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Red Internacional
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En dos minutos, Avellaneda se tiñó de rojo

Independiente lo dio vuelta en una ráfaga y se quedó con el clásico. Derrotó a Racing 2 a 1 en el Estadio Libertadores de América, remontando el resultado a fuerza de voluntad y carácter.

Lunes 1ro de septiembre de 2014 11:54

  • Mancuello marcó el segundo gol de Independiente en el clásico de Avellaneda. (Télam)

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En un marco espectacular, con un estadio repleto -aunque en detrimento del espectáculo y el folklore, sólo con público local- Independiente se quedó con los tres puntos en una soleada tarde de domingo.

Era un clásico con condimentos especiales: el Rojo volvía a enfrentar a la Academia tras haber penado durante un año en el Nacional B. No se jugaban sólo tres puntos, también se jugaba el orgullo.

Y así lo entendió el plantel de Jorge Almirón. Había comenzado mejor para los de Cocca, con mayor posesión de pelota e intenciones de juego asociado. Independiente no mostraba ideas y Racing ganaba terreno y buscaba por las puntas.

Y los albicelestes se apuraron en plasmar el dominio en el resultado. A los 13 minutos, Centurión encaró y dejó descolocado a “Droopy“ Gómez enviando una pelota limpia a Diego Milito que quedó solo ante el arquero, obra de una defensa roja semi dormida. El goleador no perdonó y venció la valla del "Ruso" Rodríguez. Gol para la Academia que soñaba con una tarde de gloria.

Pero a poco más de 10 minutos de la conquista racinguista, la historia se dio vuelta. Ante una falta discutible sancionada por el árbitro Rapallini (de flojo desempeño), Mancuello envió un centro al medio del área chica que conectó Sebastián Penco tocando desde el piso con su oportunismo característico. Gol del local y empate inesperado.

Pero cuando todavía no se acomodaba ninguno de los dos a adecuar el esquema, desbordó el "Rolfi" Montenegro enviando un centro al mismo lugar, que esta vez aprovechó Mancuello con una pirueta digna del karate para empujar la pelota a la red, ante una mala salida de Saja. Estallido de gargantas rojas en el Libertadores, en sólo dos minutos los rojos -sin merecerlo- pasaban a ganarlo.

El resto fue pura actitud y voluntad de un Independiente que demostró mucho amor propio, ante un Racing que mostraba más seguridad y mejores intenciones pero se fue diluyendo con el correr de los minutos. El rojo abusó del juego defensivo y por momentos raspó demasiado (Rapallini fue muy permisivo). Racing salió perjudicado porque perdió a Milito y el ingreso de Bou no lo pudo compensar.

La voluntad mostrada por Penco (delantero goleador pero abocado también a la recuperación de la pelota) fue la metáfora de este Independiente que justificó la victoria pero no le sobró nada.

Regreso esperado para el Rojo de Avellaneda que volvió a encontrar la victoria ante su clásico rival, acumulando 23 partidos a su favor en el historial. El resto de la tarde para Independiente fue disfrutar de la vuelta a casa bajo el sol de Avellaneda.

Redacción La Izquierda Diario