Ya son casi 300 los evacuados en Berisso y Ensenada. El temporal que azotó la región tuvo como consecuencia la inundación de varios barrios de la zona y decenas de familias bajo el agua en los distritos ribereños. La lluvia es natural, la falta de obras públicas y una política de protección ambiental para evitar que los trabajadores pierdan lo poco que tienen, no. La Ensenada de Mario Secco es una ciudad inundable.
Miércoles 20 de marzo de 2024 16:07
Entre la noche del martes y la mañana de este miércoles han caído sobre el Gran La Plata 120 milímetros, la cantidad que se esperaba para todo marzo. El fenómeno del niño que atraviesa la región trae consigo estas tormentas severas, que son cada vez más extremas y frecuentes como consecuencia de la crisis climática que atraviesa el planeta.
Pero el origen de estas inundaciones debemos buscarlo menos en el fenómeno climático y más en las acciones de los distintos gobiernos y sus políticas. La especulación inmobiliaria, la falta de obras de infraestructura y planes de viviendas acordes, además de una ley de humedales que proteja los espacios verdes para escurrir las aguas de manera natural, un plan de arbolado público necesario para la absorción en zonas urbanas y políticas ambientales que controlen la limpieza de canales y sumideros, son algunas de las causas de algo que es evitable, y que hoy deja a decenas de familias sin nada.
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La crisis climática tiene su impacto local
En esta zona ribereña el agua escurre hacía el Río de La Plata, que hoy se encuentra con una altura aproximada de 80 cm. Dos de sus tres arroyos (El Gato, Rodríguez y el Carnaval) se encuentran llegando a su límite y desbordando a zonas linderas. Esto tiene su impacto sobre los barrios y asentamientos más precarios, que a falta de un plan de vivienda y de no tener garantizado el derecho a un hogar digno se ven empujados y expulsados de la urbe viviendo sobre las costas de canales y arroyos, sin contar con servicios básicos y expuestos a enfermedades que traen consigo los desbordes por inundación.
Recordemos que en 2013 la inundación de La Plata trajo posteriormente enfermedades como el hantavirus, producto de los desbordes ya que las aguas contienen tóxicos y desechos provenientes de las fábricas de la zona y la producción agrícola regional.
Ensenada ciudad inundable
En Ensenada la obra hidráulica promocionada por el municipio como una construcción para evitar inundaciones no alcanzó. Falta una política ambiental que realmente dé respuesta a estos fenómenos, enmarcada en un plan de obra pública que proteja espacios verdes y canales. La limpieza sobre zanjones, sumideros y conductos se realizan tarde o directamente no se hicieron. Y los controles sobre los desechos que caen sobre los canales no son los adecuados, obstaculizando que el agua drene hacia el río de manera natural.
Las asambleas vecinales tienen un plan de limpieza que dan cuenta de una correcta implementación del cuidado de humedales y arroyos, que no son escuchadas y son atacadas por el municipio, como sucedió en la apertura de sesiones del año pasado o el reclamo al municipio de la asamblea de vecinos contaminados por COPETRO, donde el municipio mandó a la policía.
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Recordemos que Ensenada está entre los distritos con peor calidad ambiental de Argentina. Esto se debe en parte a estar emplazada sobre un polo industrial que arroja sus desechos a los canales y arroyos. A partir de la denuncia de vecinos y asambleas ambientales se ha logrado dar visibilidad a las consecuencias, y a la connivencia del distrito con estas grandes empresas (extranjeras como COPETRO o mixtas como YPF), que reciben dinero y donaciones para continuar con su plan extractivista dejando una verdadera zona de sacrificio.
YPF viene comunicando a través de sus redes “actividades inusuales” a partir de la denuncia de los vecinos por explosiones y fuego de sus antorchas. Hoy paralizó parte de su planta por las lluvias, desafectando a varios trabajadores que pedían asueto sin descuento del día laboral. Recordemos que en la última gran inundación hubo peligro de explosión prendiéndose fuego uno de sus piletones, que casi termina con el peor escenario. Aún no cuenta con plan de evacuación poniendo en peligro a trabajadores y vecinos de la zona.
Otra de las acciones que se suman a las variadas causas que dejaron a cientos de ensenadenses bajo el agua fueron las políticas ambientales de Mario Secco, el llamado “ambientalismo popular” que impulsó el gobierno anterior y hoy continúa el peronismo. Por ejemplo las obras destinadas a cementar todo espacio verde existente, como el tablestacado en Punta Lara (llamado paseo costero), o la tala del arbolado público que tiene su resistencia en la asamblea Ni un árbol Menos.
Secco pavimenta las calles de Punta Lara pero los vecinos denuncian que se transforman en verdaderas piletas donde se estanca el agua cada vez que llueve, aunque el río esté bajo. Actualmente se extienden los casos de dengue en la región y es necesario evitar la acumulación de agua, que afecta sobre todo a los barrios que no cuentan con las obras necesarias de cloacas y pavimentación, y esto es responsabilidad de los gobiernos.
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Además existen los incendios intencionales por parte de especuladores inmobiliarios en la Reserva Natural del Parque Pereyra Iraola que destruyen un lugar importante que cumple la función de ser una esponja natural para prevenir inundaciones en toda la región.
Porque hay algo que comparten, más allá de las diferencias en las formas, el negacionismo del gobierno nacional de Javien Milei y el “negacionismo de hecho” del ambientalismo popular de los gobiernos provinciales y municipales de UxP; y es la protección de los negocios del capital más concentrado, a costa del saqueo de los bienes comunes y la explotación y precarización de los trabajadores.
Plata no hay…para las necesidades populares
“No hay plata” dice Milei, y los gobiernos de Kicillof y Secco toman esta bandera aplicando el ajuste sobre los trabajadores. Esto tiene su impacto en salud y educación, donde el Consejo Escolar realiza un recorte quitando plata a los comedores y para elementos de higiene necesarios como jabón y papel higiénico, o materiales escolares. Las obras de infraestructura se suspendieron, y las escuelas sufren goteras, filtraciones e inundaciones con cada lluvia. Años de desinversión que hoy se profundiza.
Esto se generaliza en los municipios y provincias donde gobiernan, con el apoyo fundamental de las direcciones sindicales que contienen la bronca pactando aumentos salariales por debajo de la inflación y dejando pasar el ajuste con un “hay 2027” muy lejano y sin perspectiva.
Porque la solidaridad desde abajo no falta, inmediatamente se han abierto centros de acopio de donaciones en distintos puntos de la ciudad donde pueden recurrir las familias afectadas. Parte de esta solidaridad es la que se vio en las asambleas populares y cacerolazos luego de los anuncios del gobierno de Javier Milei con la Ley Ómnibus y el DNU. Es parte de esta lucha la exigencia a los gobiernos de planes de viviendas, obras públicas para evitar inundaciones y una política ambiental que parta de reestablecer una relación armónica con la naturaleza, protegiendo espacios verdes y arbolados, necesarios para evitar futuras inundaciones.
