Parece insólito, que en plena pandemia, familias trabajadoras queden en la calle tras el cierre de la histórica fabrica IANSA en los Ángeles. Uno de los grandes temas que se hace urgente debatir en este proceso constituyente es que ante un escenario de cierre de fábricas, la clase trabajadora pueda seguir gestionándolas, lo que implicaría una ardua lucha por su expropiación bajo control obrero.
Lunes 5 de octubre de 2020
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Iansa inició sus funciones con la primera planta azucarera en el país el año 1953, cuando se instauró el edificio en la ciudad de Los Ángeles, cesando ahora su producción en la zona. Tras 65 años la empresa Iansa anunció que concentrará toda su producción de azúcar en Chillán, cerrando su planta en Los Ángeles.
Según indicó la Industria Azucarera Nacional Iansa, para la próxima temporada se dejará de producir azúcar en la planta de Los Ángeles, ya que aquella función se destinará en su totalidad a la de Chillán.
En la ciudad de Los Ángeles, Iansa cuenta con 121 colaboradores, quienes según se informó en parte serán reubicados en los siete centros productivos dentro del país.
Este martes deberá comparecer ante la comisión de Agricultura de la Cámara de Diputadas y Diputados el ministro del ramo, Antonio Walker, tras el anuncio de cierre de la planta azucarera Iansa de Los Ángeles.
El presidente del sindicato, Ivar Morales, dijo que la noticia fue abrupta para ellos, y más aún, lamentable para quienes quedaran sin su fuente laboral.
Sin duda que esto sucede en el peor escenario para las familias trabajadoras, mostrando la cara mas brutal de los empresarios que no dudan en dejar a la calle a sus trabajadores.
Los cierre de fábricas en contexto de crisis, no son hechos nuevos, sin embargo en Chile, pareciera ser una realidad poco o casi nada de cuestionada por parte de las grandes centrales sindicales como la CUT, que no entregan ninguna salida mas que aceptar sumisamente que la crisis la paguen los trabajadores, cuando la deberían pagar los empresarios.
Por ejemplo, uno de los grandes temas que se hace urgente debatir en este proceso constituyente es que ante un escenario de cierre de fábricas, la clase trabajadora pueda seguir gestionándola, lo que implicaría una ardua lucha por su expropiación bajo control obrero, tal como sucede en la fabrica de cerámicos de Neuquén en Argentina, ex Zanon, hoy FASINPAT (Fabrica Sin Patrones).
El gran problema es que este proceso constituyente que impuso la Convención Mixta y la Convención Constitucional, fue reglamentando por los mismos partidos del régimen. Es decir, estos mismos partidos que son parte de los 30 años de herencia de la dictadura, lograron con el veto de 2/3 poner un limite a la hora de debatir en profundidad la propiedad privada a manos de una minoría de empresarios de este país, los cuales sabemos que en plena pandemia permitieron la existencia de la Ley de suspensiones del empleo a la clase trabajadora, que solo precariza nuestras vidas.
!Necesitamos impulsar una tercera alternativa, una verdadera Asamblea Constituyente Libre y Soberana, que permita debatir y decidirlo todo!