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Red Internacional
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Juventud: trabajo y educación. Entre la precariedad laboral y el “ni ni”

Un informe reveló que la juventud es la más afectada por la precariedad laboral. Las mujeres representan el 75% de la generación “ni ni”. Restricciones para el acceso a la educación, trabajo, vivienda. Polémica por la estigmatización contra la juventud de sectores kirchneristas.

Jesica Calcagno

Jesica Calcagno @Jesi_mc

Miércoles 3 de septiembre de 2014

Esta semana salió publicado un informe del CIPPEC (Centro de Implementación de Políticas Púbicas para la Equidad y el Crecimiento) sobre algunas de las problemáticas que atraviesan a la juventud de la provincia de Buenos Aires. Uno de los datos que arroja es que el 15% (566.000) de los jóvenes de entre 15 y 24 años no estudian ni trabajan, asociando su causas a falencias en la educación, la inserción laboral y la vivienda. También señala que es muy alta la desocupación llegando al 18% (en el 2011) que duplica al de la población adulta.

Las más afectadas de esta generación “ni ni” son las mujeres, que representan el 75%. Casi la mitad de ellas son madres (41%) y más de la mitad son pobres (62%), mostrando que hay un gran componente de clase en esta juventud que tiene restringido el acceso a la educación y el trabajo. El CIPPEC no profundiza sobre las causas del alto índice de maternidad en la juventud más pobre y precarizada. Sólo deja abierta la posibilidad de su relación con la falta de educación sexual y reproductiva, aunque no lo relaciona con una problemática muy sentida: la ausencia del derecho al aborto legal, seguro y gratuito que afecta a los sectores más pobres que no tienen el dinero para acceder a esa intervención, si pudieran elegir.

El intendente K que tiene la solución para la juventud: toque de queda

Rompiendo con los prejuicios que asocian esta problemática a robos, drogas o narcotráfico, formando la opinión pública, el informe afirma que la mayoría de esos jóvenes vive con sus padres o se dedica a tareas en el hogar. Este dato sería muy útil para el intendente misionero Nelson Carvahlo, del kirchnerismo, que justo en el día de ayer fue noticia al conocerse que decretó el toque de queda para los menores de edad, bajo un discurso completamente criminalizador contra la juventud. Según el intendente kirchnerista de Alba Posse (Misiones) hay que “recuperar a los jóvenes sin rumbo” porque están “expuestos a caer en el alcoholismo, la drogadicción y el delito”, y defendió este decreto afirmando que así “ya no hay faloperos”.

Trabajo basura para la juventud

Eso no es todo. El informe abre una caja de pandora: de los jóvenes que tienen trabajo la mitad lo hace en condiciones de precariedad: el 16% está subocupado, el 19% con contratos a plazo determinado y el 15% con período de finalización. Además, entre el 2012 y 2013 el 52% de los jóvenes bonaerenses no estaban registrados ni contaban con obra social asociada a su trabajo. El informe añade la frutilla del postre: el 23% trabaja más horas de las legalmente permitidas (48 horas semanales) y el 25% percibe un salario menor al salario mínimo, vital y móvil. La mayoría de la juventud está expuesta así a enfermedades laborales por las largas jornadas de trabajo desde muy temprana edad, que muchas veces es utilizada por las empresas para despedir como “material descartable”. Ni hablar que la juventud tenga tiempo para acceder a la educación, a la cultura o la recreación.

Problema de muchos… ¿responsabilidad de quién?

El gobierno nacional siempre hizo hincapié en la recuperación del trabajo en nuestro país en los últimos 10 años. Pero esconden un flagelo estructural para la juventud que no puede acceder al trabajo, la educación, y si lo hace se “rompe” el cuerpo en largas jornadas para cobrar poco y en negro. Todos estos años, ha sido una “gran política de estado” del kirchnerismo mantener la precarización laboral garantizando que los sectores empresariales puedan aumentar sus ganancias “ahorrándose costos laborales” a costa de millones de trabajadores.

No es casual que en los conflictos laborales actuales como Lear y Donnelley, o recientes como Gestamp o Liliana en Rosario, muchos de sus protagonistas sean jóvenes trabajadores que están luchando y comienzan a rebelarse frente a estos problemas estructurales que se agudizaron los últimos años. Muchos jóvenes todavía están silenciados en talleres, fábricas, servicios, pero su despertar puede ser explosivo si se empiezan a referenciar con las luchas actuales.