×
×
Red Internacional
lid bot

ECONOMÍA ESPAÑOLA. Entre el confusionismo y el electoralismo del PP

El PP pretende lograr el triunfo electoral sobre el supuesto crecimiento generado por las políticas económicas de ajuste del gobierno Rajoy. No duda en sobre-actuar en el terreno de las cifras económicas. Analizamos aquí la verdadera situación de la economía española.

Juan Carlos Arias

Juan Carlos Arias @as_juancarlos

Viernes 20 de noviembre de 2015

Foto: EFE

Las variables económicas, hoy en día, denotan una situación de agotamiento e incluso retroceso del rebote experimentado por la economía española en los últimos trimestres. Sin embargo, hasta ahora el gobierno del PP viene sobre-actuando con la débil recuperación económica con fines electorales. Para ello ha contado con la complicidad de la UE y la Troika, que lo prefieren como el garante más idóneo de la continuidad de las políticas de recortes sociales.

Esa complicidad quedó patente a principios de octubre con el conflicto surgido en el seno de la Comisión Europea. Entonce el Comisario Pierre Moscovici se desmarcó de la política de ocultamiento del incumplimiento del déficit de los presupuestos presentados por Rajoy para 2016. La Comisión tuvo que acabar reconociendo que eran unas cuentas engañosos y necesitarían un recorte adicional de en torno a 15.000 millones de euros. Aún así, rápidamente se trató de echar tierra sobre este asunto por parte de las instituciones europeas.

A lo largo de estas últimas semanas, se ha venido produciendo un cambio de color en los titulares económicos de algunos periódicos, que empalidecen las optimistas perspectivas que hasta hace bien poco teñían la prensa diaria. han sido las previsiones del servicio de estudios del BBVA, del FMI, la OCDE, la Comisión Europea e incluso el propio Instituto Nacional de Estadística (INE) y el Banco de España las que han venido a echar un jarro de agua fría sobre las ilusiones electoralistas de Rajoy.

La primera de las malas noticias ha sido la publicación de los datos revisados de la caída real de la economía española durante todo el período de crisis, gran parte bajo el gobierno del PP. Las cifras, revisadas por el INE, han empeorado los resultados: la caída fue del 9,3% y no del 8% como se pensaba hasta ahora. Además, teniendo en cuenta que por primera vez en 2014 se han incluido en el cálculo de ingresos en el PIB una estimación de determinadas actividades ilegales (prostitución, tráfico de drogas) y otros cambios metodológicos que elevaban su volumen (un 2,5% sobre el PIB 2013). Con lo que en realidad, la diferencia negativa entre el PIB 2008 y 2015 sería algo mayor. Por lo tanto la tan cacareada “recuperación económica” de Rajoy no sería tal puesto que a finales de 2015 estaríamos todavía muy lejos del PIB de 2008.

La segunda información aparecida es que, según datos del INE, la “recuperación” de la economía perdió algo de fuelle este verano. Los datos del tercer trimestre, en pleno verano, indican que en un período estacional tan propicio para la económica española, no solo no se ha incrementado su crecimiento, sino que ha experimentado un ligero retroceso. En este tercer trimestre la economía ha crecido un 0,8% frente al 0,9% del primero y el 1% del segundo. Esto ha llevado al Banco de España a reducir la previsión de crecimiento del PIB del 3,3% al 3,1%. La principal causa apunta al peor comportamiento del mercado exterior.

Pero además, uno de sus más firmes aliados -la banca, en este caso el BBVA- ha pronosticado que el último trimestre del año la economía española, en consonancia con las previsiones de la mayoría de analistas, sufrirá una ligera desaceleración añadida a la ya producida en el tercer trimestre. El aumento de las incertidumbres sobre el crecimiento global, el agotamiento de algunos impulsos y el aplazamiento de algunas decisiones de gasto por la campaña electoral del 20D, serán las causas según su análisis. La entidad financiera pronostica un crecimiento para este trimestre del 0,7%.

Es decir, que a lo largo de este año la actividad económica se ha ido frenando por lo que ya no puede decir que las perspectivas van a ir mejorando progresivamente. Más bien parece que el rebote se va frenando hacia una economía que en el mejor de los casos sufrirá un claro estancamiento.

El mismo BBVA ya anticipa una caída del consumo al señalar que existía “una demanda embalsada de bienes duraderos” lo que, a su juicio, ha favorecido el consumo interno. Parece, pues que el incremento de la demanda, factor económico esencial de la coyuntural mejoría, se iría desinflando progresivamente. Algo normal si tenemos en cuenta la persistencia del elevado desempleo y la explosión de empleo precario y con salarios de miseria que es la característica esencial del mercado laboral español.

