la fuerza de centenares de miles con los mismos derechos podríamos avanzar en mayores cuestionamientos, que terminen con el poder de las gerencias, directorías y políticos, que hacen y deshacen en la empresa, y bojo control de todos los petroleros pongan la empresa al servicio no de las ganancias sino de las necesidades de los más pobres y del pueblo.