El viernes Cristina Fernández de Kirchner dio una conferencia de prensa en su casa de El Calafate. Fue frente a periodistas de Reuters, Al Jazeera, Sputnik, Nodal, La Jornada y Telesur.
Hernán Pary @hernanpary - Lic. en Comunicación Social
Domingo 24 de julio de 2016 00:38
En las casi dos horas de entrevista habló sobre la situación de la política económica del gobierno de Macri, los Panama Papers, las corporaciones de medios, los fondos buitre, el retroceso de los gobiernos “nacionales y populares” en América Latina, la detención de Milagro Sala.
Apenas habló del caso de José López. Y entre sus afirmaciones decidió dejar de lado algunos datos de su “modelo”. La Izquierda Diario decide no dejarlos de lado y analiza las definiciones de Cristina con algunos “agregados”.
Afirmaciones y contrastes
La expresidenta comenzó la conferencia de prensa con un balance sobre la política en América Latina.
Si se habla en términos de exclusión social, entre 2003 y 2015 las villas crecieron exponencialmente en la Argentina. Y los jóvenes que no trabajan ni estudian (los ni-ni de entre 18 y 24 años) llegaron a casi 900 mil en la última década.
Pareciera se olvidó que esa gran masa de asalariados no vieron sus condiciones de trabajo mejoradas en 12 años y sus sueldos jamás superaron a la inflación, salvo contadas excepciones. A su vez, no dijo que uno de cada tres argentinos se encontró (y se encuentra) en condiciones ilegales o precarias en su contratación laboral, ni de las formas de contratación laboral dentro del mismo Estado, que no cesó de reproducir la precarización y flexibilización laboral.
También habló de los fondos buitre expresó
Si se remonta a 2015 puede recordar la campaña “Patria o buitres”, donde posicionarse del lado de la “Patria” terminó en el pago a los accionistas del Club de París y con todo el oficialismo como la oposición de derecha aplaudieron el acuerdo. Además, el pago actual contó con el apoyo de grandes “soldados” y “exsoldados” del Frente para la Victoria como el senador Miguel Ángel Pichetto y el diputado Diego Bossio (el exgerenciador de la Anses del “proyecto”).
Cuando se refirió al caso de José López, no profundizó demasiado y tiró la pelota para afuera.
Sin “minimizar”, pueden recordarse los casos de la ex Ciccone, Sueños Compartidos, sus alianzas empresarias y políticas con Lázaro Baez y Cristóbal López, las causas en las que están procesados y hasta condenados Felisa Micheli, Ricardo Jaime, Julio De Vido y Ricardo Echegaray, entre una larga lista.
Acerca de Milagro Sala expresó que es una “presa política” y que se suma a otros militantes y dirigentes sociales que hoy están siendo encarcelados. Pero cabe recordar que durante los 12 años de gobiernos kirchneristas más de cinco mil luchadores obreros y populares sufrieron persecusión y procesamientos judiciales por su militancia política y sindical. Desde el Proyecto X llevado adelante por la Gendarmería al mando de Nilda Garré hasta las condenas a cadena perpetua a los petroleros de Las Heras (Santa Cruz) por un hecho que no cometieron y sobre los que se montó una causa con pruebas falsas o “declaraciones” arrancadas bajo tortura, la criminalización de la protesta social fue una constante del “modelo”.
Cristina habló de la acción de dos “partidos”: el mediático y el judicial
Se podría hacer una reflexión extensa en relación a este punto, pero quizás con algunas preguntas baste. Luego de que la Ley de Medios fue promulgada ¿cuánto cambiaron la propiedad y los contenidos de los grandes medios? ¿existió la tan mentada “pluralidad de voces”? ¿qué espacios ocuparon los medios alternativos, comunitarios y populares en la TV y la radio públicas? ¿qué sectores se vieron beneficiados con esta nueva reglamentación y cuáles no?
Acerca de la política económica actual dejó en claro la esencia de su “modelo” de apoyo y sostenimiento de las empresas nacionales y multinacionales.
Si en una sociedad dividida entre explotadores y explotados la “armonía” entre ambas clases es una utopía (en última instancia reaccionaria), quien se ufana de fomentar y sostener a los explotadores deja en evidencia de qué lado se para. Cristina, en defenitiva, realiza un esfuerzo denodado para dejar en claro que ella fue una muy buena “gerente” de los negocios capitalistas.
Y una definición que, sobre el final de esta crónica, se considera si no cínica, al menos patética.
Más que de “olvido”, en este caso podría pensarse en un “fallido”. Que una multimillonaria hable desde una mansión de El Calafate sobre lo difícil que le resultó militar en política, podría ser un chiste. Pero si encima ese partido del que habla es el que gobernó 24 de los últimos 33 años (para contar desde 1983 a la fecha), bien puede pensarse como una provocación. A no ser que considere como verdadera “dificultad” la competencia con la derecha de Macri y el radicalismo para ver quién gerencia mejor los negocios de las clases dominantes.