Despedimos con mucha tristeza a nuestro compañero Lucas Luna de la Juventud del PTS. Tenía 25 años y militaba en la zona sur del conurbano.
Jueves 27 de mayo de 2021 18:49
Lucas no sabía que estaba enfermo. Fueron diez días de idas y venidas en la guardia del Hospital Santamarina, tristemente conocido por el deterioro sanitario desde siempre. Visitó el hospital con mucho malestar y esperas interminables: que no hay médico de guardia, que volvé mañana, que necesitás otra orden para hacerte este estudio. Su última vez en el hospital fue desplomado en el suelo con una anemia grave.
Es que la salud en este sistema excluye a los pibes como Lucas. No pudieron diagnosticar a tiempo una leucemia que lo fulminó, ni llegó a enterarse de qué estaba enfermo. El dolor que nos deja su fallecimiento es la contracara de la ambición de quienes hacen de nuestra vida una ruleta rusa: al que le toca, le toca el duro costo de enfermar y morir sin haber podido acceder a un sistema de salud digno. Mientras, las patronales se llenan de riquezas a costa de nuestras muertes.
Él era un pibe trabajador repleto de amigos, muchos que hizo en los tantos laburos precarios por los que pasó. Muy querido en su barrio, por su familia. En todos lados hacía amigos. Una personalidad única, con muchas ganas de vivir, siempre sonriendo o haciendo una mueca para hacerte reír. Vivió lleno de energía y compromiso y se distinguía por lo dulce y atento, con una calidad humana y compañerismo entrañables.
Era un militante del PTS y de la Red de Trabajadores Precarizados, lleno de pasión por las ideas que en sus últimos años abrazó, y con un odio visceral por las miserias de este sistema. Comenzó a militar en la regional sur del conurbano, precisamente en la zona de Esteban Echeverria y Ezeiza, mientras una nueva juventud nacía a la vida política para cuestionarlo todo. Lucas es expresión de eso. Pibes y pibas que no nos conformamos con las migajas que nos arrojan los parásitos que gobiernan y deciden dedicarle su vida a un proyecto colectivo para cambiar este sistema. Que todos los días elegimos organizarnos y seguir peleando contra toda forma de opresión y explotación.
Tenía una sensibilidad hermosa por la música. Rock nacional, internacional, pero escuchaba todos los géneros, y se podían disfrutar charlas agradables siempre con él. Tocaba algún que otro instrumento y entre juntadas, ensayos y flashes, una sala de ensayo casera de Luis Guillón, conoció las ideas del partido. Apasionado por el arte, disfrutaba también de lo audiovisual.
Desde que conoció al PTS aportó con su sensibilidad a través de la cámara. Comenzó cubriendo cada conflicto obrero, cada marcha de la que participó. Con esa sensibilidad cuestionaba la realidad y veía hasta el último detalle para que el mensaje sea fuerte. De ahí su pasión por La Izquierda Diario y todo lo que comunicaba. Trataba de transmitir la idea de cambiarlo todo.
Estudió Audiovisión en la UNLa, abandonó porque como le pasa a miles, a veces hay que elegir entre estudiar o trabajar. Había que laburar para llegar a fin de mes y las carreras como estas se vuelven imposibles para una vida de trabajo precario. Y ayudar a su familia era importante, porque con el sueldo de docente de la madre y el sueldo de camionero del viejo, siempre llegaban justo. O si alguno de sus hermanos necesitaba una mano, o el que sea, Lucas estaba ahí, sabiendo que entre nosotros nos ayudamos.
Conoció a los trabajadores aeronáuticos, la relación entre jóvenes muy jóvenes y distintas generaciones de trabajadores que se organizaban en el Club Obrero de Monte Grande, se dio con total naturalidad. Tenía mucho respeto por los obreros del PTS y se entusiasmaba charlando siempre sobre la experiencia. Que los obreros conquisten posiciones en un lugares estratégicos como el aeropuerto fue algo que a Lucas le impactó. Y eso intentaba explicar a todos los que podía, con una paciencia admirable y un odio al patrón vital, porque realmente creía que son ellos o nosotros. Él había entendido que todo en esta vida es político y que hay que dar respuesta a la miseria, que hay una salida para nuestra clase.
Una de las experiencias que dejó su huella fue la recuperación de tierras en Guernica, aquellas familias que daban la vida por el derecho a la tierra y al trabajo digno lo conmovieron en lo profundo. Para ese entonces su militancia era profesional y abnegada. Se tomaba muy en serio todo lo que hacía y era disciplinado como pocos.
Colaboró activamente en la producción de La Izquierda Diario. Tomaba esa tarea con un entusiasmo que transmitía y contagiaba. Fue parte de la edición de programas como Mundo Conurbano, fotografiaba con Enfoque Rojo, y recientemente formaba parte del equipo de Mundo Obrero. Estaba muy pendiente de llegar con nuestras ideas a todos los lugares donde fuera posible. Deseaba que las ideas impacten en lo profundo de cada usuario de La Izquierda Diario Multimedio.
Comenzó convenciendo a su familia, la despedida de su madre es una muestra más: “Ojalá algún día las utopías derroten las realidades injustas de esta vida. Así te lo dije un día de tantos en los que vos me mostrabas tus ideas. Mundo Obrero, le dedicabas horas para mostrar la realidad. Lucas, hijo, te amo”.
Es un golpe muy duro el que recibimos, estamos profundamente tristes y vamos a extrañarlo demasiado. Pero por sobre todas las cosas estamos orgullosos de haber militado codo a codo con él, de haber compartido un montón de experiencias valiosísimas. Orgullosos de cómo hasta con el último aliento de cada día luchó incansable por cambiar esta realidad.
Hoy lo convertimos en una imagen poderosa. La imagen de un militante que en sus cortos años vivió con tanta pasión con la idea de pelear por un mundo mejor. Con esa fuerza asumimos nosotros el desafío de encontrar a miles como él. Que sufren en carne viva la explotación y están asqueados de un sistema que produce más riqueza para los ricos y más hambre para los de abajo. Y convencerlos de que vale la pena organizarse y luchar por una vida que valga la pena ser vivida.
En cada paso que demos, hasta la victoria final, vamos a recordar a Luqui. Marchará junto a nosotros, es parte de nuestras banderas, estará en cada combate. No nos detendremos hasta conseguirlo, hasta darlo vuelta todo. Y con el puño bien en alto, en cada paso gritaremos ¡Lucas Luna presente!
Amigo, compañero, hermano, siempre te vamos a recordar y vas a estar con nosotros. ¡Hasta el socialismo siempre, camarada!