La fuga de capitales del gran empresariado en Chile ha ido aumentando según los datos del Banco Central. En lo que va del año, sacaron 3.800 millones de dólares del país. Mientras tanto, el gobierno entrega migajas para las y los trabajadores que pagan una crisis generada por los más ricos.
Lunes 29 de marzo de 2021 22:00
La pandemia definitivamente no ha impedido que las grandes empresas ganen fortunas. No solo siguen ganando a niveles escandalosos, sino que fugan el dinero al exterior. En lo que va del año esta tendencia se ha incrementado debido principalmente a la "incertidumbre" sobre los procesos políticos y sociales que atraviesa Chile.
Según el Banco Central, durante el último año las empresas no financieras y familiares de Chile sacaron 3.800 millones de dólares del país. A esto hay que sumar otros 3.700 millones de dólares de fondos mutuos, compañías de seguro y auxiliares financieros durante el tercer trimestre del año pasado.
Desde la Fundación Sol, manifestaron que esta fuga de capitales tiene que ver con que los grandes empresarios del país “han entendido que el país se debe construir en base a lo que ellos estiman conveniente (…) Las instituciones que se han creado, tanto en términos tributarios, laborales, el sistema de AFP (…) en general han servido para su modelo de acumulación”.
Este accionar por parte de los grandes empresarios de Chile no es nada nuevo, mientras estos siguen acumulando miles de millones a costa del trabajo de las y los trabajadores, han optado por llevar sus ganancias a fondos extranjeros para aumentar aún más sus ganancias, mientras tanto en Chile, cientos de miles de trabajadores son arrojados al desempleo o a la ley de “Protección” al empleo que solo protege al empresariado.
Así también, ha quedado en evidencia ante cada discusión sobre el retiro del 10% de los fondos jubilatorios. Actualmente, vemos que la discusión del tercer retiro se da en paralelo al retroceso a cuarentena total de toda la región metropolitana, lo que significa un nuevo golpe para miles de trabajadores y reabre el fantasma de una crisis económica que han tenido que cargar sobre sus hombros.
Por otro lado, el gobierno anunció un incremento de 6.000 millones de dólares al fondo de COVID-19, los cuales van a ser destinados a subsidios como la extensión del Ingreso Familiar de Emergencia y a entregar enormes incentivos a los empresarios para supuestamente “fomentar el empleo”. Sin embargo, ha quedado demostrado tras esta “fuga de capitales” que las prioridades de los empresarios no está en frenar los despidos sino en garantizar las ganancias del sector más rico de Chile.
Mientras, las y los trabajadores seguimos pagando una crisis generada por los grandes empresarios que acumulan multimillonarias ganancias a costa de quienes se empobrecen cada vez más en plena pandemia, quienes han quedado desempleados y quienes han tenido que cubrir el día a día a través de sus propios ahorros.
Nada se habla de poner un impuesto extraordinario a las grandes empresas como a las millonarias ganancias que obtuvieron los bancos (sólo en febrero los cinco más grandes ganaron más de $230.000 millones), o multimillonarios como Luksic que obtendrá 350 millones de dólares en dividendos.
Se hace urgente que se deje de subsidiar a los grandes empresarios y se aplique un impuesto extraordinario a las grandes fortunas para volcar esos recursos a un plan de emergencia de salud y de empleo.