A la ultra derecha tenemos que hacerle frente. Y para eso necesitamos una izquierda consecuente. Hay que enfrentarlos sí, pero sin ninguna confianza en este gobierno, sino que confiando en la fuerza de la movilización y organización de los trabajadores, en alianza con el movimiento estudiantil, de mujeres y la lucha del pueblo mapuche.
Jueves 22 de junio de 2023

Qué nos preocupa
Los trabajadores y sectores populares a 2 años del gobierno de Gabriel Boric y con un proceso constitucional controlado por la ultraderecha estamos pasando por duros momentos, sufriendo por la inflación y por el efecto de la crisis económica internacional, donde nuestra economía se revela totalmente dependiente de EE.UU. y China, donde los costos siempre los pagamos nosotros.
No sólo no suben los sueldos. Si no que también se han precarizado los servicios sociales como educación y salud. En los liceos y escuelas, las nuevas necesidades, se enfrentan con el mismo presupuesto. Hay establecimientos con plagas de aves y roedores, hay liceos sin baños o techos. Ni que hablar del no pago de derechos básicos como las cotizaciones previsionales en muchos municipios.También hay nuevos problemas de violencia, inéditos, contra estudiantes y funcionarios de educación.
En salud el panorama es más grave incluso. Este invierno no hubo preparación para enfrentar el contagio de virus sincicial que ya ha cobrado la vida de lactantes frente a la indolencia de las autoridades políticas. La ocupación de camas de tratamiento intensivo alcanza casi el 100% y el personal de salud nuevamente hace malabares con los escasos recursos que tiene.
Responsabilidad del gobierno: amén a la responsabilidad fiscal
El ministro de Hacienda Mario Marcel encabeza un gobierno que mantiene el mismo presupuesto público. El único aumento de gasto público fue a parar a Carabineros para su supuesta “lucha contra la delincuencia” que sabemos no produce resultados positivos. El gobierno parece más interesado en gastar en hombres armados que en atender las necesidades de la población. Boric pasó de prometer “transformaciones” a administrar el régimen de la mano con la ex Concertación y bailando al ritmo que impone la derecha. Palabras como “responsabilidad fiscal”, “alianza público y privada para generar empleo”, son los lugares comunes de un gobierno que se rindió a los dictámenes de los grandes empresarios: las 10 familias ricas de este país.
Chile asiste a una crisis social importante. Los campamentos siguen al alza y no hay ninguna política para frenar el cobro abusivo de arriendos que hace que el sueño de la casa propia sea imposible para las nuevas generaciones. Ni que hablar del sueño de estudiar en la educación superior porque el gobierno ha mantenido el CAE y la subvención al negocio de universidades privadas. Otra de las promesas incumplidas del gobierno.
El avance de la ultraderecha en el país
Este gobierno le ha abierto el camino a la ultraderecha. El Partido Republicano de Kast capitaliza el descontento de la población y por eso obtuvo un importante resultado electoral en las elecciones de los consejeros constitucionales. Esta derecha, nacida de desprendimientos de la UDI pero representando a nuevos sectores conservadores, se propone defender a muerte la herencia de la dictadura. Manejan la redacción de la nueva Constitución y rescatan la figura de Pinochet a quien consideran un estadista. Quieren relativizar la historia para limpiar la sangre de los genocidas que no sólo desaparecieron, ejecutaron y torturaron a miles, sino que también entregaron los recursos naturales a las compañías imperialistas extranjeras y privatizaron las empresas del Estado haciendo de Chile un país a imágen y semejanza de la ganancia capitalista.
Esta derecha se propone barrer con los derechos que hemos conquistado. Hablan pestes de los trabajadores públicos a quienes responsabilizan de la crisis. Dicen que la educación está como está por culpa de los profesores que hacen paros. Dicen que la salud está mal porque los funcionarios son flojos y se van a huelga. Están en una campaña de demagogia contra la educación sexual integral (un plan nunca aplicado en serio) negando a niños y niñas y adolescentes a contar con una herramienta básica para la vida, educativa, de prevención de abuso y acoso, mientras buscan imponer su doble moral, la misma que sostiene la iglesia y que los caracteriza, incluso defendiendo a abusadores como Spiniac y Karadima.
