12 de mayo, día internacional de los y las enfermeras. Sector laboral que en primera línea está enfrentando al coronavirus al mismo tiempo que viene denunciando la creciente precariedad laboral y la falta de EPI´s.
Martes 12 de mayo de 2020
Enfermeras y enfermeros en Bélgica celebran el día internacional de la enfermería. EFE
El día que se reconoce a este sector no puede ser simplemente una fecha más en el calendario, sino que debe servir para hacer una valoración genuina de su tarea transformada en su lucha por condiciones de trabajo y mejores salarios.
El Consejo Internacional de Enfermeras (por sus siglas en inglés International Council of Nurses) estableció al 12 de mayo como el Día Internacional de la Enfermera en homenaje a Florence Nightingale en el día de su nacimiento.
Florence, de origen británico, fue la primera mujer que estableció los pilares en los que se basó luego la profesionalización de la enfermería, con el establecimiento en 1860 de su escuela de enfermería en el hospital Saint Thomas de Londres.
Pero sin duda, y a partir de la pandemia que sigue asolando a gran parte del planeta, la tarea de las enfermeras ha quedado más visible que nunca, junto con sus luchas y reclamos por condiciones de trabajo y salario acordes con su profesión.
No es nuevo mencionar que están en la primera línea enfrentando al COVID-19. Sin embargo, se puede observar una constante romantización de su rol llamándolas “heroínas” cuando ellas necesitan reconocimiento como trabajadoras de la salud, por tanto exigen no estar precarizadas y que se garantice su seguridad sanitaria.
A lo largo de estos meses en los que el coronavirus provocó aislamientos obligatorios en varios países, y un derrumbe de la economía a nivel global, los reclamos por condiciones dignas de trabajo se reflejaron en las voces de quienes llevan la tarea de atender a los contagiados.
Plantillas precarizadas y falta de personal
Desde distintos sindicatos alertan de que el nivel de la plantilla en todo el Estado español es totalmente insuficiente. Contando actualmente con cerca de 308.000 trabajadoras, para llegar a la media europea habría que aumentar su número en más de un 25%. Estimaciones del sindicato CSOF calculan que harían falta “más de 100.000 profesionales de enfermería para llegar a la media de la OCDE”.
Según relata el enfermero Héctor Castiñeira en su último libro “El silencio de los goteros”, él mismo ha pasado por más de 500 contratos temporales desde 2003, y esta situación es muy común. Y hasta 2019 el sector solo contaba con 5 enfermeras por cada 1.000 habitantes, una de las ratios enfermera-paciente más bajas de Europa, mientras que en los países nórdicos llegan a los 16.
Son ya cientos de enfermeras que están exigiendo mejorar sus condiciones laborales dada la alta precariedad del sector, la ausencia de EPI y la sobrecarga de trabajo cuando hay miles de profesionales en el paro.
Tre Kwon, enfermera de un hospital de Nueva York, denunciaba las condiciones en las que trabajaban y aún lo hacen, las enfermeras en los centros de salud en Estados Unidos. La situación de las enfermeras en otros países conserva el mismo denominador común: extensas jornadas de trabajo, precarización, bajos salarios y escasas o nulas condiciones de seguridad sanitaria. Así lo denunciaban enfermeras del Estado español, Italia, Perú, Chile y México.
Si de algo sirvió la pandemia provocada por el coronavirus fue la visibilizarían masiva del importante rol de las enfermeras, pero eso no es suficiente. Hoy más que nunca se hace necesario apoyar sus demandas para que no se las honre una vez al año, sino que su tarea como trabajadoras de la salud sea reconocida y sus derechos no sean vulnerados.