El genio que soñó con un futuro en donde la humanidad pudiera conseguir energía libre y gratuita, veía la luz por primera vez hace 161 años, en un pequeño pueblo llamado Smiljan, en la actual Croacia.
Lunes 10 de julio de 2017 12:05
Nikola Tesla nació el 10 de julio de 1856 en un pequeño pueblo llamado Smillan (Croacia). Su padre fue un sacerdote ortodoxo, Milutin Tesla; su madre, de Djuka Mandic, se cuenta, tenía un talento especial para la fabricación de herramientas para el hogar y capacidad para memorizar poemas épicos. Estudió en las universidades de Graz (Austria) y Praga, y terminó su educación en París.
Genio (AC) vs Genio (DC)
Después de haber trabajado en varias industrias eléctricas en París y en Budapest, se trasladó a Estados Unidos en 1884, en donde trabajó a las órdenes de Thomas A. Edison. El conflicto entre éste y Tesla es ampliamente conocido y se desencadenó después de que Edison se negara a pagar los 50 mil dólares acordados por una encomienda que Tesla había realizado superando las expectativas de Edison.
Después de ello comenzarían las hazañas del genio y también la conocida “Guerra de las corrientes”. Tesla fundó en Nueva York un laboratorio de investigaciones electrotécnicas, donde descubrió el principio del campo magnético rotatorio y los sistemas polifásicos de corriente alterna. Es reconocido por el desarrollo del sistema de potencia eléctrico por corriente alterna (AC) y por la creación del motor eléctrico de inducción de corriente alterna y otros muchos ingenios eléctricos.
Tesla también predijo la posibilidad de realizar comunicaciones inalámbricas con antelación a Guglielmo Marconi, el conocido inventor de la radio al que se le otorgara la patente en 1904, pero que después, en 1943, volvería a ser reconocida como invención de Tesla. Además, en su honor se denomina “tesla” a la unidad de medida de la intensidad del flujo magnético en el sistema internacional de unidades. Fueron todos estos trabajos los que lo llevaron a una batalla personal con Thomas Edison que tenía varios desarrollos con corriente continua (DC) y fundaba en ellos su esperanza de dominación del mercado eléctrico.
Junto con George Westinghouse, quien compró las patentes de su motor y de un transformador que facilitaba la distribución de este tipo de corriente hacia los usuarios finales, Tesla ganó la batalla de la distribución de la energía, pues quedó demostrado que el transporte de corriente alterna es más barato y sencillo que el de continua. En 1893 su sistema fue adoptado por la central hidroeléctrica situada en las cataratas del Niágara.
Genio vs la dominación del mercado
Después de su alejamiento de Westinghouse, finalmente, el empresario J.P. Morgan decidió invertir en un proyecto de Tesla, el más ambicioso, la Torre Wardenclyffe. El máximo anhelo de Nikola Tesla no sólo era la electricidad, quería ir más allá: su idea era lograr transmitir de forma gratuita energía y comunicaciones inalámbricas, esto lo hizo trabajar varios años de su vida en un proyecto llamado Torre Wardenclyffe a principios de 1900.
Pero cuando el inventor le expuso a Morgan que su objetivo último era distribuir la energía eléctrica a todo el mundo y a muy bajo costo, el empresario temió por el futuro de su imperio energético y le retiró el apoyo económico.
El mundo que veía Tesla
A lo largo de la historia se observa que los mayores pensadores e inventores han coincidido en que el conocimiento y todas las posibilidades y beneficios de la técnica deberían estar disponibles para todos. Nikola Tesla pagó caro esta convicción. Perseguido, plagiado, y ninguneado, Tesla murió solo en la habitación de su hotel a los 86 años en 1943, ese mismo día el gobierno de Estados Unidos requisó sus papeles y su laboratorio. Parte de este archivo se encuentra disponible en línea (290 páginas en pdf) pues en 2012 se desclasificaron los documentos que el FBI requisó en la habitación del hotel en la que falleció.
El mundo que veía Tesla es uno donde todos pudieran acceder a energía eléctrica a bajo costo, donde la ciencia y la tecnología estuvieran al servicio de toda la humanidad sin injerencia de las grandes corporaciones, donde el producto de los grandes trabajos científicos estuvieran al alcance de toda la humanidad y no de unos cuantos personajes, dueños del desarrollo científico.
El trabajo de Tesla está volviendo a aparecer en la escena de la que lo habían borrado. En 2013 un grupo de admiradores de Tesla recaudó a través de Internet 1,3 millones de dólares para comprar el edificio del laboratorio (La Torre Wardenclyffe) del inventor en Long Island, con el objetivo de restaurarlo y convertirlo en un museo. El mismo año un grupo de investigadores de Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) logró transmitir 60 Watts de potencia a una distancia de 2 metros con una eficiencia del 45%. Un estudio posterior de la universidad ITMO de San Petersburgo, publicado en enero de 2016, predice una eficiencia del 80% utilizando materiales cerámicos.
Será tarea apremiante de las nuevas generaciones de científicos e investigadores seguir el legado del genio que iluminó el mundo y con ello, iluminar, también, a las siguientes generaciones.
La ciencia no es más que perversión en sí misma a menos que tenga como objetivo último mejorar la humanidad. Nikola Tesla
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