Desde que Israel tomó hace una semana el cruce de Rafah, que une Egipto con el sur de Gaza, solo seis camiones con ayuda han entrado en la Franja y los palestinos desplazados se enfrentan a la hambruna.
Martes 14 de mayo de 2024 11:58
A los palestinos desplazados en el centro y sur de Gaza les queda alimentos para menos de una semana, después de que Israel tomara el cruce fronterizo de Rafah la semana pasada.
El 6 de mayo, el ejército israelí tomó el "control operativo" del lado palestino del cruce entre el sur de Gaza y Egipto. Después de una serie de bombardeos llegó allí con tanques destruyendo todo a su camino, cortando el paso fronterizo y con ello el ingreso de los camiones con ayuda humanitaria y comida.
Desde entonces, sólo seis camiones con alimentos han entrado en Gaza a través del cruce de Karem Abu Salem (Kerem Shalom) con Israel, dijo a Middle East Eye Juliette Touma, portavoz de la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos (Unrwa).
Este número contrasta con los 500 camiones que se necesitan como mínimo por día y que deberían transportar una combinación de combustible, suministros de ayuda y suministros comerciales. Al mismo tiempo, en la última semana solo llegaron a Gaza 157.000 litros de combustible cuando lo mínimo necesario es de 300.000 litros cada día.
Con este corte deliverado de parte de Israel, el suministro de alimentos está disminuyendo y los precios subiendo. Mientras una "hambruna en toda regla" devasta el norte de Gaza, fuentes en el centro y sur de Gaza describieron una situación "miserable" que podría convertirse en una "crisis real" en cuestión de días.
Los gazatíes, que en los últimos meses ya se han visto obligados a desplazarse más de una vez por los ataques de Israel, ahora se han visto obligados a abandonar Rafah, que está bajo asedio israelí mediante continuos bombardeos e incursión terrestre. Según Unrwa, casi 450.000 personas han huido de la ciudad del sur de Gaza desde que Israel lanzó su ataque la semana pasada.
Se trata de casi medio millón de personas que no tienen ningún lugar seguro o adecuado adonde ir. Muchos se dirigen unos kilómetros al norte, a la ciudad de Khan Younis, o más adelante, a Deir al-Balah. Ambas ciudades siguen siendo bombardeadas por Israel y Deir al-Balah se ha convertido en una ciudad de tiendas de campaña, incapaz de hacer frente a la enorme afluencia de refugiados.
"Podríamos estar viendo una nueva hambruna en las zonas de desplazamiento. Las personas desplazadas están muy preocupadas por la falta de suministros. Una crisis importante también está relacionada con la falta de agua potable", dijo Mohammed al-Hajjar, periodista palestino en Deir al-Balah.
No hay fuentes de agua y ya no entra agua embotellada en Gaza. En los mercados solo quedan algunas legumbres, como lentejas, porotos o habas, y algunas verduras como tomates, cebollas, pepinos y ajos. No hay pollo, ni huevos, ni pañuelos de papel. Muchas de estas y otras cosas directamente han desaparecido".
La estación de agua de al-Yassin, en al-Sultan, en el oeste de Rafah, "solía distribuir agua a cientos de miles de personas de forma gratuita", dijo Abu Aziz, pero como ahora está siendo atacada por Israel, el agua ya no está disponible.
No existe ninguna instalación equivalente fuera de Rafah y Deir al-Balah y otras zonas del centro y del sur "no tienen agua dulce, tienen agua salada que no ha sido filtrada adecuadamente. Esto podría provocar una crisis sanitaria que asola a los ciudadanos de Khan Younis y las zonas centrales."
Eman Mhmd, profesora de matemáticas en Deir al-Balah, dijo que los civiles que "solían vivir de latas de frijoles que conseguían a través de Unrwa ya no pueden encontrarlas. La gente recurre a extender la mano para pedir ayuda a otros para obtener su comida diaria".
"La comida disponible ahora es la que se traía anteriormente como ayuda desde el cruce de Rafah. Pero si el cruce continúa cerrado, no habrá nada para comer", añadió.
"La gente no puede comprar nada. Si tenían algo de dinero ahorrado, esos ahorros ya no existen", afirmó Mhmd.
Si bien todavía se cultiva algo en Gaza, el rendimiento se ha reducido enormemente debido a las restricciones para introducir semillas y fertilizantes y porque la mayor parte de las tierras agrícolas han sido destruidas. La agricultura representaba casi la mitad de la superficie total de Gaza antes del inicio de los ataques de Israel. El cuarenta y cinco por ciento de esa tierra ya ha resultado dañada.
Mientras tanto por el cierre de la frontera por parte de Israel grandes cantidades de comida se echan a perder. El viernes, Matthew Hollingworth, director del PMA en Palestina, dijo que el almacén principal de la organización era "ahora inaccesible". "En dos días no ha entrado ayuda por los cruces del sur", escribió. "Sólo una panadería sigue funcionando. Los suministros de alimentos y combustible en Gaza sólo durarán entre uno y tres días. Sin ellos, nuestras operaciones se paralizarán".
El domingo, el grupo Sinaí por los Derechos Humanos informó que el cierre de los cruces fronterizos había provocado que "grandes cantidades de alimentos" se echaran a perder.
"Muchos camiones cargados con alimentos resultan dañados y desechados debido al largo período de espera en los pasos fronterizos", afirmó el grupo, citando un vídeo grabado por un camionero egipcio, que había verificado.
Mientras tanto, en los últimos días se ha filmado a israelíes destruyendo ayuda en los cruces, mientras que se ha visto a la marina israelí disparando contra barcos pesqueros frente a la costa de Gaza. Esto último es parte de la campaña de terror y humillación que provoca el genocidio en curso de parte de Israel sobre la población palestina. En genocidio que ya se cobró la vida de al menos 35.000 palestinos, la mayoría niños, niñas y mujeres.
Ante esta situación, en el día de mañana, cuando se cumple un nuevo aniversario de la Nakba (catastrofe en árabe) en la que los palestinos recuerdan la expulsión y limpieza étnica sufrida durante la creación del Estado de Israel en 1948, miles de estudiantes alrededor del mundo realizaran acciones coordinadas como parte de los campamentos de solidaridad con Gaza que se han levantado en campus universitarios en Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Estado español, Australia, México Brasil.
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Con información de Middle East Eye