Luis Labraña aparece en el video negacionista que difundió el gobierno de Milei este 24 de Marzo. Reniega de su experiencia militante, niega la desaparición de los y las 30.000 y llama a liberar a los militares condenados.
Domingo 24 de marzo 15:48
Este domingo 24 de Marzo, a horas de que la Plaza de Mayo y otras plazas del país se llenaran para afirmar que “son 30 mil” y “fue un genocidio”, el Gobierno de Javier Milei difundió un video para enfrentar la lucha por la Memoria, la Verdad y la Justicia con su discurso provocador y negacionista. La pieza de casi 13 minutos de duración, fue difundida a través de las redes sociales oficiales y se tituló “24 de Marzo Día de la Memoria por la Verdad y la Justicia Completa”.
Entre otras voces elegidas para construir el relato negacionista y justificador del terrorismo de Estado, el video incluye el testimonio de Luis Labraña, un exmilitante de Montoneros que relata cómo fue secuestrado y torturado. Su versión busca relativizar las consecuencias de genocidio, empezando por los 30 mil detenidos desaparecidos, cifra que él se adjudica haberla “inventado”. Con este tipo de argumento, los y las apologistas de la dictadura buscan reinstalar la teoría de los dos demonios.
Labraña le da una vuelta de tuerca al tema y dice que en lugar de “demonios” se trató de “dos ángeles caídos”, porque todos peleaban por la “libertad”. ¿En serio cree eso de Videla, Massera, Astiz, el Tigre Acosta, Camps, Etchecolatz y decenas de miles de torturadores más?
Este tipo de testimonios intentan reforzar la idea de que en Argentina hubo una “guerra” en la que el Estado cometió “excesos”. Pero lo hace para encubrir al verdadero terrorismo de Estado contra la población en su conjunto y para exigir algo así como una “memoria completa” que iguale la acciones de las organizaciones armadas (que para el 24 de Marzo estaban prácticamente diezmadas) al plan de exterminio, desapariciones, robos de bebés y miseria planificada instaurado por la juntas militares a pedido de las grandes corporaciones nacionales y multinacionales.
Los aportes de Labraña al negacionismo durante el macrismo
En 2017 Luis Labraña, fue entrevistado por un medio jujeño y declaró “yo inventé que fueron 30.000 los desaparecidos”. A tono con el discurso del gobierno macrista, ponía en duda la cifra de personas desaparecidas durante la última dictadura militar, cívico y eclesiástica.
La cifra de 30.000 fue establecida por organismos de DD HH como estimación de la cantidad de desapariciones durante la dictadura militar. Labraña planteaba que habría sido escogida al azar por él mismo, para que la represión de la dictadura fuera reconocida como genocidio por los organismos internacionales. Esto hubiera permitido hacer un supuesto negocio con indemnizaciones que cobran las víctimas del golpe de Estado, con lavado de dinero de por medio. Además el entrevistado realizaba un llamado a la liberación de los militares presos y a la “reconciliación nacional”.
Con esta entrevista, el medio jujeño Radio 2 se sumaba a la campaña iniciada por La Nación cuando Mauricio Macri asumió la presidencia. El objetivo era negar la magnitud de los crímenes cometidos por la dictadura y rehabilitar la teoría de los dos demonios, según la cual el golpe de Estado fue una guerra entre dos bandos. Intenta justificar el accionar de los militares, diciendo que solo respondieron a la violencia de las organizaciones guerrilleras.
Las declaraciones de Luis Labraña se suman a las que hacían miembros del gabinete macrista como Lopérfido, Gómez Centurión, Olmedo y otros. Pisoteaban la memoria de las víctimas, en afrontas permanentes a familiares de quienes sufrieron las detenciones, las torturas, el secuestro de bebés y el asesinato planificado por la junta militar para imponer su agenda económica y política. También, eran ataques a la militancia que denunció desde el primer momento los crímenes y peleó contra la impunidad.
Los números del horror: fueron 30.000
El propio Rafael Videla hablaba en estos términos sobre el alcance de la represión: “La sociedad argentina, cambiante, traicionera, no se hubiera bancado los fusilamientos: ayer dos en Buenos Aires, hoy seis en Córdoba, mañana cuatro en Rosario, y así hasta cinco mil, diez mil, treinta mil.”
En un artículo de Izquierda Diario firmado por Miguel Bonazo, “Los números del horror” se habla ampliamente del tema.
Entre otros datos se menciona que Alconada Mon, periodista de investigación, publicó en La Nación una nota fechada en Washington que llevaba el siguiente copete: “Treinta años después del golpe militar, nuevos documentos desclasificados muestran que los militares estimaban que habían matado o hecho desaparecer a unas 22.000 personas entre 1975 y mediados de 1978, cuando aún restaban cinco años para el retorno a la democracia”. “El cálculo -continuaba el artículo- aportado por militares y agentes argentinos que operaban desde el Batallón 601 de Inteligencia a su par chileno Enrique Arancibia Clavel, aparece entre los documentos que logró sacar a la luz el Archivo de la Seguridad Nacional de la Georgetown University, y a cuyas copias accedió La Nación”.
En cuanto al número de centros clandestinos de reclusión, ya en 1984 sumaban 365. En la ESMA solamente pasaron más de 5.000 personas y sobrevivió un puñado que apenas sobrepasa los cien. El general Ramón Camps se jactaba de que bajo sus órdenes habían perecido cinco mil subversivos en la provincia de Buenos Aires. Por el Campito de Campo de Mayo habían pasado otros cinco mil. La Perla de Menéndez y el “Nabo” Barreiro había sido el calvario secreto de más de dos mil. ¿De cuántos estamos hablando? Si a todo esto se agregan los prisioneros del Operativo Independencia y los de toda la provincia de Tucumán, bajo control del general Antonio Domingo Bussi, las cifras que van de 3000 a 9000 inclusive, son ridículas. Si se suman todos los centros clandestinos identificados hasta el día de hoy, es altamente posible que el número de 30 mil, que tanto irrita a la clase dominante y sujetos como Luis Labraña se quede muy chico.
Negacionismo al servicio del ajuste y la represión
La negación de la cifra de 30.000 y la búsqueda por desprestigiar la lucha de las organizaciones de derechos humanos y políticas de izquierda, que durante y posteriormente a la dictadura pelearon contra la impunidad de los responsables militares y civiles, tiene un doble objetivo para las clases dominantes y sus escribas a sueldo:
Mantener intacto el aparato represivo, que Milei y Bullrich usan hoy contra la lucha de trabajadores y organizaciones populares y políticas opositoras para llevar adelante sus planes de ajuste y represión
Hacer retroceder la conciencia popular que extensivamente ha rechazado la dictadura militar y sus aberrantes crímenes, justificados por funcionarios del actual gobierno, empezando por la vicepresidenta Victoria Villarruel.
Las dudas sobre las cifras y la magnitud del genocidio que impulsan los sectores simpatizantes con la dictadura militar, sólo se responderán con la apertura inmediata de los archivos secretos de la SIDE y las fuerzas armadas,una medida elemental que ni los gobiernos kirchneristas, que se quiso apropiar de las banderas de los DDHH, ni el del Frente de Todos, tomó.
Las declaraciones de Labraña y el provocador discurso del gobierno de Milei, son una muestra de que no alcanza con el debate histórico. Es preciso fortalecer la lucha en defensa de los derechos humanos, contra la impunidad, por la Memoria, la Verdad y la Justicia. Ese es el camino que alumbra la Plaza de Mayo llena, al igual que la múltiples plazas de todo el país que desafían el relato negacionista del gobierno, al grito de “Son 30.000, fue genocidio”.