Eso sí, las desigualdades sociales se han incrementado exponencialmente. De hecho según Eurostat, en el Estado español hay 13,3 millones de personas en riesgo de exclusión social -el 7,1% de la población- multiplicando por dos las cifras que existían en 2008. El Estado español está entre los cinco países con mayor desigualdad social de Europa y es el sexto país en el que más ha crecido ese índice. Otro dato facilitado por Eurostat es que el 20% de la población más rica gana casi siete veces más que los que menos ingresan, datos solo superados por Rumanía. Ese ha sido el modelo de Rajoy de defensa de los ricos y el robo y empobrecimiento a la clase trabajadora.

Por si esto fuera poco, Hacienda acaba de hacer pública la estadística denominada “Mercado de trabajo y pensiones en las fuentes tributarias”. De ella se puede extraer que el salario medio declarado a Hacienda ha caído al nivel más bajo desde 2007. El sueldo medio cayó a 18.240 € y se sitúa un 3,6% por debajo del nivel que alcanzó en 2010. Parece ser que durante la implantación de la reforma laboral se produjo una caída del nivel medio salarial como consecuencia de profundas rebajas salariales, mientras que ahora se producen porque la mayoría de los trabajadores que se incorporan al mundo laboral lo hacen en grupos de retribuciones más bajos y con un carácter claramente precario. El salario medio resistió bastante bien durante la crisis hasta 2011. A partir de ahí, con la llegada de Rajoy y la implantación de la reforma laboral, cayó con fuerza según los datos de Hacienda. Mientras tanto, el sueldo medio de los grupos más pudientes (quienes cobran más de 10 veces el salario mínimo, más de 90.342 € al año) no ha parado de crecer. En 2014 aumentó un 1%.

Toda la política de recortes salariales y sociales es justificada por Rajoy con los datos de creación de empleo. Se vanagloria de que se esté creando empleo con un crecimiento por debajo del 3%, cuando antes de la crisis los analistas indicaban que era imposible por debajo de esa cifra. Pero esto denota la baja calidad de dicho empleo, tanto en las condiciones de precariedad y explotación, como de la miseria tecnológica y productiva de los sectores en donde se genera.

Con todo, la reducción del paro es absolutamente insuficiente desde la óptica de la emergencia social y viene acompañada de una reducción de la población parada protegida. Ya son casi la mitad los parados que no reciben ninguna prestación y 1,5 millones de familias sin ingresos. Pero veamos con más detalle esta portentosa reducción del desempleo.

Según datos del INE, el momento más álgido del paro fue el año 2012 con una tasa de paro del 25,77%. Posteriormente, en 2013 bajó unas décimas situándose en el 25,73%. En 2014 desciende al 23,70% y en 2015 la previsión es acabar con una tasa del 22,37%. Es decir, que para todo el período el descenso ha sido de 3,4 puntos y sin siquiera haber roto la barrera del 20%. Rajoy pretende que estos logros sean considerados un gran éxito, cuando además gran parte de esa reducción se debe a una disminución de la población activa -muchos jóvenes han emigrado y muchos inmigrantes retornado a sus países- y a un reparto de las horas de trabajo pero a costa de precariedad y bajos salarios -minijobs-. De manera que las horas de trabajo totales han descendido aunque hay más personas trabajando que en los momentos de mayor desempleo.

Por otra parte, los parados de ciertos tramos de edad, sobre todo a partir de los 45-50 años, son considerados “carne de cañón” porque ya prácticamente les será imposible lograr un puesto de trabajo digno de tal nombre. Algo que condicionará gravemente sus expectativas de cara a la obtención de una pensión que les permita sobrevivir en condiciones mínimas. Sobre todo teniendo en cuenta que se está ensanchando el agujero de las pensiones y la banca, por ejemplo el BBVA, está pidiendo más ajustes para tapar este agujero que incluyan “ir hacia un mayor uso de los mecanismos de copago”.

En definitiva, los nubarrones sobre la situación económica española, europea e incluso mundial, sigue flotando sobre nuestras cabezas. Rajoy no ha resuelto ningún problema de la economía española, sino que solamente ha dejado caer con fuerza las consecuencias de la crisis sobre las espaldas de los trabajadores favoreciendo a los ricos sin ningún disimulo.

No parece que pueda darse por superada la crisis estructural del capitalismo que se inició en 2008 y sigue en el aire la necesidad de modificar la relación de fuerzas en favor de los intereses de la clase trabajadora y las clases populares. Solamente una política económica decididamente anticapitalista, que nacionalice sin indemnización alguna los sectores productivos básicos y la banca, que emprenda un masivo programa de inversiones públicas para crear empleo y que apueste por el reparto de las horas de trabajo sin reducción salarial, entre otras medidas fundamentales, podría ser el inicio de un alivio real en la situación de los trabajadores y las clases populares.


Juan Carlos Arias

Nació en Madrid en 1960. Es trabajador público desde hace más de 30 años y delegado sindical por UGT de la Consejería de Políticas Sociales y Familia de la Comunidad de Madrid. Es columnista habitual de Izquierda Diario en las secciones de Política y Economía. milita en la Corriente Revolucionaria de Trabajadores y Trabajadoras (CRT) del Estado Español.

X