La crisis sanitaria nos llevó a miles de estudiantes y profesionales de Trabajo Social a una mayor precariedad de nuestra intervención profesional, nuestra educación y nuestras vidas. Es este debate el que queremos llevar este sábado 15 a los encuentros estudiantiles universitarios.
Miércoles 12 de agosto de 2020 12:35
Sabemos que este primer cuatrimestre estuvo atravesado por infinidad de dificultades. La virtualidad expuso las profundas estructuras precarias sobre las cuales transcurre la vida de la clase trabajadora. Vimos compañeras cursar y dar clases con sus hijos en brazos, con las vinchas “del call” puestas. Nos chocamos con nuevas trabas para nuestro aprendizaje: no todes contamos con dispositivos tecnológicos, acceso a internet, trabajo o un ingreso estable en este contexto. Esta situación es tanto para estudiantes como para docentes que fueron lanzadxs a la experiencia de la virtualidad con escasos recursos y sobrecarga laboral.
En este marco, se abrió en trabajo social un debate sobre la esencialidad de la profesión. Una profesión altamente feminizada y precarizada. Si tomamos como vara al propio estado, en el Ministerio de Desarrollo Social el 86,8% de lxs trabajadores sociales están contratadxs (CTA, 2015).
Desde las instituciones para adultos mayores, de género, equipos de orientación escolar, y otras áreas, lxs profesionales salieron al cruce contra lxs directivos que plantearon que el trabajo social (como otras disciplinas sociales) “no son esenciales”. Se frenaron muchas intervenciones en desarrollo, sin considerar el valor que tienen estas para que por ejemplo: les adultes mayores puedan comunicarse con su familia, para que a niñes en situación de violencia se les garanticen cambios de guarda, etc.
Es claro que, cuanto más se profundizan las problemáticas sociales más esencial es el rol de lxs trabajadores sociales. El recorte sólo dejó algunas pasantías, trabajos temporales en programas como monotributistas, ¡hasta nos quieren ofrecer voluntariados! como si nuestra formación profesional no valiera nada.
Necesitamos pelear por otras condiciones laborales. Estamos en la primera línea, junto a lxs docentes en las escuelas entregando bolsones, en los comedores, merenderos, en los hogares y en los hospitales.
Para lxs que se quedan en casa, la precarización viene de la mano del teletrabajo: con heterogeneidad de modalidades de contratación, multiplicidad de tareas que son demandadas, incumplimiento del derecho a la desconexión. Todo esto convive con una sobrecarga en el ámbito privado de trabajo doméstico y de cuidados para las mujeres.
A la precariedad de nuestra profesión, siempre, se le superpone la realidad de las mayorías populares con la que tenemos contacto a diario. Desde que inició la cuarentena en el país son más de 5,5 millones quienes se vieron afectadxs por despidos, suspensiones o recortes salariales. Esto ha sucedido tras los acuerdos indignantes entre el gobierno, las centrales sindicales y empresarios.
La última semana se conoció un informe de UNICEF que estima que el país llegará a diciembre con 6 de cada 10 niñas y niños bajo la línea de pobreza. Argentina es uno de los países de Latinoamérica donde más creció la desigualdad durante la pandemia según el informe del CEPAL. Es en este contexto que se da negociación de pago con los lobos de Wall Street y la que viene con el FMI.
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La respuesta gubernamental es clara, recursos millonarios a la deuda y para rescatar las ganancias de las multinacionales que exponen a sus trabajadores al covid. Mientras el sistema de salud continúa desfinanciado, el IFE no cubre la canasta familiar y se reprime a los que salen a buscarse el mango. En los barrios llega primero la policía que la ayuda sanitaria. Mientras el gatillo fácil va en aumento y seguimos buscando a Facundo Castro, nos venden que un militar repartiendo viandas en una villa puede suplir el rol del trabajadorx social.
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Nuevas formas de organización
Como dijo Andrea Oliva, docente de la UBA, en una reciente charla del Colegio de Trabajadorxs Sociales: “el aislamiento no nos puede hacer caer en la trampa de que la virtualidad es un límite para hacernos de espacios de organización para la defensa de nuestras condiciones laborales y de vida”. Habrá que buscar nuevas vías para manifestarnos pero la organización sigue siendo vital.
Desde los sindicatos se debe pelear por lxs miles de compañerxs en todo el país que no están registrados. Hay innumerables experiencias de asambleas e instancias de reflexión virtual. También comienzan a manifestarse resistencias desde los lugares de trabajo y apostando a la movilización, manteniendo los cuidados que requiere el momento, como muestran los jóvenes organizados en la red de precarizadxs, trabajadores de latam, el personal de salud, etc.
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Demos esta pelea desde la universidad
Queremos llevar estos debates al encuentro estudiantil que convoca el PTS e Izquierda socialista (FIT) este sábado 15/8. Construyamos junto a cientos de pibes y pibas de otras carreras y facultades el espacio de debate democrático que las conducciones peronistas y radicales de los centros de estudiantes no quieren convocar. ¡Sumate a debatir este sábado por Zoom!
Escribinos al WA +54 9 11 40491353
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