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Red Internacional
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Economía. En medio de la tormenta: el riesgo de la deuda

México tiene serios problemas económicos derivados de su débil estructura y las fuertes presiones de la economía internacional. El tema de la deuda pública es otro asunto que se suma hoy a las preocupaciones, ante la posible subida de las tasas de interés y la baja dinámica de la economía nacional, las consecuencias podrían ser graves para los trabajadores y el pueblo pobre.

Diana Valdez

Diana Valdez México D.F. / @yellikann

Sábado 5 de septiembre de 2015

Si bien, México no tiene los problemas de la economía griegao la economía china, es verdad que nuestro país se encuentra hoy en un escenario difícil. La volatilidad de la moneda, la crisis del petróleo y la baja expectativa de crecimiento se suman a las presiones de la economía internacional que pone en riesgo a países como el nuestro, endeudados y subordinados a las acciones del vecino del norte, el gobierno mexicano se enfrentará a problemas aún más graves en el tema de la economía nacional.

La deuda de hoy

El gobierno de Felipe Calderón entre las muchas malas decisiones, como la guerra contra el narco y el ataque al SME, aumentó de manera alarmante la deuda del sector público en nuestro país. Con un increíble aumento de 207% Calderón terminó el sexenio en 2012 acumulando una deuda total por 5.222 billones de pesos según datos del Banco de México. Aludiendo a la tendencia a la baja de las tasas de interés a nivel internacional, el crecimiento de la deuda se dejó pasar sin ninguna contrariedad.

Al primer trimestre de 2015, la deuda pública que incluye la deuda externa y la deuda interna, proveniente de la deuda del gobierno, de las empresas productivas pertenecientes al gobierno, y de la banca de desarrollo; llegó a los 7 billones 503 mil millones de pesos, representando el 42% del Producto Interno Bruto) del país.
México se mantiene entre los 5 países más endeudados de América Latina y ante la posible subida de las tasa de interés en Estados Unidos, este mal ranking podría traes consecuencias graves para las y los trabajadores.

La deuda que se viene

A pesar de que no se han hecho oficiales todos los golpes a la clase trabajadora, es inminente la descarga sobre los más pobres de las dificultades económicas; recortando el gasto social, subiendo los precios y despidiendo, las empresas públicas y privadas, han descargado sobre la base trabajadora las contradicciones que les representan los recientes fenómenos económicos.

El riesgo de la deuda pública crecida a niveles históricos y ante las condiciones internacionales, radica en el aumento desmedido que ésta puede tener ante un alza generalizada de las tasas de interés en los próximos meses. Un solo punto porcentual en la tasa de interés se verá reflejado en un aumento de la deuda de 75 mil millones de pesos al año.

De por sí, la suma de la deuda resulta impensable a ojos de millones de mexicanos que salen a las calles todos los días para poder alimentar a sus familias, viendo como son recortados sus derechos y condiciones de vida en pos de la “mejora nacional”; resulta imposible creerla también, luego de trabajar por lo menos ocho horas diarias toda la semana, ganar sueldos bajísimos y muchas veces no contar con prestaciones, ¿aun así, el país se encuentre endeudado a estos niveles? ¡No salen las cuentas!

¿En qué se la gastaron?, y ¿por qué la tenemos que pagar nosotros?

Durante el gobierno de Felipe calderón, buen parte de esta deuda se dedicó a la “guerra contra el narco”, los salarios de militares y cuerpos armados aumentó y se destinaron millones a la compra de armamento y transporte militar.

En el caso del gobierno de Enrique peña Nieto, el aumento de la deuda se convirtió en una fuente de financiamiento del gobierno, ante las dificultades para obtener ingresos federales, y producto de la tendencia a la baja en os precios del petróleo. Y aunque el aumento en este último caso no ha sido de las magnitudes del sexenio pasado, la utilización de la deuda no ha ido encaminada a la inversión productiva, la salud, la educación o infraestructura; por el contrario, muchas veces se utiliza en financiamientos de los partidos políticos y gastos irrelevantes de la clase política.

Y aun así nos harán creer que la deuda “es de todos” y que debemos estar dispuestos para enfrentar las complicaciones de las que dicen no ser responsables.

La subida de la deuda obligará al gobierno mexicano a refinanciar o renegociar la deuda externa cuando menos, poniendo en riesgo la calidad de vida de la mayoría de las familias. ¿Cómo?, históricamente ha sido la clase trabajadora y los recursos naturales del país los que se han puesto como garantía en las negociaciones internacionales. Prometiendo la imposición de reformas o poner en venta los recursos naturales el gobierno nacional se ha ganado la simpatía de organizaciones internacionales como el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial.

Sometiendo a la clase trabajadora mexicana –como es sometida en muchos otros países- a los intereses de las grandes trasnacionales de los países imperialistas como Estados Unidos, el gobierno mexicano precariza la vida y pone en riesgo la reproducción de las familias mexicanas. Atacando los servicios públicos de salud y educación, eliminando prestaciones laborales, despidiendo y subiendo los precios de las mercancías básicas, la deuda, querrán que la paguemos nosotros.

El gobierno no actuará para defender a los trabajadores, será la organización de masas en contra del pago de la deuda externa que saltará a las nubes con la subida de las tasas de interés, y la exigiendo la utilización de este dinero en educación, salud, el campo y demás necesidades de primer orden para la mayor parte de la población; será la que pueda imponer nuevas reglas que realmente beneficien a los más pobres. Imponiendo impuestos progresivos a las grandes fortunas y dejando de pagar la deuda externa habrá mucho más dinero para mejorar la calidad de vida de las mayorías.

La nacionalización de la banca y el monopolio estatal del comercio, sin indemnización y bajo administración y control de los trabajadores, evitaría que tanto las empresas trasnacionales como los países imperialistas aprovechen las presiones del exterior y a costillas del trabajo mexicano, acumulen ganancias. Este tipo de medidas tendrán que imponerse desde abajo, llevando al triunfo a un gobierno de la clase trabajadora, los campesinos y el pueblo pobre.