La biblioteca de la facultad de ciencias de la UGR permanece ocupada por una asamblea de estudiantes desde el 9 de marzo. Desde el encierro realizan una serie de exigencias al equipo rectoral y afirman que no ser irán hasta que no sean atendidas.
Lucía Nistal @Lucia_Nistal
Martes 14 de marzo de 2017
Tras las movilizaciones del pasado 9 de marzo en el marco de la huelga general educativa, el bloque crítico de la manifestación de Granada decidió convocar una asamblea en la Facultad de Ciencias de la Universidad de Granada. En esta asamblea se decidió de manera espontánea realizar un encierro en la biblioteca de la misma facultad que se haría efectiva a las 20.30 del día 9, momento en el que, tras permitir la salida a todas aquellas personas que así lo desearan, se cerraron las puertas con cadenas.
El objetivo del encierro, según consta en el comunicado de la asamblea, es exigir a la administración de la UGR una serie de reivindicaciones como la votación vinculante para decidir las modificaciones del calendario de exámenes, la facilitación de la formación para la acreditación lingüística, la disponibilidad de los temarios de manera gratuita, la ampliación del horario de las zonas de estudio, la instauración de baños multigénero y la revisión del protocolo para la prevención y respuesta ante el acoso, con inclusión de las propuestas de la Asamblea Feminista Unitaria.
Estas reivindicaciones, nos explica un portavoz de la asamblea, responden a la necesidad de mejorar la precaria situación de muchos estudiantes para los que es tarea imposible llegar a fin de mes, así como la intención de poner en manos del alumnado las decisiones sobre la universidad, sorteando una administración que ha mostrado su "falta de interés por las necesidades del estudiantado".
Así mismo, el portavoz explica que decidieron encerrarse porque los cauces habituales llevan años sin mostrar resultados y vieron que encerrarse en la biblioteca sería la manera de hacerse escuchar, lugar esencial por su centralidad y simbolismo. Nos advierte que, en contra de ciertos rumores, "aquí no estamos para destruir absolutamente nada, estamos aquí para defenderlo, para defender los libros, la universidad y la educación".
Desde la asamblea explican que una de los motivos que ha llevado a la decisión de realizar el encierro radica en la necesidad de plantear una alternativa a los sindicatos que llaman a movilizarse esporádicamente, para que "no crean que son ellos los que representan a los estudiantes".
El apoyo a los estudiantes encerrados pasa por la solidaridad de compañeros y compañeras que les llevan comida, los ánimos que envían por redes desde otras universidades e incluso las palabras de aliento de trabajadores y desde el profesorado. También menciona el apoyo que están recibiendo desde alguna delegación de estudiantes como la de políticas, pero subraya la independencia de la asamblea de cualquier sigla o sindicato concreto, aunque haya individualidades que pertenezcan a organizaciones: "nos representamos todos, cada uno con sus siglas".
Otras organizaciones estudiantiles como la Coordinadora Sindical Estudiantil, integrante de la plataforma unitaria convocante de la movilización del 9 de marzo, dicen compartir las reivindicaciones, aunque se distancian de los métodos. En un comunicado lamentan que "hayan tomado esa iniciativa de manera unilateral sin tratar de coordinarse con nadie."
"Seguimos pensando que para conseguir esas y muchas más reivindicaciones la unidad sigue siendo la mejor herramienta y el camino a seguir y que es imprescindible rehuir de las guerras de siglas entre colectivos organizados", añaden en dicho comunicado, aunque se ofrecen "para llevar a cabo acciones que permitan empujar en el mismo sentido en estos próximos días y avanzar hacia la consecución de éstas y otras reivindicaciones."
Las negociaciones con Rectorado están por el momento paralizadas y no hay muestras de intento de diálogo desde la administración que envía a hablar con la asamblea a "personas que no tienen ninguna potestad sobre las propuestas que pedimos y son desconocedores de asuntos totalmente relacionados con ellas".
Los y las estudiantes piensan seguir adelante con el encierro, con mucho ánimo, continuando con la autoorganización dentro del espacio que ocupan y con el deseo de que no solo se cumplan sus exigencias, sino que la idea se extienda a otras universidades. Como afirman al final de su comunicado, para ellos "lo más importante no son solo estas reivindicaciones concretas, sino establecer un precedente para que la comunidad universitaria recupere su poder en la toma de decisiones y para que la justicia e inclusión regresen a las aulas."
Lucía Nistal
Madrileña, nacida en 1989. Teórica literaria y comparatista, profesora en la Universidad Autónoma de Madrid. Milita en Pan y Rosas y en la Corriente Revolucionaria de Trabajadores y Trabajadoras (CRT).