En México, según cifras oficiales, hay al menos medio millón de personas que trabajan sin ningún reconocimiento laboral para una de las tantas apps de delivery. Son “socios” de Didi, Uber, Rappi, y aunque son quienes generan las ganancias no tienen ninguno de los derechos.
Martes 7 de diciembre de 2021
En un país como México, donde el ataque a los derechos laborales tiene al menos 3 década de ofensivas ininterrumpidas, la realidad laboral de millones es cada vez más incierta. Si le sumas que gran parte trabajamos para empresas transnacionales que sólo ven jugosas ganancias en la mano de obra barata la cosa se pone peor.
Las y lo repartidores son uno de los sectores más golpeados por el retroceso de los derechos laborales, pues no cuentan con contrato, trabajan básicamente a destajo, y aunque quieren vender la idea de que son sus propios jefes, la realidad es que si no trabajan jornadas extenuantes no sale para la quincena.
Algunas organizaciones como Ni Un Repartidor Menos denuncian estas condiciones, y tienen documentado la muerte de al menos 56 trabajadores de reparto, la gran mayoría por accidentes viales, provocados por los reducidos tiempos de entrega y la cero normativa viales de la CDMX, y un sector en asaltos y heridas de arma blanca.
Estas muertes han quedado impunes o en el olvido, pues al no contar con seguro social, las familias de las y los trabajadores accidentados tienen que afrontar la perdida sin ningún apoyo y quedan en el total desamparo sin que las empresas se hagan responsables de absolutamente nada.
A estas situaciones se le suman el acoso y el abuso de clientes, que se enmarca en la oleada ascendente de la violencia patriarcal, que reporta al menos 10 feminicidios al día, esto sin que tengan ningún canal para poder denunciar este tipo de situaciones las trabajadoras de reparto.
Esto es sólo la punta del iceberg, pues en realidad tras de esta impactante condición laboral se oculta un plan de flexibilización laboral y esquemas de outsourcing legalmente validados, donde quienes menos tenemos ganamos menos y los patrones se siguen enriqueciendo a costa de nuestras vidas.
El ejemplo de lucha y organización que las y los trabajadores de apps de reparto han iniciado es el único camino, salir a las calles, evidenciar a las patronales que nos desangran, pero a esto habría que agregarle total independencia de los partidos del congreso y sus instituciones.
Exigir derechos laborales, seguro social, reconocimiento laboral, sueldo base y vacaciones son apenas algunas mejoras, porque debemos luchar por jornadas laborales que no rebasen las 30 hs semanales, salarios que alcancen para la canasta familiar y derecho a una pensión digna.