Dicen que todo derecho social nuevo es la “agenda de las minorías”. Quieren instalar que los problemas de la diversidad sexual, los problemas del pueblo mapuche, los problemas de los inmigrantes, no son problemas de la mayoría de los sectores populares o de los trabajadores sino de estas “identidades” nuevas. Nada más alejado de la realidad. Quieren ocultar que las mujeres son oprimidas por el sistema social, que los niños son violentados sexualmente por adultos, que dentro de nuestras familias también hay pueblos originarios, que en nuestros servicios sociales también trabajan y son atendidos muchos migrantes quienes también son parte de nuestra clase.
Impulsemos una izquierda de los trabajadores que le haga frente a la derecha en forma independiente a este gobierno
A esta ultra derecha tenemos que hacerle frente. Y para eso necesitamos una izquierda consecuente. Hay que enfrentarlos sí, pero sin ninguna confianza en este gobierno, sino que confiando en la fuerza de la movilización y organización de los trabajadores, en alianza con el movimiento estudiantil, de mujeres y la lucha del pueblo mapuche.
Ante este escenario es fundamental que las centrales sindicales, como la CUT, puedan desde las bases, levantar un pliego único de nuestras demandas por el aumento del sueldo, acorde a la canasta familiar y la inflación desde los 750 mil pesos.
La violencia patriarcal no va a transformarse solo por transformar la educación; es necesario rearticular y retomar la potencia del movimiento de mujeres y disidencias sexogenéricas, en este sentido es clave que la C8M quien juega un rol de dirección en el movimiento de mujeres, pueda impulsar asambleas para abordar cómo enfrentar a los conservadores para conquistar nuestras demandas como la ESI o el aborto legal, libre, seguro y gratuito, y organizándonos contra este sistema que nos oprime y nos explota.
Queremos tomar el enorme ejemplo que están dando los trabajadores, la juventud y los pueblos originarios en Jujuy, Argentina. La lucha que ha levantado a todo Jujuy contra la reforma constitucional y por mejores salarios allende los andes, muestra el camino que debemos seguir acá para enfrentar el avance de la ultra-derecha, por reposicionar una agenda del pueblo trabajador y los oprimidos y por echar por tierra el fraude constitucional.
En unidad desde las bases, docentes, trabajadores de la salud, mineros, estudiantes y pueblos originarios han luchado contra una bestial represión que el Gobierno de Jujuy ha desencadenado contra los manifestantes. Como es de esperar un cerco comunicacional bloquea esta lucha, y es que no quieren que veamos que se puede enfrentar los ataques sin subordinarse al malmenorismo y manteniendo una independencia política. Pero no solo eso, Jujuy muestra que izquierda necesitamos, una izquierda verdad, como los referentes del Frente de Izquierda Unidad, y del Partido de Trabajadores Socialistas, organización hermana del PTR, que renunciando a la Convención Constitucional por aprobar la reforma antiprotesta, se fueron junto a los manifestantes para enfrentar juntos a la represión, una izquierda que en Jujuy recuperó los sindicatos docentes para pelear en unidad por mejores salarios y por la unidad con la comunidad, una izquierda que no se conforma con el mal menor, sino que tiene un proyecto socialista de sociedad. Creemos que podemos tomar mucho de esta tremenda lucha que vienen dando los compañeros y compañeras en Jujuy.
Por esto, desde esta perspectiva, desde Abran Paso, Nuestra Clase, Pan y Rosas, Vencer y el Partido de Trabajadores Revolucionarios invitamos a conversar y discutir sobre esta situación, reuniéndonos en una asamblea abierta para intercambiar sobre cómo enfrentar el ascenso de esta nueva derecha y su proceso constitucional.
Los trabajadores somos una fuerza capaz de organizar la sociedad bajo nuevas bases. Creemos que la única salida a la crisis social chilena es una respuesta desde los trabajadores quienes deberían administrar y gestionar la salud, la educación y la sociedad de conjunto para poner por delante la resolución de las necesidades sociales. En ese sentido la lucha de Jujuy muestra un camino para avanzar en esa dirección, que no implica sentarse a esperar lo que digan los gobiernos progresistas o las direcciones burocráticas de turno.
Si la derecha se organiza nosotros debemos hacerlo 10 veces más fuerte:
¡únete a nuestra asamblea, esta sabado 8 de Julio¡