Las autoridades de la facultad de Psicología de la UBA se visten de amarillo PRO, cierran comisiones, despiden y buscan implementar una reglamentación para recortar la plantilla docente.
Martes 23 de agosto de 2016 10:23
Nélida Cervone, vicerrectora de la UBA y decana de la Facultad de Psicología.
Los docentes de la Facultad de Psicología sufren un nuevo embate por parte de las autoridades de la facultad presidida por la vicerrectora de la UBA, Nélida Cervone, que junto con la lista de profesores y graduados de Convergencia Académica -ligada a la UCR/Cambiemos– toman el grueso de las decisiones que afectan a la casa de estudio. Parte de esas decisiones a principios de este año implicaron el recorte del 40 % de los cargos regulares de una de las materias obligatorias del plan de estudios: la cátedra I de Psicología, Ética y Derechos Humanos a cargo de Juan Jorge Michel Fariña, que luego continuó con el voto para que el Consejo Directivo llame a concurso “para proveer cargos de docentes auxiliares en las distintas cátedras de la Facultad, a los fines de cubrir el 100% del número de cargos correspondiente al promedio de alumnos inscriptos en cada cátedra durante los tres (3) años inmediatamente”. Es decir, que las renovaciones de los concursos para cargos docentes estarán en función de la cantidad de demanda que haya por parte de los estudiantes, una suerte de criterio empresarial donde rigen las leyes de oferta y demanda.
Las renovaciones de los concursos para cargos docentes estarán en función de la cantidad de demanda que haya por parte de los estudiantes; una suerte de criterio empresarial donde rigen las leyes de oferta y demanda
Esta medida no es más que una forma velada de ajustar el limitado presupuesto otorgado por el Gobierno nacional destinado a la facultad vía cierre de comisiones y despidos, ataques que pueden ser implementados con tal facilidad porque hay una estructura de precarización laboral que sostiene la universidad hace años, donde, por ejemplo, los docentes no tienen estabilidad alguna al no cumplirse el Convenio Colectivo de Trabajo. El convenio plantea entre otras cosas el derecho a la carrera docente, lo que evitaría que el método de ajuste de las autoridades sea no llamar a concurso o hacerlo con estos métodos, que implican cerrar comisiones y dejar a docentes sin funciones; como ya se viene probando en cátedras, tales como Técnicas Proyectivas (Veccia) y Psicología Política, entre otras, afectando también la oferta horaria y los cupos de los estudiantes que quieran cursar dichas materias. O el cierre de cátedra de Epidemiología que ya no aparece directamente en el cronograma de materias.
Graciela Zaldúa, docente de Psicología Preventiva –una cátedra que viene resistiendo los intentos de clausura por parte de la gestión- declaró que “los trabajadores de la universidad pública que se han formado dentro de este campo, intervienen, y no puede ser que sean expulsados, cómo funcionan las leyes del mercado para las empresa”. A lo que agregó que “la composición política del consejo está más ligada a la gestión y está más ligada a la política pública, el Estado, el Gobierno nacional. Es una perspectiva para analizar. Hay un enfoque muy fuerte de las prácticas privadas”.
La composición política del consejo está más ligada a la gestión y está más ligada a la política pública, el Estado, el Gobierno nacional.
“Que la universidad respete el convenio colectivo de trabajo y las leyes es un tema gremial, si hubiera carrera docente y convenio colectivo no habría peligro para que los trabajadores de la educación universitarios tengan tanta inestabilidad en su trabajo”, dijo por su parte Hugo Leale, también docente de Psicología Preventiva.
Esta medida del consejo a su vez afecta especialmente a las materias que no son parte de la currícula obligatoria, recortando así contenido académico de la carrera, que lejos de contemplar las distintas miradas dentro de la misma, impone y refuerza un pensamiento único y hegemónico, que se expresó con el intento de cesanteo del docente Hernán Scorofitz, por haber participado de las clases públicas durante el conflicto educativo. Una universidad muy “PRO”, lo que no extraña ya que la gestión, ligada a la Unión Cívica Radical, está directamente relacionada con el gobierno macrista, sosteniendo así un proyecto similar de ajuste.
Ante la situación Melina Michniuk, consejera directiva de la facultad por la juventud del PTS/FIT, declaró: “El gran conflicto educativo logró poner sobre la mesa la crisis que atraviesa la educación pública en el país y el repudio contra el ajuste que quiso implementar Cambiemos y el rectorado contra la comunidad académica. Hoy las autoridades de la facultad buscan por todos los medios que estas resoluciones no trasciendan”. A su vez agregó, “esto lo lograron hacer primero con el apoyo activo del EDI/Franja Morada que actúa como brazo estudiantil del plan de ajuste, pero también por la orientación de la actual conducción del Centro de Estudiantes, el Impulso, que es útil a la estrategia de las autoridades, convocando sin casi difundir a la asamblea del día de hoy para que los estudiantes nos organicemos contra el recorte que se quiere implementar, sobre el cual poco y nada dice al respecto”. Para finalizar remarcó que “para pararle la mano a las autoridades es necesario retomar la organización en asambleas interclaustros, junto a los docentes, que están volviendo a llamar al paro para el miércoles 23”.