Las condiciones de estudio y de trabajo en la UAM-A han visto un acelerado deterioro en los últimos años, lo que nos obliga a problematizar esta situación para encontrar soluciones democráticas desde la base estudiantil y trabajadora.
La Izquierda Diario México @LaIzqDiarioMX
Miércoles 19 de octubre de 2022
La crisis sistémica que viene sufriendo el capitalismo a nivel mundial desde el 2008 se ha profundizado y sus consecuencias más nefastas se las han cargado al pueblo trabajador a nivel internacional, pues los salarios se han visto reducidos, el derecho a la salud está rebasado a causa de décadas de desmantelamiento del sistema sanitario, los despidos se contaron por millones y un largo etcétera.
México no es la excepción, muy por el contrario, es un ejemplo claro de esta situación. Según datos del INEGI, durante la pandemia se perdieron millares de empleos y se dieron disminuciones salariales. En el 2022 hubo una recuperación en materia de trabajo, sin embargo, la mayoría de los puestos que se generaban tenían menos remuneración y peores condiciones laborales, es decir, mayor precariedad.
En lo que refiere a la educación básica como universitaria ha sufrieron recortes presupuestarios de facto. Es decir, en algunos casos el gobierno federal ha disminuyo los recursos entregados respecto al año pasado y en otros, otorgó la misma cantidad, lo que se traduce en menos dinero porque la inflación hace todas las mercancías más caras. Esta política excluye a cientos de miles de jóvenes de las escuelas, mientras que para los que se encuentran inscritos, representa una tremenda precarización de sus condiciones de estudio, pues la falta de insumos (sustancias para laboratorio, libros, prácticas de campo, etcétera), de alimentos de calidad, de grupos y profesores son pan de cada día.
En lo que refiere a este último punto, el ataque contra las condiciones laborales de los trabajadores administrativos como académicos es brutal vía el recorte presupuestal no sólo impone la inestabilidad en el empleo (contratación por meses) sino que, los trabajadores que ya tienen base, van perdiendo derechos consagrados en el Contrato Colectivo de Trabajo (CCT). Esta situación repercute directamente en los estudiantes, porque al no contratar más profesores y no construir instalaciones adicionales, es imposible atender a todos los alumnos en las materias que requieren.
¿Qué hacer?
Sin duda, uno de los primeros puntos nodales es el presupuesto. Se debe exigir un aumento real y sustancial al gobierno federal para cubrir todas las necesidades de todas las universidades públicas del país. Mientras se privilegie la militarización del país, asignándole miles de millones de pesos al Ejército y la Guardia Nacional, no hay manera de asegurar el derecho a la educación. Con este aumento sería posible mejorar el servicio del comedor, aumentar el número de grupos y asegurar los derechos laborales de todos los profesores y la base trabajadora.
Un segundo punto es forjar una alianza entre la base trabajadora y estudiantil. Ambos sectores son los más numerosos y por tanto poderosos. Asimismo, sus intereses coinciden, porque al garantizar condiciones dignas de estudio, también se garantizan condiciones dignas de trabajo. Por esto mismo, es fundamental borrar la división artificial que han construido las autoridades respecto a este tema. En este sentido, la mejor manera es convocando asambleas tripartitas en la que participen trabajadores, profesores y estudiantes en las que se discutan cómo resolver los problemas universitarios y decidir cómo gastar el presupuesto.
La lucha que en los últimos meses están dando estudiantes del Instituto Politécnico Nacional, de la UNAM y otras escuelas del interior de la república en reclamo de mejores condiciones de estudio y derechos laborales para los trabajadores universitarios son un síntoma del abandono que ha sufrido la educación superior con el PRI, el PAN y ahora con el MORENA. En este contexto, los integrantes de la Asamblea Interuniversitaria (que agrupa diversas universidades públicas del país) convocan a su próxima asamblea para el 22 de octubre en el campus Zacatenco del IPN a las 12hrs. Asimismo se hizo un llamado para preparar un paro general del sector educativo para el 14 de noviembre, cuando se discute el problema del presupuesto en el Congreso.
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