En medio del agravamiento de la pandemia se visibiliza el punitivo y errático discurso del gobierno que invita a pensar en un retorno seguro y en una apertura de mall y lugares comerciales, mientras se culpa a las y los trabajadores del aumento de los contagios.
Domingo 14 de junio de 2020
Durante la pandemia de Covid-19, el oficialismo ha demostrado su errático manejo de la crisis, que por un lado hace un llamado a “quedarse en casa” y cuidarnos de la pandemia, sin garantizar sueldos de emergencias, para las y los trabajadores afectados por la crisis sanitaria, que no tienen la opción de realizar teletrabajo o siquiera tener las condiciones para realizar este tipo de labores, además de no garantizar condiciones mínimas de seguridad en los puestos de trabajo, exigiendo la presencia de trabajadoras y trabajadores de sectores no esenciales, impulsando una mal llamada “ley de protección del empleo” junto a la “oposición” incluido el Partido Comunista, que solo ha permitido a empleadores realizar suspensiones y despidos a diestra y siniestra, abogando a que estas medidas vienen a capear una crisis económica que trajo el coronavirus, obligando trabajadores y trabajadoras a exponer sus vidas, para poder comer, mientras las ganancias de los empresarios se mantienen intactas.
Y por si no fuera suficiente, nos reprimen y culpabilizan desplazando la responsabilidad hacia la ciudadanía, desligándose de su insólito y errático manejo de la crisis, que hasta la fecha ya supero los 150 mil casos, en medio de cuestionamientos gravísimos en la transparencia de las cifras que entrega el MINSAL, imponiendo cuarentenas punitivas y toques de queda que solo vienen a contener cualquier posible estallido social, producto del hambre y la precarización laboral que vivimos millones de trabajadores y trabajadoras a diario, además de ya superar el millón de despidos y vaticinando aún más.
Siguiendo la línea de culpar a las personas por los contagios y no a su pésimo manejo de la crisis, el nuevo ministro de salud Enrique Paris, en entrevista con primera pauta expresó ”cómo se le va a negar a la gente salir al supermercado, a las farmacias, cómo va a llegar el combustible, la alimentación […] hay que apelar a la conciencia social, a seguir las instrucciones y la gente que no cumple (insiste en participar de reuniones), ¡a la cárcel!", aseguró.
Este discurso que busca culpar a las personas que tienen que salir de sus casas día a día arriesgando sus vidas ya sea por ir trabajar o acceder a necesidades básicas, etc. que ha venido mostrando el gobierno, no es mas que una muestra clara de sus intenciones de no hacerse responsables de la crisis que hoy afecta a millones de familias y que puede ser contralada por medio de test masivos y gratuitos que permitan un trazado real de los casos de contagios, para así poder aislar y evitar la propagación del virus; con sueldos de emergencia igual a la canasta familiar de 500 mil pesos para todos los que lo necesiten, financiado por un impuesto a los súper ricos, además de la prohibición de los despidos que solo vienen a empeorar las condiciones de vida de millones de personas y generar hambre.
Sin ninguna de estas garantías mínimas, solo podemos ver un inminente agravamiento de la crisis sanitaria que puede traer consecuencias catastróficas.