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Red Internacional
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Llanto patronal. En defensa de ganancias monopólicas: los empresarios salieron en contra del control de precios

La Asociación Empresaria Argentina (AEA), que reúne a los dueños de las empresas más grandes del país, emitió un comunicado en el que rechazó la medida anunciada por el gobierno de congelar los precios de unos 1400 productos de consumo masivo por sólo 90 días. El mensaje de AEA se suma a la amenaza de desabastecimiento hecha por el presidente de la Cámara de Comercio.

Miércoles 20 de octubre de 2021 19:59

Foto: Twitter

En el marco del anuncio por parte del secretario de Comercio Interior, Roberto Felleti, sobre el establecimiento de una serie de precios máximos para productos de consumo masivo por 90 días, la AEA, entidad empresarial que reúne a los más importantes empresarios del país, se pronunció en contra de la medida limitada que tomó el gobierno para intentar contener la inflación.

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Según esa entidad, se trata de una “medida muy negativa para el funcionamiento habitual de las empresas establecidas en nuestro país” y agregaron que “los congelamientos de precios no resuelven el problema de la inflación”. La asociación patronal sostuvo también en su comunicado que “esta medida, al alterar significativamente la previsibilidad necesaria, desalienta la realización de inversiones productivas y la generación de nuevos empleos por parte del sector privado”.

El grito en el cielo de la AEA ante la limitada medida del gobierno que entre otras cosas tiene un plazo de tan solo 90 días, no es más que un chantaje cuando hablan de "previsibilidad" e "inversiones". Este rechazo se suma a las amenazas realizadas por el presidente de la Cámara Argentina de Comercio (CAC), Mario Grinman. “Va a haber desabastecimiento, no tenga ninguna duda” había afirmado de forma descarada en una entrevista al poco tiempo de haberse publicado la resolución que formalizaba la medida.

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Se trata de representantes de la clase social que no para de ver crecer sus enormes ganancias, mientras la pobreza en el país alcanza a casi la mitad de la población, situación en la que esos empresarios de las grandes alimenticias y cadenas de comercialización aportan su parte con el aumento imparable de precios de los alimentos y los bienes de consumo masivos. La intransigencia por parte de las grandes patronales es producto del envalentonamiento que tuvieron a raíz del trato que les dio el gobierno, retrocediendo ante cada amague de afectarlas mínimamente por un lado y otorgándoles beneficios y exenciones impositivas por el otro.

En los últimos doce meses los precios de los alimentos subieron un 53,4%, esto es muy por arriba de los magros aumentos que han recibido jubilaciones, salarios y montos de asignaciones. Mientras tanto, nombrando sólo algunos ejemplos, las ganancias del Grupo Arcor durante el primer semestre fueron nada menos que $ 8.806,6 millones, y las de Molinos Río de la Plata, de $ 998 millones.

Esos dividendos siderales y la práctica de suba de precios indiscriminada, a costa de la caída del poder de compra y empobrecimiento de las mayorías trabajadoras del país, son los que intentan defender a toda costa los monopolios que hoy se expresan a través de las Cámaras patronales. Y esto a pesar de que la medida del Gobierno no pone en cuestión esa enorme apropiación de riquezas.

En palabras del propio Felleti, “la medida no es osada ni profunda“. Tampoco resuelve la falta de acceso a los bienes más necesarios para subsistir por parte de la mayoría de la población, por la brecha existente entre sus ingresos ya deteriorados en los últimos años y los precios de los principales bienes de consumo. La medida tomada tiene mucho de parche electoral, luego de la derrota del Gobierno en las elecciones primarias.

Ante la voracidad patronal que cada vez quiere más a costa de que la mayoría de la población no pueda acceder a los productos más básicos es necesario tomar algunas medidas que vayan al fondo del problema como la exigencia de apertura de los libros de contabilidad de los monopolios, para que deban justificar cuando quieran aumentar precios. Una medida elemental como esa dejaría al desnudo el chantaje patronal que llora mientras no para de ver crecer sus ganancias.

A la vez, el control de precios por parte de comités de consumidores y trabajadores, controlando desde los sectores de producción hasta los lugares de comercialización, sería una forma de seguir de cerca las maniobras de la minoría que se llena los bolsillos mientras millones quedan sumidos en la pobreza. Estas son algunas de las salidas que propuestas desde el Frente de Izquierda Unidad para enfrentar la escalada inflacionaria.


Redacción

Redacción central La Izquierda Diario