Desde el estallido social, hasta la crisis sanitaria por el Covid-19, son varias las aristas de las que deberá dar cuenta el mandatario, ad portas de una Convención Constitucional, en la que desde el oficialismo se encuentran aún golpeados por los resultados de las pasadas elecciones del 15 y 16 de mayo.
Miércoles 26 de mayo de 2021
Para el próximo martes 1 de junio en las dependencias del Congreso Nacional en Valparaíso, se encuentra fijada la cuenta pública del Presidente Sebastián Piñera, la última desde que asumiera el mando en marzo del 2017, periodo en el que se ha visto golpeado por una serie de fenómenos, siendo el estallido social y las pasadas elecciones los dos momentos más críticos de su gobierno.
De acuerdo a lo señalado por la presidente del senado, la DC, Yasna Provoste, el acto tendrá una modificación en su horario, a las 15:00, y con un aforo cercano a las 50 personas, de acuerdo a lo signado por El Mostrador.
La cerrera de Piñera en sus últimos 10 meses
No cabe duda que tanto para el gobierno de Piñera, como para la derecha en su conjunto, el escenario actual le tiene pendiendo de un hilo, frente al aplastante fracaso de los partidos tradicionales del régimen, y particularmente de la derecha en las últimas elecciones, siendo la mayor derrota en lo que refiere a la Convención Constitucional, en que estuvieron totalmente lejos del tercio de los escaños que esperaban conseguir.
El efecto de un proceso nacido el 18 de octubre del 2019, que dejó en jaque el gobierno con el enorme paro general del 12 de noviembre a nivel nacional, cuya fuerza fue finalmente desviada por del denominado “acuerdo por la paz”, desarrollado tres días después, con la totalidad de los partidos del régimen, sumados a sectores del Frente Amplio, como Revolución Democrática (RD), y Gabriel Boric. Esto con decenas de personas asesinadas por la represión de Carabineros y Fuerzas Armadas, con cientos de persona con trauma ocular que aún no tienen justicia, y con miles de presas y presos políticos que hasta hoy se encuentra privados de libertad.
A su vez, la enorme sanitaria producto de la pandemia del Covid-19, que ha significado hasta hoy 1.440.000 contagios y cerca de los 28.600 fallecidos, ha sido uno de las problemáticas que ha tenido que vivir el gobierno, con centros de salud colapsados, y cientos de trabajadores de la primera línea de la salud arriesgando sus vidas con tal de contener el virus y atender a las y los afectados.
A su vez la crisis también tuvo un gran impacto a nivel económico, en que la casta política y el ejecutivo resguardando las ganancias de los grandes empresarios, legislaron con medidas antipopulares como la ley de “protección del empleo”, generando suspensiones, y recortes en lo salarios de miles de personas nivel nacional. Ta situación generó una serie de protestas y manifestaciones, desde acciones de lucha en las calles frente al hambre, y movilizaciones por el retiro del 10% de los fondos de pensiones, que mostró una respuesta importante de sectores estratégicos de la clase trabajadora.
Las interrogantes de cara su última cuenta pública
Son múltiples las interrogantes que surgen a propósito de los últimos 10 meses del gobierno de Piñera, con una emergencia sanitaria que aún no logra controlarse, y con un Plan Paso a Paso que se ha mostrado un total fracaso frente a la permanente exposición de miles de trabajadoras y trabajadores expuestos al contagio todo los días, y en los lugares más críticos, debiendo hacer uso de sus propios fondos de ahorro y cesantía para poder palear la crisis.
Y de igual manera una propia crisis se bate al interior de Chile Vamos, con varios partidos que hoy presionan con un cambio de gabinete, el cual debiera producirse dentro de esta semana, de acuerdo a lo señalado por distintos medios.
¿Qué medida tiene presupuestada el gobierno de cara a los últimos meses? ¿Tendrá algo más que ofrecer, que los mínimos comunes que aumentar la cobertura del IFE? ¿Qué hará frente a la crisis de legitimidad abierta durante su periodo?
Todo apunta a que la fragilidad del gobierno aún se mantiene, y donde cualquier paso en falso puede costarle muy caro, ya habiéndose demostrado que existen fuerzas para movilizarse, y de una vez por todas barrer con toda la herencia de la dictadura, y con amplios sectores ya cansados de los partidos de los 30 años.