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Red Internacional
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Juventud. Entre la resignación y la nostalgia: Cómo las JJCC claudican ante el fraude constitucional de los empresarios y la derecha

Apoyan este proceso constitucional fraudulento y buscan que el movimiento estudiantil sea base de maniobra para ganar un puesto en ese consejo constitucional que en realidad no será un factor determinante, pues ya todo está cocinado con “expertos” como Hernán Larraín y candidatos el dinosaurio Andrés Zaldívar. Además de ser un proceso absolutamente limitado -incluso más que el anterior- en donde con las 12 bases que debe respetar, según el acuerdo del Congreso, se mantiene lo más elemental del Estado neoliberal chileno y el corazón de la Constitución de Pinochet.

Martes 21 de marzo de 2023

“Ser jóven y no ser revolucionario es una contradicción hasta biológica”, repiten y repiten nostálgicos los militantes de las juventudes comunistas -y hasta los de las juventudes socialistas-, haciendo alusión a la frase de Salvador Allende, que por más que tengamos diferencias políticas y estratégicas con el ex presidente, podemos concordar en que la juventud, a lo largo de la historia de la lucha de clases, ha sido un factor importante como dinamizador del movimiento obrero y de masas, siendo muchas veces el sector más revulsivo de la población.

“Es lo que hay”, “no podemos hacer más que esto”, cacareaban desde los cargos o Centros de Estudiantes que dirigen, los militantes de las juventudes del gobierno (JJCC, FA, PS) en el primer pleno FECH del año, en donde se posicionaron a favor de defender el proceso constituyente en curso, para supuestamente “tener que incidir y ganar algo”. Algo que solo demuestra la nula confianza que tienen estos partidos en nuestra propia organización, ya que se encuentran absolutamente derrotados y sin perspectivas de poder vencer.

Una vez más las juventudes reformistas nos dicen que tenemos que seguir esperando y que si bien este proceso “no es lo que esperábamos”, sí podemos avanzar “por medio de “iniciativas populares de norma”, incluso a obtener educación gratuita y de calidad. Simplemente ni se arrugan para querer engañar a los estudiantes por medio de este fraude constitucional, asegurando que “la gente puede levantar las demandas del pueblo y plasmarlas en la nueva constitución”, como aseguró la candidata a consejera del PC, Karen Araya. Una vez más, dicen que con esto “se puede correr el cerco”.

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Resignación + nostalgia

Resulta indignante -e incluso triste- cómo las juventudes de gobierno buscan instalar este discurso en la juventud, en la misma juventud combativa que salió a las calles en 2019 para cambiarlo todo. Un discurso de “la miseria de lo posible”, en el que buscan culpar a los más pobres y a la misma clase obrera por “no ser lo suficientemente consciente” para querer los supuestos cambios que nos traía la Nueva Constitución elaborada por la Convención Constitucional.

Esta resignación es la que quieren utilizar desde las juventudes de gobierno para su favor, buscando, por ejemplo, que el Movimiento Estudiantil haga campaña para los candidatos a consejeros “de izquierda” (es decir, de sus partidos) e instrumentalizar los organismos estudiantiles para dar legitimidad a un proceso que no cambiará absolutamente nada de la realidad de la clase trabajadora, pues es un proceso viciado desde el principio, que es nada más ni nada menos que el plan de los empresarios y la derecha para aparentar ciertos cambios mientras reimpulsan el ciclo de acumulación neoliberal de los últimos 30 años que fue impugnado por la rebelión de 2019.

Es decir, mientras hacen talleres en las universidades sobre “feminismo de clase” -luego de apoyar y sacarse fotos con Bachelet, una representante de instituciones de la burguesía y parte fundamental de la administración del neoliberalismo de los últimos 30 años- apoyan este proceso constitucional fraudulento y buscan que el movimiento estudiantil sea base de maniobra para ganar un puesto en ese consejo constitucional que en realidad no será un factor determinante, pues ya todo está cocinado con “expertos” como Hernán Larraín y candidatos como el dinosaurio Andrés Zaldívar. Además de ser un proceso absolutamente limitado -incluso más que el anterior- en donde con las 12 bases que debe respetar, según el acuerdo del Congreso, se mantiene lo más elemental del Estado neoliberal chileno y el corazón de la Constitución de Pinochet.

Anular en las elecciones de consejeros

Desde la Agrupación Vencer y La Izquierda Diario vamos a anular en las próximas elecciones a consejeros, porque ninguna de las demandas que se levantaron en la rebelión serán resueltas con este proceso constitucional. Sin embargo, tampoco nos aferramos a decir que el resultado de la anterior Convención Constitucional iba a cambiar las cosas, pues ese fue el primer desvío, que con la participación del PC y el FA salvaron a Piñera y sacaron a la gente de las calles, traicionando la perspectiva de una Asamblea Constituyente Libre y Soberana.

Las juventudes del gobierno no son una opción para levantar una juventud revolucionaria, necesitamos construir una corriente en el movimiento estudiantil que se pare de frente ante las burocracias que dirigen los organismos para pelear por un movimiento estudiantil independiente a este proceso fraudulento y a este gobierno que lo legitima. Una corriente que busque reagrupar y fortalecer la organización estudiantil mediante los métodos de la asamblea y la democracia directa y que combata con todo la resignación que buscan imponer los militantes de los partidos reformistas.

Porque tener el nombre de “comunista” como organización y reivindicar a revolucionarios del pasado en post de redes sociales no significa nada si en la práctica política cotidiana buscan desmovilizar, desmoralizar y legitimar un fraude orquestado por la burguesía nacional e internacional. Los revolucionarios debemos estar absolutamente en contra de este fraude constitucional y decir fuerte y claro que debemos pelear por una Asamblea Constituyente Libre y Soberana que esté por sobre los poderes del Estado, en la que se pueda discutir sobre todos los asuntos y afectar directamente la propiedad privada de los grandes empresarios, en la perspectiva de un gobierno socialista de las y los trabajadores, no solo hablar de socialismo “en los días de fiesta” como lo hacen las juventudes de gobierno mientras dicen que no es posible avanzar de otra manera más que entregándose derrotados a este proceso.

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Benjamín Vidal

Periodista - Universidad de Chile