Crisis social. En estas elecciones los salarios reales serán los más bajos desde el 2011

“Desde el 10 de diciembre de 2019 solo vivimos 99 días en un clima de normalidad sin tener en riesgo nuestras vidas. El día 100 de normalidad está llegando y a partir de entonces solo seremos nosotros los únicos artífices de nuestro destino” escribió Alberto Fernández este domingo, responsabilizando a la pandemia por la grave crisis social abierta. Pero fueron las decisiones tomadas por el gobierno del Frente de Todos, que él encabeza, las que agravaron la caída en los ingresos de la mayoría de la población.

Las jubilaciones fueron las primeras en ser atacadas de forma directa por el Gobierno al suspender la movilidad jubilatoria, reemplazarla por aumentos por decreto por debajo de la inflación y luego por una nueva movilidad que las ha hecho continuar perdiendo capacidad de compra. Desde la asunción del Frente de Todos la jubilación mínima, que cobra la mayoría de los jubilados, hasta julio de este año (mes del último dato de la inflación del Indec) disminuyó un 6,7 % en términos reales (en comparación con la inflación).

Aquellos que trabajaron toda su vida y en la actualidad cobran la jubilación mínima están muy lejos de poder cubrir sus necesidades básicas. La Canasta del Jubilado que calcula la Defensoría de la Tercera Edad es de $ 64.039 y en septiembre están recibiendo sólo $ 25.922. Esta gran diferencia se encuentra en uno de sus peores momentos de la última década, debido a que además de lo perdido con el Frente de Todos, las jubilaciones ya habían descendido un 19,5 % durante el gobierno de Macri.

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Los salarios del sector privado registrado vienen sufriendo una caída similar, según el último informe de Cifra-CTA desde mediados del 2015, hasta junio del 2021 el poder adquisitivo del salario es un 20,1% menor. Una parte importante de esta caída se produjo durante la presidencia de Alberto Fernández, en el segundo trimestre de 2021 el salario real de los trabajadores registrados en el sector privado cayó 4,2% respecto a igual período de 2020 y 5,3% respecto a 2019.

Desde el Frente de Todos podrían argumentar una vez más que la responsabilidad es de los problemas generados por el gobierno de Cambiemos y la pandemia que no darían lugar a que los sueldos aumenten, pero los trabajadores estatales se encuentran entre los que más están viendo disminuir sus ingresos. En el primer semestre de 2021 respecto a igual período de 2019, el Estado recortó un 12,8 % lo destinado a los sueldos del sector público. Además las paritarias cerradas a comienzos de año siguieron la directiva, con la complicidad de la burocracia sindical, del Presupuesto 2021 que tenía como inflación estimada un 29 %, la cual ya fue superada en julio y se estima superará el 48 % al terminar el año.

Desde el 2007 que la desocupación no se encontraba en un nivel tan alto en un año electoral y la precarización laboral se mantiene en un elevado 32 %. Con este cuadro general de ingresos era inevitable que la pobreza se expandiera y en diciembre del 2020 llegó al 42 %.

El Gobierno está siendo “artífice” de un “destino” en el cual la crisis la vienen pagando las familias trabajadoras. La pandemia no es fácil de enfrentar, así como tampoco lo es la gran deuda externa y el atraso productivo del país, pero las políticas del Frente de Todos, más allá de los discursos, en lugar de buscar una mejora en la vida de las grandes mayorías, facilitan que sean ellas las que carguen con los costos; mientras las grandes empresas exportadoras y los bancos continúan obteniendo ganancias extraordinarias. Sólo el Frente de Izquierda Unidad plantea luchar por salarios y jubilaciones que cubran las necesidades básicas afectando las ganancias de los monopolios y rompiendo con el FMI para terminar con el ajuste del presupuesto nacional.

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