El Servicio de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos (USCIS) anunció la creación de un cuerpo de abogados que se dedicarían a revocar naturalizaciones desde 1990.
Viernes 28 de febrero de 2020
En días recientes Donald Trump y la USCIS anunciaron que se está creando un numeroso cuerpo de abogados, con el fin de revisar los procesos de naturalización que tuvieron lugar desde 1990 hasta la actualidad. Aún no queda claro si se revisarán los 17 millones de procesos realizados entre esa fecha y 2016. Sin embargo, se considera que serán miles, como mínimo, proyectándose que en los juicios hasta un 95% de los casos podrían implicar la desnaturalización de la persona imputada.
La razón, explica el gobierno estadounidense. es expulsar del país a “criminales, terroristas, delincuentes sexuales”. De la misma manera pretende revocar aquellos procesos donde hubo “mentiras deliberadas” o se “manipuló información”.
Lo que está en cuestión es la estabilidad y dignidad de millones de migrantes, sobre todo latinos. Estos han peleado durante varias décadas para adquirir derechos políticos y sociales, en un país donde su trabajo no reconocido, ilegal y en condiciones deplorables ha sido aprovechada por la burguesía imperialista.
Es evidente que Trump busca con esto mantener conforme -en el marco del proceso electoral en ciernes- a su base social, exacerbando su discurso xenófobo y antiinmigrante. Dicha medida no sólo contraviene la reforma migratoria de 1986, donde miles fueron beneficiarios de la Amnistía, sino, que podría revocar la naturalidad a estudiantes que se casaron con alguien nativo. Incluso también a quienes huyeron por motivos políticos a Estado Unidos.
Ante eso, es urgente levantar, a ambos lados de la frontera, la lucha por plenos derechos políticos y civiles para todas y todos los inmigrantes, contra el muro y las deportaciones impulsadas por Trump. De igual forma, enfrentar el fortalecimiento y la acción de las fuerzas represivas antimigrantes, como es la border patrol en EE UU y la Guardia Nacional en México. Es necesario forjar una poderosa unidad entre la clase obrera multiétnica de Estados Unidos y los trabajadores y el pueblo de México, en defensa de los migrantes.