La siguiente nota analiza la ubicación política actual de los partidos de derecha en México, sus, crisis internas, reacomodos y futuras alianzas de cara a las elecciones del 2023 y 2024.
Miércoles 8 de junio de 2022
Los resultados de las elecciones de este 2022 confirman la continuidad de la tendencia política abierta en 2018 con el arribo de Morena y López Obrador al poder: reconfiguración política en el sistema de partidos y la relegitimación de una democracia burguesa que venía muy degradada. Esta reconfiguración de las preferencias de los partidos en la población mexicana, no se puede explicar sin el profundo descontento que la población tiene hacia los distintos partidos que se encargaron de imponer la agenda neoliberal y la búsqueda de una salida a ese descontento, aumque restringida sólo al voto electoral, basada en la confianza de la figura de AMLO y su discurso “antineoliberal”.
Y no es que el descontento no se haya expresado hasta el 2018; oposición al neoliberalismo la hubo y por decenas de luchas, las más importantes fueron el levantamiento del EZLN en 1994, la huelga de la UNAM 99-00, la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca de 2006, la lucha contra la extinción de Luz y Fuerza del centro en 2009, Yo soy 132 en 2012, y el enorme movimiento que exigía la presentación con vida de los 43 normalistas de Ayotzinapa en 2014, etc. Luchas que alcanzaron una connotación nacional e interés internacional por algunos momentos pero terminaron “diluyéndose” ante la falta de una perspectiva política apropiada.
En cada oposición al neoliberalismo los partidos patronales PRI, PAN, PRD (o conocidos también como PRIANRD), con uso del aparato del Estado mediante, siempre jugaron un rol de persecusión, linchamiento mediatico, de desvío o contención de sectores descontentos las masas. Esos métodos pasaron a un segundo plano ante el efectivo desvío de la movilización, la crisis de los viejos partidos del régimen y las perspectivas de una mejora de la vida de las masas ofrecidas por AMLO.
Así, el arribo meteórico del Morena en 2018 al poder apuntaba al cierre de una profunda crisis política que se había asentado en el Estado mexicano con el gobierno del “Pacto por México”. Antes del 2018 estos partidos tradicionales controlaban los 32 entidades del país, ahora solo controlan 8, Morena junto con sus aliados detentan virtualmente 22 (el Partido Verde en San Luis Potosí y el gobernador “independiente” Cuauhtémoc Blanco en Morelos se apoyan en la llamada 4T). En otras notas se aborda el proceso de cómo sucedió esto. Aquí queremos analizar los escenarios que se abren para la oposición de derecha.
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Un gran Frente Opositor burgués: Va por México
Después de la derrota que significó el 2018 para el PRIANRD, cuyas consecuencias aún se aprecian, en el 2021 estos partidos decidieron formalizar lo que en los hechos ya existía, un frente opositor electoral con un programa de defensa de los intereses de privados. Con un PRI como tercera fuerza, desplazado por el PAN y con un PRD en vías de extinción, el empresario Claudio X. Gonzalez, como digno representante de su clase, cabildeó con las respectivas dirigencias de estos partidos para “frenar a Morena” y arrebatarle el congreso en 2021 y retornar a la presidencia en el 2024. El plan inicial era hacerse de la mayoría calificada era para, según en sus palabras “hacer contrapeso”, pero en realidad buscan golpetear al oficialismo y desestabilizarlo desde dentro.
La alianza opositora Va por México, es la expresión de una profunda debilidad de los partidos políticos en relación con el ahora partido hegemónico. Este frente burgués, nace como una alianza que en primer lugar se aglutina para dar peleas defensivas ante el tsunami que representa una variante burguesa de centro izquierda, pero que también busca ser un punto de apoyo sólido para dar las futuras batallas que le permitan alterar la relación de fuerzas entre las agrupaciones políticas. Su principal delimitación programática, el fundamento de su acción política, es una agenda neoliberal: mercados abiertos a la inversión extranjera o local privada, reducción o nulo aumento al gasto social, privilegiar a los empresarios en detrimento de las condiciones de vida de la clase trabajadora.
La única forma de hacer realidad su programa es con el poder del Estado, para ello resultan clave y estratégico los comicios del 2024 ¿Cómo lo lograrán? Ganando o manteniendo posiciones políticas y buscando construirse como referente de oposición al régimen de AMLO a nivel ideológico. En este proceso intentan sumar a otros grupos de derecha como Movimiento Ciudadado (MC), o grupos de derecha como FRENA. ¿Y quién es la dirección de este Frente? La burguesía nacional pro imperialista a través del multimillonario Claudio X. Gonzalez.
A un año de su creación este frente electoral burgués, no se ha acercado a los resultados que se habían planteado, están muy lejos. En esta debilidad reside buena parte de la fortaleza del lopezobradorismo. Veamos en detalle cómo se reconfigura esta alianza de cara al 2024 pasando por el 2023.
La degradación de Va por México y la aspiración de MC a ser segunda fuerza
El primer estrujamiento serio que tuvo que sortear Va por México, fue el intento de aprobación de la reforma eléctrica de AMLO. Desde la presidencia AMLO instó al PRI a “recuperar” el legado “patriótico” y nacional de los priistas Lázaro Cardenas y López Mateos. En términos ideológicos, abrió el debate en la población y trazaba la ruta para golpear desde arriba en caso de que no aceptaran ir en ayuda de Morena para aprobar dicha reforma. Sin embargo, la cuestión fue más que ideológica, el PRI buscaba negociar la permanencia de algunas gubernaturas e impunidad para con el dirigente nacional de este partido a cambio de “prestar” algunos votos lo cual desató fuertes presiones de sus socios electorales. La negociación no se logró, al igual que la aprobación de la reforma. Pero sí se logró poner en aprietos a la alianza que recibió un "vengativo" golpe mediático, vía la gobernadora de Campeche, en plena recta final del proceso electoral.
