El balance de estos seis meses tiene dos interpretaciones posibles, según de qué lado del mostrador se lo mire. Para los trabajadores es un balance negativo.

Claudio Dellecarbonara Miembro del Secretariado Ejecutivo de la AGTSyP (Subte)
Jueves 23 de junio de 2016 05:00
Desde el principio de su gobierno, Macri busca garantizarle las ganancias millonarias a los empresarios, sobre todo a los más grupos concentrados. Quita de las retenciones al campo, tarifazo para las privatizadas, devaluación. Una transferencia enorme desde los bolsillos de los trabajadores a manos de los que más tienen.
A pesar de eso, algunos sectores empresarios siguen exigiendo más.
En cambio, lo que se ve en las calles, los lugares de trabajo, es una bronca contenida. Un rechazo muy grande a estas políticas, aunque en muchos sectores pesa el miedo a perder el trabajo, o el discurso de las centrales sindicales de que “hay que esperar”.
Esta semana nos enteramos, por la Dirección de Estadísticas de la Ciudad, que una familia tipo necesita más de $ 19 mil por mes para vivir. Y la mitad de los trabajadores apenas llega a los 7 mil.
El pacto
Frente a esta situación, que obliga a una respuesta contundente y unificada del movimiento obrero, el papel de las cúpulas sindicales es lamentable. Por un lado, haciendo medidas aisladas, como fue la concentración del 29 de marzo de las cinco centrales y luego la marcha a Plaza de Mayo de las dos CTA. Por otro, en el caso de Moyano, Caló y compañía, sellando un pacto para garantizar la gobernabilidad de Macri y los empresarios. Ese pacto es el que explica que pueda pasar el ajuste.
Por eso desde el sindicalismo combativo y la izquierda venimos planteando - en los lugares de trabajo, en las luchas y en las acciones convocadas por las centrales - que se necesita un plan de lucha y un paro nacional. Es la única forma de pararle la mano a este gobierno, de parar los despidos, que retrocedan los tarifazos.
Si los trabajadores que estamos en los sindicatos, los que movemos los resortes de la economía en todo el país, superamos las barreras que nos pone la burocracia, otro gallo cantaría.
Como reflejamos en estas páginas, a pesar del pacto de la burocracia o su tibieza, en muchos lugares los trabajadores deciden resistir. Incluso se suman los sectores más precarizados, como han demostrado los piquetes frente de Siderar, el paro de efectivos y contratados en Electrolux o los bloques de tercerizados petroleros en YPF Mendoza. La defensa de los sectores más explotados y la unidad de las filas obreras es una bandera que siempre levantamos desde el PTS y es una necesidad vital para enfrentar los ataques.
Que el ajuste lo paguen los empresarios
Si la burocracia es la que sostiene la tregua, la oposición tradicional se ha mostrado cómplice con los planes del gobierno. El Frente para la Victoria ha permitido la aprobación de las leyes del macrismo en el Senado; en donde gobierna aplica los mismos ajustes como en Santa Cruz o Tierra del Fuego; y con el caso de López ha mostrado su bancarrota como proyecto “nacional y popular”. Massa también hace un discurso para las cámaras, pero en la realidad ayuda a gobernar al macrismo, por eso es uno los políticos con más llegada a los burócratas sindicales peronistas y los empresarios “pymes”.
Solo el Frente de Izquierda viene denunciando el ataque de Macri, el doble discurso opositor y el pacto de las cúpulas gremiales. Pero no solo eso. Desde el PTS-FIT queremos que la izquierda se proponga encabezar la resistencia. Por eso estamos apoyando con nuestras fuerzas y recursos cada una de las luchas. Por eso estamos organizando agrupaciones clasistas en los sindicatos. Por eso ponemos desde nuestras bancas denunciamos la entrega y los negociados capitalistas y apoyar cada reclamo. Por eso pusimos en pie La Izquierda Diario y un sistema de medios que ayude no solo a la difusión de nuestras luchas e ideas, sino a organizarnos.
Para enfrentar a Macri, los gobernadores y los empresarios, tenemos unir a todos los que quieren luchar y empujar la coordinación de los sectores combativos y antiburocráticos. Con un programa para que al ajuste lo paguen ellos.
» Salario mínimo igual a la canasta familiar y actualización automática en función de la inflación real.
» Prohibición de los despidos y suspensiones.
» Reparto de las horas de trabajo en aquellas empresas afectadas por la caída de sus ventas o producción.
» Anulación de los tarifazos. Nacionalización bajo administración obrera de las empresas de servicios privatizadas.
» 82 % móvil para los jubilados.
» Respeto irrestricto del derecho de huelga y organización de los trabajadores.