Esta semana el Gobierno detalló cuatro ejes prioritarios que serían las medidas a discutir para la ya anunciada reforma a Carabineros.
Jueves 26 de noviembre de 2020
En medio de una crisis de legitimidad que nunca logró cerrarse y que al contrario, se continúa profundizando desde la revuelta del año pasado y las violaciones a los DDHH que quedaron impunes y sin responsables políticos, el Gobierno de Piñera ya adelantó algunos de los aspectos que se discutirán como prioridad en esta nueva reforma para intentar, de algún modo, reoxigenar la ilegítima institución.
Estos cambios están siendo propuestos y discutidos por una Comisión Asesora Permanente convocada por el Ministerio del Interior, la cual está compuesta por nueve personas, entre ellas Hernán Larraín, Ignacio Briones y Mario Rozas, el ex general director de la institución que el pasado 19 de noviembre tuvo que renunciar en el contexto de el baleo a dos niños del Sename en Talcahuano y del asesinato de Matías Garrido en el marco de la represión policial a una movilización en Valparaíso.
El Plan Estratégico de esta Comisión, tiene el objetivo de fijar nuevos criterios para el actuar de carabineros en manifestaciones pacíficas estableciendo diálogos con los manifestantes a través de un parlante, así como también alargar el proceso de formación de funcionarios de dos a seis semestres. En ese sentido, los cuatro ejes prioritarios ya declarados por el gobierno de Piñera son:
- Especialización de las funciones policiales incorporando un rol “preferente preventivo en Carabineros, contando con unidades territoriales en todo el país especializadas en control del orden público que deberán rendir cuentas a los fiscales locales”
- Relación de las policías con la autoridad civil y la ciudadanía.
- Incrementar niveles de profesionalización policial, inyectando recursos en tecnología y en formación ética continua. Sobre el uso de estos recursos, son los mismos policías los que tienen que elaborar su propia Ficha Estadística Uniforme Policial (FEUP) de manera trimestral a una auditoría dispuesta por la Subseretaria del Interior.
- Profesionalización de la organización policial, dotando de más carabineros los territorios a nivel nacional.
En síntesis, ad portas de un proceso constituyente amañado y controlado por los partidos políticos tradicionales del régimen, este anuncio no es casualidad. Es un intento importante del gobierno de Piñera de intentar hacer pasar esta reforma de cambios cosméticos como un voladero de luces para todo el pueblo chileno mientras no exista juicio y castigo para los responsables políticos y materiales para los responsables de las violaciones a los DDHH, y mientras existan presos políticos de la revuelta en las cárceles y en el Sename. Sin embargo, si observamos con detenimiento, lo que se propone es mayor inyección de recursos, y en el ámbito de las confianzas políticas ya quebradas de parte del pueblo chileno con esta institución, no garantizan mucho las tan reiteradas “clases de ética” ni que sean ellos mismos quienes creen sus propias comisiones para elaborar sus propios informes (como ya lo venían haciendo) pero esta vez tienen que rendirle cuentas directamente al gobierno de turno, que tampoco garantiza nada.
El problema de la institución de Carabineros es estructural: es una institución creada para defender los intereses de la clase dominante, de los empresarios, la derecha y los ricos de este país y de todos los países del mundo. Existen dos únicas formas de que la policía deje de reprimir al pueblo chileno: la primera es que el pueblo deje de reclamar sus derechos, la segunda es aboliendo la institución.
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