El PAN, que también carga con los costos políticos de haberse aliado en los hechos con el PRI durante 3 décadas de neoliberalismo, fue relativamente menos golpeado en 2018. Logró ubicarse como segunda fuerza por encima del PRI, sin embargo durante estos años se ha ido degradando en medio de sus alianzas formales con los otros partidos patronales y el fracaso en relevar a sus viejos dirigentes , por los casos de corrupción que persiguen a sus principales referentes como el ex candidato Ricardo Anaya. Aún así, con cinco entidades bajo su gobierno, una fracción de legisladores en ambas cámaras, y sin referentes políticos para el 2024, es la principal fuerza en esta alianza.
Lejos de encontrar un apoyo en el PRI o el PRD, el PAN está siendo presionado en términos electorales a la baja. Los escándalos recientes del dirigente nacional del PRI, y su terrible declive en estas elecciones que lo ubican -junto con el PRD- éste en miras de perder el registro electoral en algunas entidades, causan fuertes estragos, y replantean la viabilidad de continuar con esta alianza. Son estas circunstancias las que llevan al dirigente empresarial de este Frente, Claudio X. Gonzalez, a buscar a Movimiento Ciudadano para que “recomponga” a Va por México con su “juventud”, “dinamismo”, “representatividad”, pero sobre todo con los votos que detenta.
Pero la aparición del dirigente de Va por México lejos de mostrar fuerza, expresa el fracaso de la oposición, máxime que previo a los comicios de este 5 de junio llamó personalmente en un vídeo a votar. Así está la oposición: el patrón tiene que salir a hacerles la chamba.
No es noticia que la fórmula MC-PRIAN ya fue descubierta, y que López Obrador los haya nombrado el bloque de los “traidores a la patria” tras la no aprobación de su reforma eléctrica. Esta incorporación de Movimiento Ciudadano no ha sido formalizada por varias razones. La primera porque éste busca distanciarse de los escándalos de corrupción, señalamientos y estigmas que persiguen al PRIANRD. Pero este distanciamiento no anula en definitiva una eventual alianza. Se distancian para fortalecerse, acumular capital político y superar así los mejores logros que ha tenido el PAN como segunda fuerza, a nivel nacional.
Los resultados electorales de MC fueron raquíticos también en estas elecciones, por lo que ir solos hacia el 2024 no sería buena opción. Su principal fuerza está en el norte, y el bajío, con las gubernaturas de Nuevo León y Jalisco. Apuestan a consolidarse como una fuerza regional, no gracias a ir en alianza, sino como producto de su “esfuerzo” individual. Una virtual integración al frente electoral que dirige X. González, no solo serviría como un medio para dar un salto como segunda fuerza nacional, sino también para imponer a su candidato hacia los comicios presidenciales de 2024, Luis Donaldo Colosio Riojas, el hijo del candidato del PRI asesinado en las elecciones de 1994, actualmente presidente municipal de Monterrey por parte de MC. De llegar a lograrlo, tendrían como principal contradicción la carencia de estructura política territorial, cosa que el PAN y el PRI aún -a duras penas- preservan.
Hoy Morena junto con sus aliados tiene 22 gubernaturas, y en este 2023 podría sumar otras dos: Chihuahua y Estado de México. En el Estado de México, el PRI no puede ir solo a elecciones desde 2018, pero tampoco puede imponer al bloque electoral que integra su candidato para gobernador, no tiene la fuerza a nivel nacional para respaldar su histórica presencia en este estratégico estado; el PAN exigiría tener su propio candidato si es que quiere estar mejor posicionado para el 2024. Para el PRI continuar en alianza es avanzar irremediablemente en su degradación; o se apoya de su bastión histórico para no ceder la candidatura, lo cual lo obligaría a ceder otras posiciones, o acepta las negociaciones con el PAN a fin de no seguir avanzando a la deriva, lo cual significa para Va por México echar la elecciones del EdoMex en saco roto. Sea como sea, las elecciones del 2023 ya adquieren un grado importante de complejidad, donde el PRI no tiene ningún futuro saludable.
Este es el panorama político. La fortaleza de Morena no es gratuita, las debilidades de la oposición le dan un piso más estable para avanzar, arropado por el altísimo grado de aceptación de AMLO. Va por México, tiene una táctica política simple que apenas se eleva por encima del razonamiento aritmético, la suma. Su componentes jalan en la misma dirección, pero no descartan en ningún momento arrimar agua a sus propios molinos. El oportunismo, pero también la necesidad objetiva de apoyarse entre ellos mismos los une. La principal batalla interna será entre MC y el PAN, el PRI es una fuerza que tiende a volverse casi marginal, del PRD no hay nada que decir.
Entre las dos grandes alianzas políticas, Va por México y Juntos Hacemos Historia, el pueblo de México no tiene verdaderas opciones. Hay en pugna dos proyectos de administración del capitalismo. Quienes votan por Morena, buscan un cambio real y ven enormes ilusiones en este partido. También es real que hay un gran número de votantes que más que tener afinidad a Morena, rechazan a la oposición y votan críticamente al partido de AMLO. Una tercera alternativa política nacional, independiente de estos partidos patronales y que enfrenten la sujeción a los planes del imperialismo, es muy necesaria y posible en la medida que las masas trabajadoras, el campesinado pobre, los pueblos originarios, vayan rompiendo con el corsé de los viejos partidos electorales y se unan en para luchar juntos por sus demandas. Pero sólo será realmente viable si asume un programa de defensa de los intereses de la población por encima de los intereses de los capitalistas nacionales o extranjeros, en miras de un autogobierno de la clase trabajadora, la clase que mueve realmente al país.